Había pasado una semana y Masuda aún no le había dado ninguna respuesta a Tegoshi. Había evitado mantener algún tipo de contacto con él, aunque tampoco recibió alguna llamada o mensaje por parte del menor, seguramente quería darle su espacio. Sabía que su deber era contestarle, pero estaba muy confuso... ¿Qué era exactamente lo que sentía por él? Era obvio que le tenía un cariño especial, era un chico único, nunca había encontrado a alguien como él... Pero tampoco podía considerarse amor, o eso pensaba. Además, la herida que le había provocado Koyama seguía abierta.
Koyama... tampoco había hablado con él. Sin embargo, éste sí que intentó ponerse en contacto con él, todos los días a las siete de la tarde recibía una llamada... pero nunca contestó alguna, no quería que su dolor fuera más fuerte. Aunque era su amigo... algún día tendría que volver a hablar con él.
Masuda suspiró.
-Está decidido, la próxima vez que me llame le responderé- murmuró mirando su teléfono móvil.
El reloj marcó las siete y Masuda estaba impaciente esperando recibir la llamada, era curioso comprobar lo puntual que era Koyama. Pero ese día no era así, las agujas del reloj seguían corriendo y no sonaba ninguna melodía en el teléfono. Tal vez, ¿se hubiera cansado de insistir?
-Soy un egoísta... Koyama no tiene la culpa de nada, yo me hice ilusiones y yo me desilusioné. Sin embargo, le estoy ignorando como si me hubiera hecho algo... Soy un asco de amigo- se pasó una mano por el rostro.
Puede que Koyama no le amase, pero era su amigo... Estaba harto de la situación, quería hablarle, volver a reír y a divertirse con él e incluso felicitarle por haberse enamorado porque, ¿a quién quería engañar? Kato era un chico perfecto para él...
Llegaron a su mente todos los buenos ratos que habían pasado juntos, no podía echarlos a perder, es más, debía crear otros nuevos. Lleno de valor, cogió su teléfono dispuesto a marcar su número. Ya no tenía dudas.
Estaba seguro de que Koyama le respondería, conocía bien a su amigo. Y así fue:
-¿Massu? Cuánto tiempo...- se notaba sorprendido, pero no parecía enfadado.
Al oír su voz, se quedó en blanco. ¿Qué debía decirle? ¿Cómo iba a explicarle los motivos por los que había entrado en cólera?
-Perdóname Keii, siento mucho lo del otro día... Solo quiero decirte que me alegro de que hayas encontrado el amor, eres muy buena persona y te mereces a alguien que esté a tu altura.
Koyama tardó unos segundos en articular palabra.
-¡Muchas gracias!- exclamó en tono emocionado-. Pensé que no me ibas a volver a hablar, ¿tienes idea del susto que me has dado? ¿Por qué no contestabas mis llamadas? ¿Por qué te enfadaste...?
Eran demasiadas preguntas y Masuda no sabía cómo responderlas. Pero quería ser sincero, ya estaba harto de esconder sus sentimientos en lo más profundo de su ser.
-Supongo que el hecho de tener que compartirte no me hizo demasiada gracia- rió suavemente.
-¡Serás tonto!- Koyama soltó una suave carcajada-. Eres mi mejor amigo y una de las personas más importantes que tengo. Por favor, nunca te alejes de mí, ¿de acuerdo?
Masuda se conmovió, ¿cómo iba a alejarse de él?
-Nunca lo haré... ¡te quiero!- sin saber por qué, no podía parar de reír, se sentía demasiado feliz.
-Yo a ti también- Koyama se contagió con la risa de Masuda.
Con eso le servía, aunque le quisiera solo como un amigo, aunque no fuese un sentimiento de amor... sabía que, de alguna manera, le quería.
-Y cuéntame... ¿Qué te ha dicho Kato?- se interesó.
Koyama soltó una risita tonta.
-¿Tú que crees...?
El mayor le contó lo ocurrido emocionado, se notaba todo el amor que sentía por Kato. Masuda le escuchó con una sonrisa sincera, desde que lo conocía, Koyama nunca había parecido tan feliz.
Una vez finalizó la llamada, sintió un gran alivio, había hecho bien en hablar con él. De alguna manera y, aunque Koyama no lo hubiese notado, había podido declararse. Se sentía libre, como si sus remordimientos se hubieran esfumado.
Había aprendido de Tegoshi a alegrarse por la persona a la que amaba. Era mejor compartir la felicidad que guardar rencor.
-Tegoshi...- murmuró, sorprendido por no poder sacárselo de la cabeza.
De algún modo, el menor siempre le había estado ayudando desde que lo conoció, aunque la mayoría de las veces fuese una molestia...
Estaba claro que lo que sentía por él era más que una amistad, de otra manera, no hubiera correspondido a sus besos y caricias aquella noche...
Se sonrojó al recordar aquello. Se sentía extraño, quería verle...
En ese momento lo comprendió: no había querido aceptar sus sentimientos por Tegoshi porque aún no se había confesado a Koyama. Pero ahora que ya lo había hecho, sentía que podía volver a creer en el amor, ya no tenía nada que lo atase.
Por fin había encontrado la respuesta que había estado buscando durante esa semana. Debía decírsela, se lo había prometido.
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Y... Massu fue directo a la friendzone (?).
Este capítulo me quedó corto, perdón ;~;
Parece que las cosas se resuelven poco a poco, ya casi estamos en el final >.<
Gracias por leer hasta aquí <3
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A Star Falling
FanfictionAlgunas cosas pasan en un instante, como una estrella fugaz. Algunas de esas cosas pueden cambiar tu vida. Algunas personas pueden ser tu estrella fugaz. Advertencias: -Este fanfic es de temática BL (Boys Love), si no te gusta el género, por favor...