Capítulo 7°

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∞KIERA POV∞

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∞KIERA POV∞


✴ Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Juan 15:12-13✴


Perfecto.

Mi vida, en aquellos instantes, no podía ir peor. ¿Qué rayos significaba esa nota?
Como debía tomarla adherencia amenaza.

Y si era realmente una amenaza.

No entré a la siguiente clase y fui a mi escondite, la azotea, donde nadie podría encontrarme.

Seguí mirando la nota por no se cuanto tiempo, solo cuando mi celular vibró salí de mi lapsus.

Cee me había mandado un mensaje diciendo que todos estaban esperándome en la cafetería, así que fui directo para allá. Baje con cuidado y me encaminé, di media vuelta a la izquierda y las puertas de la cafetería que daban a el patio quedaban a unos metros de mí.

Entré ignorando a todos no tenía ánimos de aguantar a chismosos, y a otros que me miraban incrédulos.

Fui directo a la mesa donde nos sentábamos desde hace 2 años, en cuanto llegué me deje caer en la silla y la mochila cayó a mis pies haciendo un ruido sordo.

-¿Dónde estabas? - Jasper fue él primero en romper el incómodo silencio.

-En clase- mentí.

-Qué curioso acabamos de ir a buscarte al salón de Inglés y no estabas- dijo Jonathan con un tono acusatorio.

-Salí antes.

-Kiera, no me mientas.

-Bien no entré, contento- lo encaré, él solo me miró fulminante.

-¿Por qué? - fue Kylee, él que pregunto ahora.

-Por esto- lancé la nota echa una bolita al centro de la mesa, se iban a enterar en algún momento, Jasper la abrió y todos la leyeron en susurros.

-¿Y esto que significa?- Cee se la quito a su hermano y me miró.

-Yo que voy a saber, tal vez alguna broma de mal gusto como siempre.

-¿Estás segura?- Asenti ya había pensado muchas opciones y me estaba hartando, solo pedía un maldito año tranquila.

No tuve ánimos de ir a comprar algo así que la chicos me compartieron de su comida.

Estuvimos platicando de otra cosa, como el hecho de que mi hermano estuviera sentado con nosotros, él por lo general se sentaba en la mesa de loa deportistas, pero me contó que lo vetaron, por haberme defendido el otro día en el supermercado, que en el equipo él único que le hablaba era Edward.

𝚁𝙴𝙵𝙻𝙴𝙹𝙾𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora