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*POV Camila

Taylor y yo nos miramos de reojo, sin entender nada de la actitud de Lauren, pero, al final, cuándo le hemos entendido? Le seguí contando a Tay sobre mi almuerzo. Después tomé la notebook para ver si recibí algún mensaje de las personas en México. Y como lo esperaba, si. Había un video que envió mi mamá, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a mis papás, mi hermana, Sandra y Marielle, todos en una mesa, totalmente decorada por mi cumpleaños, cantando. La sala estaba completa de globos, seguidamente cada uno de ellos me dejó un mensaje, deseándome muchas cosas buenas, también mencionando todo lo que me extrañaban y lo que quieren que esté allá hoy. No fue una sorpresa comenzar a llorar desconsoladamente. Creo que las fechas importantes son las más difíciles para pasar lejos de casa.

Sequé las lágrimas cuando conseguí contenerme, guardé la notebook y me quedé en el cuarto hasta sentirme emocionalmente preparada como para salir. Toqué un pétalo de una rosa, de mi florero, que estaba sobre un mueble al lado de mi cama. Entonces noté, a un lado del vaso, una nota que ciertamente no estaba ahí antes.

Lo tomé, con un cuidado innecesario, al final solo era un pedazo de papel.

"...porque entre las flores, nuestro día fue más lindo.

Me creerías, si te digo que mi corazón se acelera con el sólo hecho de escuchar tu nombre?

Feliz cumpleaños."

Me quedé paralizada por un buen tiempo, mirando la nota. Sin creer lo que estaba leyendo y mucho menos que fue justamente ella quien mandó las rosas. Salí del cuarto con la nota en mis manos y fui hasta el de Lauren, en donde entré sin ni siquiera tocar.

-porqué simplemente no me dijiste esto hoy en la mañana? –pregunté, mostrando la carta entre mis dedos-

Lauren: qué es eso? –se levantó, para descubrirlo- Ah...eso. –pensó un tiempo- yo no iba a dejarte saber que fui yo quien te mandó las flores. Sólo que la idea de que hayas pensado que fue aquel playboy el que las envió, me dejó con tanta rabia que subí y escribí la nota. –admitió, en un suspiro-

-pediste que entregaran las flores en tu propia casa? –dije, con la voz tierna- quiero decir, porqué no me las entregaste tú misma?

Lauren: ya te dije, no quería que supieras que fui yo. –se levantó- pero al mismo tiempo quería mostrarte que en realidad me importas.

Mi corazón se tumbó dentro de mi pecho al escucharla decir eso.

-no entiendo. –parpadeé varias veces seguidas, para contener las lágrimas-

Lauren: pensé que, de alguna forma, el hecho de que las flores sean las mismas que dijiste que no querías pisar aquel día, te haría descubrir que yo las mandé. –se acercó a mi- pero no pasó. –suspiró- todo lo contrario, creíste que había sido otra persona.

-yo nunca creí que Harry me las hubiese enviado. –dije sincera- yo quería con todas mis fuerzas que hubieras sido tú. –admití- sólo que después de hoy en la mañana lo creí completamente imposible. –la miré- porque fue como si no supieras que estaba cumpliendo años.

Lauren: encargué las flores hace dos días atrás. –contó, a un paso de chocar con mi cuerpo- quería darte algo especial. –respiré profundo- yo sé que las flores van a morir, pero su significado no. –aunque ella estaba muy cerca, yo la sentía muy lejos, por no tocarme- y eso.

Cuando vi que ella ya no haría ni diría nada más, me di la vuelta para salir, pero no conseguí contener mi impulso, movida por la decepción de que ella no lo haya hecho por si sola.

-Lauren, puedo pedirte algo de cumpleaños? –pregunté, mirándola-

Lauren: habla. –me miró, confundida-

-me besas? -dije las palabras rápidamente, con vergüenza-

Pero yo necesito de eso, necesito sentir sus labios. Por más incoherente que sea, por más que ella se haya ido a la cama con otra ayer, lo necesito, de alguna forma descubrir que ella es diferente conmigo. En mi cumpleaños, puedo engañarme.

Sólo basta que ella acepte.

*POV Lauren

Su pedido me tomó totalmente desprevenida, la miré unos segundo, por más que la necesidad de tomarla en mis brazos y besarla toda la noche fueran enormes, no podía dejar llevarme. No después de todo lo que conseguí desde el día en el que decidí no dejar que ese sentimiento avanzara. Va a doler, pero no puedo echar todo a perder. Me acerqué a ella y le di un beso en su mejilla, rápido, apenas tocando su rostro.

-discúlpame, pero eso es lo máximo que me atrevo a hacer. –bajé la cabeza, para que ella no vea cuanta mentira llevan mis palabras-

Incluso así, pude ver su rostro ruborizado y sus ojos llenos de lágrimas. Ella se dio la vuelta para salir, pero se detuvo y me miró.

Camila: entonces, no. No creo en nada de esta mierda. –arrugó la nota que hice y lo lanzó al suelo, haciéndome entender lo que ella no cree.

Lo junté, cuando ella salió, cerré la puerta y lo desarrugué, leyendo la pregunta a la cual ella respondió.

"Me creerías, si te digo que mi corazón se acelera con el sólo hecho de escuchar tu nombre?"

Es una pena que no lo crea.


EL INTERCAMBIO -CAMREN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora