Capítulo 16

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Capítulo 16

Esa noche no paré de platicar con Angélica por medio de mensajes, es bastante divertida y me permitió conocer más sobre su vida. Tiene unos cuantos recuerdos de cuando su mamá aún vivía con ella y su padre, por lo que me decía era buena madre pero al parecer tenía algún trastorno psicológico y un día dejó de ser fuerte y abandono a Angélica sin preocuparse en las consecuencias. El padre de Angélica también se lo paso bastante mal cuando al volver a casa descubrió que su esposa los había dejado, y para evitar el dolor se buscó a otra mujer con la que se casó enseguida. Gisha, la madrastra de Angélica era igual que en los cuentos de princesas, una mujer cruel y despreocupada que intentaba hacerle la vida imposible a mi amiga robando la atención de su padre.

Al parecer ambas teníamos tendencia a llevar una vida tremendamente horrible que no le desearíamos a nuestro peor enemigo, lo cual es irónico ya que ambas fuimos enemigas por muchísimos años.

Mientras tanto y de manera sorprendente, Ryan me ayudó a decirle más cosas fascinantes sobre mi padre a mamá. Lo cual me lleva a pensar que en realidad le beneficiaba más a él ya que era su hermano y mi madre piensa que ambos son unos buenos hombres y les tienen gran respeto a las mujeres. No sé cómo no solté toda la verdad en aquel momento.

Tomo la margarita de Minerva entre mis manos, intentando descubrir el misterio que guarda. Lo único que me mantiene en movimiento es la esperanza de saber que algún día volveré a ver a Robert y entonces tomaré a mi madre y nos iremos los tres a vivir a Irlanda, lejos de Ryan y de todos los que desean verme arruinada.

Por desgracia, mañana vuelvo a clases de nuevo. El director Krotz nos había dado una semana libre a Angélica y a mí a modo de compensación por los daños sufridos psicológicamente, y se supone que debíamos asistir a terapia pero a ninguna de las dos le dieron ganas de ir con alguien a quien no le podíamos confesar la verdad.

***

– ¡De nuevo al mundo real! –exclama Angie cuando pasa por mí a la mañana siguiente.

– ¡Ojala nadie nos trate diferente! –gruño.

–Seremos el centro de atención desgraciadamente. Y no por lo que ha pasado sino porque llegaremos juntas a la escuela.

–Tienes razón. Lo había olvidado.

–De acuerdo, esto es lo que haremos. No hablaremos con nadie, o evadiremos cualquier pregunta, intentemos no escuchar los rumores, y sobre todo debemos permanecer juntas todo el tiempo –dice con una sonrisa.

–A tus amigas no les hará gracia eso último.

–Esas chicas solo me seguían para no quedar sin un poco de mi popularidad.

–Siempre lo supe.

Ella se ríe y subimos al auto para comenzar el día que promete ser muy largo.

** *

Angélica y yo entramos a casa riendo a carcajadas al recordar la cara de sus amigas cuando les dijo que pasaría la tarde en mi casa y no iría de compras con ellas. Fue algo que me habría encantado fotografiar pero no quería tener ni una foto de ellas en mi celular. Angélica y yo arrojamos nuestros bolsos al sofá y corremos escaleras arriba para contarle a mi madre lo que paso hoy.

– ¡Mamá! –grito en las escaleras.

Comienzo a preocuparme al no escuchar ninguna respuesta, apresuro el paso hasta su habitación y encuentro todo el cuarto vacío y desordenado. Mi corazón se acelera y un temblor se apodera de mis manos, siento la mano de Angélica cerrándose en mi muñeca.

Después de la tormenta |EDMP #2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora