Después de la tormenta |EDMP #2|

Capítulo 24

Capítulo 25

ROBERT

El vuelo de regreso es bastante largo pero no me importa, yo soy capaz de a travesar todo el mundo si sé que al otro lado estará Violet. Debo admitir que no creí que llegaría tan rápido, no han pasado ni doce horas desde que me otorgaron mi libertad; esto fue gracias a mi padre, hice buen uso de mi única llamada y él estaba disponible, pago una fianza a pesar de pedirle que no lo hiciera pero no pude convencerlo y la verdad le estaría eternamente agradecido. Lo único malo de eso fue que mi madre se enteró y no tardo ni un minuto en correr a contarle a Helen, ellas siguen creyendo que algún día caeré en otra de sus trampas pero no es así, ese error no lo cometo dos veces.

El avión aterriza a medianoche y un cosquilleo se hace presente en las palmas de mis manos, aunque también he notado un mal presagio. Una inquietud se hace presente en mi interior y quiero bajar del avión cuanto antes para asegurarme de que todo está bien. Por fin logro salir y corro a recoger mi equipaje, sopeso la posibilidad de dejarlo allí e irme directamente a ver a Violet pero me resisto.

Tomo un taxi para llegar pronto a casa, busco mi celular entre los bolsillos exteriores de mi maleta. Lo encuentro y hago una llamada a Violet pero no contesta, dejo que suene una, dos, tres veces y nada ocurre. Esto no es normal, algo debe haberle pasado.

Estoy por llegar a casa de Violet cuando mi celular comienza a vibrar, lo consulto al instante pero me decepciono al ver que solo es una llamada de Angélica; aun así decido contestar ya que ella puede tener noticias de Violet.

– ¿Angélica? –mi voz es un susurro.

–Robert...

Ella se escucha dudosa y antes de que pueda preguntarle qué sucede ella rompe a llorar escandalosamente. Mi corazón da un brinco cuando comprendo que absolutamente nada está bien y que Violet, el amor de mi vida, está en peligro.

– ¿Dónde está? –exijo.

–Fue él... -susurro con voz débil–. Él le hizo esto, él la mató. Robert, ella está en terapia intensiva. No creen que sobreviva.

Cuelgo antes de darme cuenta. Mi mirada baja a la pantalla de mi celular donde hay una foto de Violet sonriendo, sus ojos brillando, sus mejillas rosadas, se ve feliz y enamorada. Me da miedo lo que pueda encontrar en el hospital pero tengo que comprobarlo por mi mismo. El auto cambia su dirección, me mantengo en el asiento pero imposible mantenerse quieto con una noticia de aquella magnitud.

Veo el edificio extendiéndose hacia arriba, es el mismo donde estaba internada Minerva, nunca llegué a conocerla en persona pero aun así le tengo mucho cariño por hacerle compañía a Violet antes de que yo llegara a su vida. Lanzo un billete al asiento de adelante y salgo corriendo del auto, probablemente me veré como un maniático pero no me importa, justo en este momento solo Violet ocupa mi mente por completo.

Pregunto por Violet en la recepción y curiosamente me envían al mismo piso donde se encontraba su madre. ¡La madre de Violet! ¡Qué curiosa manera de conocerla! Ella fue la razón por la que no pude escapar con Violet, el amor de mi vida.

Presiono el botón del ascensor y una lucecita se enciende por encima de las puertas dobles, el ascensor está en el piso doce, tardará una eternidad en bajar y solo tengo que ir al piso tres; corro a las escaleras y subo de dos en dos, tropiezo algunas veces pero por fin logro llegar hasta arriba. Allí veo a Angélica dando vueltas por la sala de espera y a una mujer sentada en una silla cerca de ella, ambas tienen los ojos rojos e hinchados y una marca de las lágrimas que fueron derramadas minutos antes.

Angélica para de caminar y levanta la mirada hacia mí, ella se lanza a mis brazos sin pensarlo dos veces, le correspondo el abrazo porque yo también me siento destrozado. A su espalda puedo ver a la mamá de Violet, ella parece extrañada y no me reconoce en absoluto, lo que me asegura que Violet nunca le habló de mí; y no la culpo, ¿cómo podría explicarle que me fui a la cárcel de Irlanda un tiempo porque me acusaron de haber abusado de ella y Angélica? Hasta para mi suena estúpido.