Capítulo VI

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El sonido de la puerta cerrándose rompe su ensueño ensimismándolo, se acomoda la corbata, mira con el rabillo del ojo a los lados, entretanto sube las escaleras del establecimiento.

Es un edificio de mala muerte, la pintura se desgasta por todos lados, hay quiebres por toda la estructura, acentuándose en las esquinas.

Zayn puede oler el moho desde donde se halla.

Llega a la puerta de entrada, se encuentra a punto de abrir la puerta, pero entonces un Bronze lo hace por él. Se pregunta el cómo un hotel de ese estatus puede contar con el servicio de penitencia Bronze, pero la idea no ha rondado más de un suspiro. El interior lo golpea con todos los lujos y alhajas de la clase de hoteles que él acostumbra, se relaja.

Al parecer ese no es un lugar para pordioseros. Y ahora lo está confirmando; cuando había hecho las reservaciones no creyó que ofrecían esa clase de servicio "encubierto". Pero todo parece indicar que toda la fachada pordiosera fue simplemente una cobertura.

Estando frente a la mesa de recepción y coloca su pulgar en el identificador, éste emite un sonido y de pronto una pantalla holográfica salta en sus narices. Allí está él, su aparente número de habitación y abajo está el saldo de costos por servicios de habitación, el cual roza una suma considerablemente alta.

—Bienvenido a " Secret "—saluda una joven pelirroja — Or Malik.

El solamente asiente en un leve gesto.

—Vengo por la reservación.

—Por supuesto que lo hace... También Or Malik... Ehm... su huésped, se rehúsa a tratar con nosotros, hemos ofrecido masajes, rutinas de belleza, pero simplemente ha rechazado todos los servicios —comenta la curvilínea meneando sus caderas, ayudándole a llegar al elevador.

Siente una acidez en la boca de su estómago ¿Está poniéndose nervioso?

Sí, lo está haciendo.

Estando ambos frente a las puertas del ascensor, el frena su andar.

—Podría dejarme ir sólo desde aquí. Nos gusta la privacidad.

Ella sonríe.

—Como gusten.

Las puertas se abren.

—Hasta luego excelencia... Una última cosa. ¿Derivo sus llamadas o dejo la señal libre? —pregunta acomodando su cabello. En verdad eran muy buenos en su trabajo.

—No, deja las llamadas habilitadas, solamente no molesten —refuta con una sonrisa.

Ya estando dentro, ella cierra las compuertas y programa el piso de destino "piso 28, habitación 18" se permite leer.

Y para ese entonces, un calvario interno empieza a estallar dentro de él. Las imágenes de aquellos días vienen a su cabeza mientras se soba el cuello, el sudor frío le hace temblar las piernas. No puede creer lo que está haciendo.

¡Lo ha logrado!

Y está a segundos de ver sus ojos. Y no puede sentirse más ansioso o perturbado.

Puede ver en el marcador como llega a su destino y el pitido anunciante seguido de un silencio ensordecedor lo abruma.

Es una habitación normal por lo que puede apreciar, tiene una iluminación baja, puede ver los muebles acomodados y el sofá está enmarañado en sábanas y un desastre de envoltorios y comida.

Se introduce allí mientras su nariz explora los aires, sintiendo su aroma, es increíble el hecho de que después de todo aquel tiempo, seguía usando el mismo perfume, la misma fragancia fina que ellos alguna vez se atrevieron a hurtar. Ese aroma le trae memorias agradables, le traen sus palabras de vuelta, sus abrazos, el tacto de sus músculos, el color embriagante del contraste de esa sonrisa impecable.

Estamentos de Honor (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora