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*POV Camila

El auto se detuvo, mi estómago se revolvió con la ansiedad que regresó. Lauren, nuevamente, me guio. Escuché varios ruidos alrededor, pero ninguno de ellos los reconocí como los de un restaurante. Entramos en lo que, creo, era un elevador hasta que de repente todo quedó en silencio, solamente escuchaba pasos distantes y nuestras respiraciones. No me atreví a preguntar en dónde estábamos. Hasta que una puerta se abrió y la venta salió de mis ojos, por unos segundos creí que estaba solamente teniendo un espejismo. Pestañeé varias veces, en shock.

-yo...-intenté decir algo, pero no podía.-

Una habitación grande y lujosa estaba frente a mi, una bandera de México colgaba en la pared, en donde debería estar un cuadro, rosas blancas en un vaso sobre la mesa con diferentes tipos de comidas y bebidas mexicanas. Pétalos blancos y verdes sobre la cama que parecía suave. Cada lugar que veía me recordaba mi país.

Lauren: intenté traer un poco de México para acá. –habló con la voz tierna.- para que mates la nostalgia. –tocó mis hombros.- quería hacer algo especial. –besó mi rostro.-

Ella no pudo haber acertado más. Además de toda la decoración, que ciertamente la tuvo que hacer investigar sobre mi país, está el hecho de que no fue algo copiado. O esperado como un cuarto con velas y rosas rojas. Ella siempre consigue sorprenderme.

Cuando salí del transe, quité la venda que estaba en vuelta a mi cuello y la dejé sobre la mesa. Lauren cerró la puerta, el ruido hizo que yo la viera. En sus ojos había un brillo diferente esa noche. Un brillo que no reconocí.

-no sé cómo agradecerte por todo esto. –indiqué el lugar.-

Lauren: sólo quiero que esta noche sea especial. –dio un paso hacía mi y en segundos sus brazos rodeaban mi cuerpo.-

-esta noche ya es especial. –afirmé, tocando su rostro. Ella respondió con una leve sonrisa y un beso en mi frente.-

Lauren: no sé si todas estas cosas son de México. –me soltó, mostrándome las comidas.- fue difícil investigar. –hizo una careta, insegura.-

-hey, todo está perfecta. –la calmé, sonriendo.- no tuviste que hacer todo ese trabajo.

Lauren: te quedaste conmigo cuando nadie más lo hizo... -me miró.- ...y no tuviste que hacerlo. –entendí a donde quería llegar.- entonces, estamos a mano.

Decidí dejar de golpear la misma clave. A pesar de todo mi encanto y la seguridad de que Lauren hará esta noche ser increíble, estaba nerviosa. Y ella también.

Lo que es muy extraño.

Lauren: discúlpame, nunca hice esto antes. –suspiró pesadamente, sentándose a mi lado en la cama.-

-creo que las dos tenemos mucho que aprender esta noche. –la miré,mientras hablaba delicadamente.- juntas. –coloqué mi mano sobre la suya queestaba apoyada en el colchón.-    

EL INTERCAMBIO -CAMREN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora