Capítulo 3°

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KIERA

Desperté cuando los pocos rayos del sol se comenzaron a colar por la ventana de mi habitación.

Con un poco de pereza abrí los ojos y me estire queriendo dormir más tiempo, miré el reloj que se encontraba en la mesita de noche a un lado de la cama y marcaba las 8 de la mañana.

Me levanté y me fui a duchar, el baño me relajo bastante y lo necesitaba pues hoy teníamos mucho por hacer, recogí mi cuarto y baje a hacer el almuerzo.

Pensé que hacer, más o menos todos se levantarían a las 10 u 11 de la mañana.

Opté por hacer waffles, una ensalada de frutas, café para mi mamá que no tardaría en llegar y chocolate para los demás, el día estaba gris, suspiré rendida extrañaba el sol.

Coloqué mi celular en las bocinas que se encontraban en la barra por cortesía de Jonathan, pues él sabía que a Jasper y a mí cuando hacíamos nuestra magia en la cocina nos gustaba escuchar música.

Puse a un volumen moderado Ain't It Fun de Paramore, estaba bailando y cantando que no me di cuenta que me observaban hasta que sentí como tocaban mi hombro.

–¡Aaaah!– Grite dándome la vuelta con cucharón en mano para atacar a quién sea que fuera él intruso.

–¡Tranquila Kiera!

–¡Jasper! ¿Qué rayos haces aquí? – Pregunté aún sin bajar el cucharón –¿Creí que seguías dormido?

–Antes que nada, baja ese cucharón, no tienes por qué ser tan agresiva conmigo, y, ¿cómo qué qué hago aquí? Claramente vivo aquí. Y vine almorzar, ¿qué has hecho hoy, primita?

Lo fulminé con la mirada.

Maldito idiota casi me provoca un micro infarto.

—Oh siento el haberte asustado.
Bueno, tal vez sí quería asustar alguien, pero a ti no, creí que eras Jona, por cierto entré por la puerta trasera, me hubieras escuchado hacer ruido, si no estuvieras con tu música a todo volumen.

—No está tan alto mentiroso— le aventé el trapo de la cocina. —¿Y por qué querías asustar a Jonathan?— dije poniendo la ensalada, mermelada, lechera y todo lo demás en la barra.

—Porque salió hace unas 2 horas a correr y él muy maldito fue a despertarme— se quejó mientras me ayudaba con las cosas que faltaban.

—Espera cómo que salió a correr, ¿por qué no me llevó? — ahora me queje yo.

—Ni idea— dijo pasándose de largo sin siquiera mirarme.

—Yo quería ir, no es justo— hice berrinche, ya era mi rutina correr todos los días, de hecho gracias a que Jonathan nos levantaba diario a correr es que tengo condición física, Jasper y Kylee renunciaron a la semana, alegando que el deporte no era lo suyo, ahora se por que es que aún siguen en la banca en el equipo de americano del instituto.

𝚁𝙴𝙵𝙻𝙴𝙹𝙾𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora