EL INTERCAMBIO -CAMREN-

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*POV Camila

Tragué seco, mis manos estaban sudando, pero no me intimidaría, de eso estoy segura. La vi también directo a los ojos, enfrentándola.

Lauren: estás feliz ahora? Conseguiste lo que querías?

-no, no estoy feliz. –me acerqué a ella, sin dejar que mi voz mostrara flaqueza- sabes cuándo voy a estarlo? Cuando vuelvas a ser la Lauren que todo el mundo dice que extraña.

La dejé en la sala.

Al día siguiente desperté más temprano de lo normal, me coloqué un abrigo, tomé una escoba y salí detrás de Lauren. La encontré unas cuadras más adelante, con esa ropa que usan los trabajadores que limpian las calles, borrando lo que escribió ayer en el muro. Me quedé en la misma acera que ella, como quien no quiere nada y comencé a barrer. Hasta que ella me notó.

Lauren: te viniste a reír en mi cara? –preguntó, sin desviar la mirada del muro-

-estás viendo alguna sonrisa en mi cara? Creo que no. Vine a ayudarte, ya que te metí en esto.

Lauren: no necesito de tu ayuda.

-entonces voy a limpiar el parque porque quiero cumplir con mi papel de ciudadana. –respondí, sin pestañar-

Seguí barriendo y seguía siendo ignorada por Lauren, pero eso ya es normal.

Lauren: quieres parar Camila? –lanzó al suelo el paño que sostenía- ya no te bastó irritarme lo suficiente llamando a la policía?

-quieres medir fuerzas? –tiré mi escoba al suelo, ella hizo más ruido que el paño ridículo de Lauren- yo tengo una escoba. Ok? –bromeé con ella, sujetando las ganas de reír- y no tengo ningún miedo en usarla.

Lauren cerró la mano en un puño, recogió el paño, con rabia saliendo de sus ojos volvió a limpiar.

-y limpia bien esa mierda. –me atreví a hablar, recogiendo mi escoba-

Porque tengo la certeza de que ella no es capaz de lastimarme con algo que no sean sus palabras.

La semana pasó rápido y día tras día yo estaba allá, barriendo al lado de Lauren. Y todavía siendo ignorada. Pero eso no me molestaba, yo seguí con mis monólogos. Hoy, Domingo, no sería diferente.

-ECO... -grité, en la calle vacía, escuchando mi voz repetirse- ...enserio las personas no salen a la calle los domingos? Hay alguna ley que prohíbe eso? –pregunté y no obtuve respuesta- voy a tomar eso como un sí. –sonreí y seguí barriendo- sabes, en la época de escuela siempre que hacían aquellos bailes en los que el que se quedaba sin pareja tenía que bailar con la escoba. Yo casi siempre la prefería a ella que a aquellos chicos. –hice una mueca-

Lauren suspiró y siguió barriendo. Los primeros días en los que aparecí, creí que ella iba a explotar y volar mi cuello en cualquier momento. Pero ahora ella solamente me ignora.

Gran avance.

-Wow, vamos a terminar con los brazos muy musculosos después de esto. Ese movimiento que hacemos con la escoba es mejor que en una academia. Y es gratis. –hablé animada- Lauren, ya te dije un millón de veces que tienes que barrer las esquinas con más cuidado. –hablé brava- que mal, parece que me ignora.

En ese momento la calle fue tomada por un sonido de una motocicleta, se estacionó en donde estábamos, la persona se quitó el casco y lo reconocí al momento.

-HARRY!!! –exclamé, riendo- qué haces por aquí? –le pregunté a mi colega del teatro-

Harry: comprando unas cosas para mi mamá. –sonrió, bajando de la moto y dándome un beso en la mejilla- y tú? Vas a barrer o a volar? –indicó mi escoba, riéndose-