Kiera Danvers acababa de aceptar que su vida seria de lo más normal, cuando comenzaron a sucederle cosas inesperadas.
Una de ellas Blake Allen, el chico nuevo, sexy y atractivo, él más deseado de todo el instituto Roosevelt High y el dolor de c...
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"No Huyas De La Verdad, Pues Ella Siempre Te Encontrará"
∞KIERA POV∞
Lo primero que vi al abrir los ojos fue el beige amarillento del techo de la enfermería, estaba recostada en la dura camilla que ya conocía de memoria, suspire con cansancio intenté levantarme pero todo comenzó a dar vueltas.
-Alto ahí ni lo pienses, Kiera, mira que lo que te paso no es nada pasajero, seguirás algo mareada por la falta de oxígeno.
No respondí, y seguí mirando el techo lo recorrí y pude ver algo nuevo en el cielo raso había pequeñas grietas que formaban diferentes figuras.
-Ellen- la llamé, la enfermera volteo de inmediato, Ellen Brandon, era la enfermera principal del instituto y uno de las mejores amigas de mi madre, ambas estuvieron juntas en la Carrera.
-¿Dime Kiera? - al ver que no me sucedía nada siguió en su labor de acomodar las gavetas de medicamento.
-¿Le dijiste mi mamá?- ella me miró como si le hubiera dicho que me salió un cuerno en la frente.
-¿Qué, por supuesto que no? recuerda el trato que tenemos.
Asentí aliviada, agradecí al cielo de que mi mamá no supiera nada, ella por lo general tendía a revolotear demasiado a mi alrededor y me ponía los nervios de punta, Ellen y yo teníamos un trato especial por lo que cuando algo así me sucedía ella no mandaba a llamar a mi madre, en cambio yo en agradecimiento le traía alguna nueva novela romántica de las que mi papá tenía en la librería.
Ellen era de esas mujeres, que comían, respiraban y vivían el romance.
Ellen era una romántica empedernida.
-Oh dios casi lo olvido, tienes visitas- la miré extrañada, yo visitas. -El chico lindo que te trajo, no se a despegado ni un solo momento de la enfermería desde que entraste, de seguro debe parecer león enjaulado en este momento, iré avisarle que despertaste, ya vuelvo.
-Ellen... no... yo
Pero fue demasiado tarde ya que por la misma puerta que salió ella entro el mismísimo Blake Allen, la verdad él no parecía encajar en absoluto aquí, con su inmensa altura hacia ver más pequeña a la enfermería.
Ellen nos sonrió pícaramente, por lo que Blake y yo rodamos los ojos, ganándonos otra sonrisa de Ellen.
Ella estaba realmente loca si creía que yo podía llegar a tener una relación con Allen, me estremecí de solo pensarlo, eramos completamente opuestos. Cerró la puerta tras de si, pero casi podía asegurar que estaba pegada a ella tratando de escuchar algo.
Ninguno de los dos hablaba sólo mirábamos alrededor, no sé cuantos minutos pasaron pero el tic tac del reloj me estaba desesperando.
-¿Así qué solo nos miraremos o qué vamos a hacer?- me lancé a romper el incómodo silencio que se instaló entre nosotros. -¿Qué haces aquí, Blake?
