Capitulo 14

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*POV Lauren

CARAJO!!!

Hija de puta, mierda, me duele bastante.

Me quedé un buen tiempo de pie, esperando que el dolor insoportable pasara un poco. Sé que el dolor que estaba sintiendo no es nada ya que no tengo lo que los hombres en medio de ellas, pero aun así dolía mucho. Cuando el dolor pasó, entré a casa escupiendo fuego, subí las escaleras corriendo y fui directo al cuarto de Taylor, cuando entré me encontré con Camila sentada, sola, sobre la cama pasando la mano en su brazo, sus ojos estaban llenos de lagrimas y algunas bajaban por su mejilla, yo cerré.

Así que notó mi presencia, ella no intentó fingir que lloraba.

Camila: qué quieres? –preguntó, mirándome- viniste a terminar de quebrar mi brazo de una buena vez?. –dijo, ahora mirando su brazo.

Suspiré y pasé mis manos en mi cabello, nerviosa. En ese momento mu mamá entró.

Clara: Mila querida, quier... -entonces vió sus lágrimas- qué pasó?

Se acercó a Camila, viendo su brazo.

Clara: mi Dios, como te pasó eso? –preguntó, pasando la mano en el brazo de ella.

Cerré los ojos, esperando que ella le contara todo.

Camila: me golpeé. –dijo simplemente.

Abrí los ojos y la miré, completamente confundida.

Clara: cómo? –preguntó, preocupada.

Camila: no sé exactamente, soy un poco torpe. –forzó una sonrisa.

Clara: voy a ir a comprar algo para que te pongas ahí. –avisó, levantándose.

Camila: no hace falta. –intentó, pero mi mamá ya había salido.

-porqué no me entregaste? –pregunté.

Camila: mi problema es contigo y lo resolveré solo contigo. –dijo mirándome- no tengo porque acusarte.

La miré, muy sorprendida para pensar en decir cualquier cosa, entonces, me acerqué, sentándome frente a ella, que se acogió en la cama, mirándome asustada.

-tranquila- dije con la voz más baja que pude- déjame ver eso.

Sujeté su brazo, ahora con cuidado, asustándome por la enorme marca que tenía ahí, suspiré.

Camila continuaba mirándome, una mirada cautelosa y asustada, como si yo fuera a torcer su brazo en cualquier momento, o algo parecido.

-voy a buscar una pomada. –dije levantándome- no te vallas.

Camila: si tú tenias una, porqué no le dijiste a tú mamá? Ella fue hasta la farmacia a comprar.

-estaba media ida. –me encogí de hombros- y nada de drama, la farmacia está al otro lado de la calle.

Camila se sonrojó un poco y volvió la atención en su brazo, fui a buscar la pomada hasta mi cuarto, cuando regresé, luego pregunté.

-en dónde está Taylor? –dije mirando a los lados.

Camila: allá afuera con Chris.

Hm, ni sabia que él ya había regresado a la casa. Me senté nuevamente frente a ella y coloqué un poco de pomada en mi dedo.

-tal vez arda. –avisé, ella alejó su brazo en el momento- qué pasa Camila, eres una mujer o un ratón?

Camila: un ratón, creo. –bromeó, sujetando el brazo.

-deja las bobadas. –hablé seria- te dolerá mucho más si no te pongo esto.

Camila: está bien. –suspiró, dándose por vencida.

Entonces estiró su brazo nuevamente, lo apoyé en mi pierna y pasé el dedo por la marca herida, ella cerró los ojos y sujetó la sábana con la otra mano.

Camila: está quemándome. –dijo intentando alejar el brazo.

-ya va a pasar. –dije soplando y pasando mi dedo en su brazo, levemente.

Camila: está tardando mucho en pasar. –dijo impaciente, todavía queriendo sacar el brazo de mis manos.

-cálmate. –dije seria- después empeora. –bromeé, ella me miró, con los ojos muy abiertos- hey, estoy bromeando.

Camila: no juegues con eso.

Hice movimientos circulares con el dedo sobre la marca, sintiéndome mal por eso.

-me disculpas por esto? –señalé la marca.

Camila: todo bien. –me miró- discúlpame por el golpe. –sonrió- pero, yo no pasaré la pomada en donde te está doliendo. –tuve ganas de reír.

Me quedé seria con su comentario, acabé dejando ir la necesidad de reír.

Camila: tú nunca sonríes? –preguntó mirándome.

-no me gusta reír.

Camila: porqué no? –movió su cabello- una sonrisa mejora el día de todo el mundo.

-solamente no me gusta reír, sin "porques". –dije, dando el asunto por terminado.

Camila entendió eso y luego volvió a hablar, sobre otro asunto.

Camila: ya no tienes que ayudarme más. –dijo, alejando su brazo- y tampoco tienes que aguantar mis preguntas. –me miró- no contaré nada.

-de qué estás hablando? –pregunté confundida.

Camila: estoy hablando de que no necesitas hacer estas cosas solo para que yo no le cuente a tu mamá la verdad.

La miré por unos segundos, muy sorprendida, pero luego la sangre comenzó a hervir en mi, yo nunca hice esto por nadie, nunca ni siquiera presté mi pomada, ni para mi mamá, por algún motivo yo hice esto por ella, sin saber por qué y ahora ella viene a decirme que fue por miedo? Si, exploté.

-no seas idiota niña. –me levanté- yo no tengo problemas con un castigo, yo no los cumplo. –dije mirándola- se quieres contarle a mi mamá, la decisión es tuya, yo no voy a impedírtelo y tampoco a hacer cosas para que no le cuentes. -dije nerviosa- sinceramente, es por personas así, que yo no sonrío.

Dicho eso salí del cuarto tirando la puerta.    

EL INTERCAMBIO -CAMREN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora