Capítulo 11

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Tras volver del trabajo, Kato pasó por la librería, buscando cierta revista de deportes. A él no le agradaban demasiado, pero su novio le había dicho que quería leerla y pensó que comprándosela le haría feliz. Tras pagarla, salió de la tienda. Una cálida brisa le despeinó el cabello, era junio y el verano entraría en unos días, así que pese a ser las nueve de la noche, no hacía frío.

Caminaba sin prisa, moviendo la bolsa donde llevaba la revista suavemente, al compás de sus pasos. Para ir a la librería, tuvo que desviarse del camino que hacía todos los días al volver a casa. No le quedaba más remedio que pasar por un barrio lleno de discotecas y locales del mismo estilo si quería llegar pronto a su hogar.

Apresuró el paso, intentando no quedarse durante mucho tiempo en esa zona. Pero hubo algo que lo hizo pararse en seco, o mejor dicho alguien. Esa figura pequeña, esa cabellera rubia... no podía ser otro. Se acercó discretamente y confirmó sus sospechas, esa silueta era la de su novio, pero no estaba solo. Estaba rodeando a una mujer con uno de sus brazos, se estaban riendo, besando, era... asqueroso.

Kato se puso delante de ambos, lleno de cólera. La mujer le miró extrañada. Tegoshi, al contrario, sonreía; su rostro estaba muy sonrojado, debía de estar muy borracho.

-¿Qué... estás... haciendo?- musitó Kato, sus manos temblaban a causa de la ira.

-Shige, ¿qué haces aquí?- preguntó entre hipos.

-¡Nos vamos!- exclamó agarrando a Tegoshi del brazo y forzándole a ir con él, causando algunas protestas por parte de la mujer, las cuales ignoró.

Ninguno de los dos habló durante todo el camino, pese a estar borracho, Tegoshi notaba la furia de su novio, por lo cual quiso ser prudente. Kato apretaba fuertemente el brazo de Tegoshi, no lo soltaba, sabía que si lo hacía, el menor perdería el equilibrio.

Una vez en el apartamento del pelinegro, ambos se sostenían la mirada, Kato tenía demasiadas cosas que decir, mientras que el otro, demasiadas que callar. El mayor fue el primero en decir algo:

-¡Aquí tienes tu maldita revista!- exclamó lanzándosela al pecho-. Vete a dormir, mañana hablamos.

Kato fue a la cocina a prepararse un té, necesitaba relajarse. Tegoshi se quedó unos minutos de pie, sin moverse del sitio. Quería decir algo, pero tenía miedo de estropear aún más la situación.

Se dirigió a la habitación de Kato, donde dormía siempre que iba a la casa de este, con la sensación de que sería la última vez.

Kato se quedó toda la noche despierto, mirando la televisión, sin prestarle mucha atención. No podía dormir, tampoco quería hacerlo.

A la mañana siguiente, vio cómo Tegoshi llegaba al salón, tenía el pelo desaliñado y unas ojeras terribles, pero seguro que no eran peores que las suyas.

-Siéntate- musitó Kato, en tono frío.

Tegoshi obedeció.

-¿Quién era?- preguntó- Esa mujer...

-...No lo sé, la conocí anoche- respondió el otro, avergonzado.

-Ni siquiera sabes su nombre... ¿y te has besuqueado con ella?

El rubio agachó la cabeza.

-Yo... estaba muy borracho... lo siento...

-Sé que no estabas del todo consciente... sé que el alcohol cambia tu personalidad... sé que en otras condiciones no lo hubieras hecho... porque, confío en ti... o mejor dicho, confiaba- hizo una pausa, y respiró lentamente-. No puedo perdonar una infidelidad... Creo... que deberíamos romper...

-No... ¡Shige, no!- Tegoshi se levantó del sofá.

-¿Cómo sé que no es la primera vez? ¿O la última?

-¡No lo voy a hacer más! ¡Lo siento mucho, de verdad!

-Créeme, esto me duele más a mí que a ti- dijo Kato, mirando al suelo.

-P-pero... ¡yo te quiero!- empezaron a escapar numerosas lágrimas de los ojos de Tegoshi- ¡SHIGE, YO TE QUIERO!- exclamó, desgarrando su garganta.

-Yo también...- susurró el menor- pero, después de ver como la besabas... no voy a poder mirarte con los mismos ojos. ¿Tienes una idea de cómo fue ese momento para mí? Ojalá no lo hubiera visto, sería más feliz viviendo en la ignorancia...

Tegoshi cayó de rodillas al suelo, sumergido en su llanto.

Kato se rompía cada vez que le veía llorar, y esta no fue una excepción. Pero no podía dar a torcer su palabra.

-Lo siento, Tegoshi...- musitó.

-¿Esta...- el rubio le miró, con los ojos enrojecidos- va a ser la última vez que te vea?- sollozó.

-...- Kato no supo qué contestar.

-¡Por favor, no desaparezcas de mi vida!- Tegoshi se levantó y se lanzó a sus brazos.

Kato le acarició el cabello.

-¡Quiero seguir viéndote! Aunque me duela no poder darte la mano o besarte... no quiero que te alejes de mí...

-Otro día hablaremos sobre eso, te lo prometo... Pero ahora, por favor, vete...

Tegoshi no quería soltarle, deseaba que ese momento durase para siempre, pero tuvo que ceder.

-De acuerdo...- musitó, dirigiéndose despacio hacia la puerta.

Kato le miró hasta que salió de su casa. Una vez cerró la puerta, rompió en llanto. Tuvo que echar a Tegoshi porque sabía que, al tenerle entre sus brazos, su corazón se ablandaría.

-Gracias... -intentó sonreír, aunque solo le salió una mueca-... por hacer de estos tres años los más felices de mi vida.

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Bienvenidas a Feeladelphia (?).

Bueno, eso fue lo que pasó entre Tegoshi y Shige.
Está escrito en cursiva porque es algo del pasado y queda más dramático (?).

Cuando escribí este capítulo acababa de ver "Pink & Gray" y estaba feeling (?). Aunque esa película me inspiró, hacía tiempo que no escribía un capítulo de un tirón xD .

Perdón por tardar en actualizar, la vuelta a clases me mata ;o;

Como siempre, gracias por haber leído hasta aquí ^^ ❤

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