Después de la tormenta |EDMP #2|

Capítulo 14

Capítulo 14

Me aferro al collar en forma de margarita, es como si una parte de Minerva estuviera atrapada allí y ahora una parte de Robert también. Ryan se fue hace como una hora, pero no salí triunfante como esperaba, al contrario, Ryan me dio dos días para pensar lo que en verdad quería para Robert. La decisión no es tan sencilla, es como estar entre el bienestar de mi madre y la seguridad de Robert. No importa cual elija alguien saldrá lastimado.

Tomo mi celular y voy directamente a galería, abro la primera fotografía de Robert y sigo viendo las demás 500 imágenes de nosotros hasta que me quedo dormida. Por lo menos eso ayuda a tener un buen sueño.

Me encuentro en el bosque que entre la casa de Robert y la mía, el lugar que solía visitar cuando me sentía sola y quería escribir. El sol está en su punto más alto y yo estoy recostada sobre el césped disfrutando del fresco día soleado que hace, una sensación de paz y libertad me recorre por completo y aunque sé que es solo un sueño no quiero que termine.

– ¡Este lugar es sorprendente! ¿Cómo es que nunca estuve aquí?

Me incorporo de golpe y busco la procedencia de esa voz que reconocería en cualquier parte. El cabello naranja y rizado confirma mis sospechas y una sonrisa deslumbrante se escapa de mis labios. Minerva me mira de la misma manera e intenta caminar en mi dirección pero me adelanto y me envuelvo en sus brazos, ella me abraza con la misma energía y escucho su risa sonora.

– ¡Oh, cariño! ¡Te extrañado tanto! –me dice al oído.

–Yo más.

Siento mis ojos humedecerse y Minerva atrapa una lagrima entre sus dedos.

–No tienes por qué llorar, cielo. Ya verás que todo se arreglará, solo tienes que ser fuerte un poco más. Como siempre lo has sido.

–Te fuiste cuando más te necesitaba. Robert está preso en Irlanda, mi madre despertó y Ryan volvió para arruinar nuestra vida de nuevo. Todo está mal, muy mal, Minerva –explico todo demasiado rápido.

–Lo sé –ella se limita a acariciar mi espalda y yo recargo la cabeza en su pecho buscando consuelo.

–Estoy cansada de todo esto, Minerva. Por favor, llévame contigo, te lo suplico –le ruego mirándola fijamente a los ojos.

–Aun no te ha llegado la hora, Violet. Tienes que aguantar un poco, estoy segura que la vida tiene preparado para ti algo muy bueno. Después de la tormenta viene la calma –cita con una sonrisa.

–No puedo hacerlo sin ti.

–Claro que puedes. ¡Tú eres Violet Cole!

–No, ya no es así. Soy Violet Pattinson, puede que no de manera legal pero yo siento que ya es así –dije con voz firme.

– ¡Esa es mi chica! –Suelta Minerva con una sonrisa–. Y puede que ya no este contigo de manera física pero veo que ya no estás tan sola.

– ¿Angélica?

Ella asiente.

–De manera discreta entré a sus sueños y la hice reflexionar sobre la vida tan horrible que llevaba.

–Gracias.

–No fue mi decisión irme pero aun así estaba encantada de hacerlo. No quería dejarte sola y tuve que hacerlo.

–No te guardo ningún rencor.

–Y no es por alardear pero me encontré con tu madre vagando en el limbo, demasiado cerca de cruzar al otro lado definitivamente. No podía alejarla del límite sin arriesgarme a perderme en un abismo del que no saldría jamás así que solo le hice un favor llevándome algunos de sus recuerdos.

–Siempre te ha gustado quebrantar las reglas, Minerva –digo entre risas.

Ella se ríe conmigo y luego fija la vista en algo sobre mi pecho, toma el collar que me dejo entre sus manos y suelta un suspiro enamorado.

– ¿Me has estado vigilando? ¿Sabes qué es lo que Robert tiene oculto para mí?

–Sí, pero tienes que ser muy inteligente para encontrarlo. ¿Recuerdas que mi primer amor me obsequió esto?

–Era Tomás, el papá de Robert.

–Ambos saben que esta inocente flor puede servir de confidente, yo tardé mucho tiempo en descubrirlo. No dejes que lo mismo te pase a ti –susurra.

– ¿A qué te refieres?

– ¡Cuídate, Violet!

Las manos de Minerva comienzan a desaparecer por más que me aferro a ella con desesperación. Quiero saber lo que significa aquella flor para Robert. Su cuerpo de desvanece cada vez más rápido y antes de darme cuenta me estoy sola de nuevo. El sol se ha metido, el cielo se oscurece y una tormenta no tarda en presentarse.

Emerjo del sueño y de pronto estoy en mi habitación, un sudor viscoso resbala por mi frente y solo puedo echarle un vistazo a la collar de Minerva.

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Parece que me he olvidado de esta novela xD  Les prometo que mañana actualizo dos capítulos en compensación por mis faltas 7u7r

So... ¿Qué les parece este cap.?  Es de los más tiernos que he escrito :3  A mi me dolió la muerte de Minerva y por eso quise traerla un poquito a la vida :D

-Vii