Estamentos de Honor (Larry Stylinson)

Capítulo XIII

Louis sale lo más rápido que puede del armario, tropezando a la vez con unas cosas que están en el suelo. Se endereza y queda expuesto, aquello le toma desprevenido.

Su amiga está contemplando su antigua habitación, ella está de espaldas a él. Leyendo una de las tarjetas que viene amarrada a cada ramo.

Ella sabe dónde el castaño se ha escondido, siempre lo hace allí. Ésta vez ha venido a consolarlo, como siempre. Pero encuentra algo diferente. Aquello no es nada igual a la habitación de su mejor amigo. Porque aquella está llena de flores. Las cosas de Louis se han ido para ser remplazadas por toda la flora.

《¿Me dejarías besarte?》

Se lee en la inscripción del ramillete.
Ella no comprende muy bien lo que está sucediendo.

—Demi —oye tras sí.

No se molesta en responder, la caligrafía en la inscripción es tan diferente a la de su hermano. Quiere creer que él las manda hacer para Louis, porque eso es algo que Zayn haría.

Lee una tras otra, todas las notas diciéndole algo diferente a Louis y ninguna teniendo algún parecido con la caligrafía de su hermano.

Sin embargo algo le dice que no es el moreno el emitente. Además de las "H" firmando en todas ellas.

—¿Qué ha pasado? —inquiere en todos los sentidos de la oración.

—¿En realidad quieres saber? —contraataca el ojiazul.

Ella enfrenta su rostro. Afirmando con la mirada. Luego ambos se encuentran en un cálido abrazo, con lágrimas e hipidos silenciosos.

Se sientan en la vieja cama blanca. Louis está cruzado de pies, secándose de vez en vez las mejillas mientras deja todo fluir. La nívea muchachita acomoda el borde de su vestido repetidas veces mientras deja que la información la haga caer en noción de un nuevo dilema.

Louis siente como su voz no es suficiente para contarlo todo. Porque se lo está diciendo absolutamente todo.

Le cuenta como fue que ha llegado tan lejos con el Or Styles. Le dice sobre la forma en que su voz lo hace temblar, como sus palabras suben y bajan por sus oídos dejando un hechizo del cual a veces le cuesta despertar.

Le cuenta leyendas sobre el sabor utópico de esos labios gruesos y la melodía que siente emanar de todos lados cuando sus miradas se conectan.

Explica sus razones del por qué había desaparecido la noche anterior. También confiesa lo que hizo. Y lo bien que Harry le hizo sentir, la manera en que sus brazos lo rodeaban haciéndole sentir en casa. Louis está perdido en su propio relato, tiene una sonrisa desprevenida y la mirada lejana. Tratando de encontrar algo de lógica en todo Harry. Pero no lo hace, sólo puede pensar en lo que él le hace sentir.

Le hace sentir todo en un efímero infinito.

—Solamente se que éste lío está consumiéndome —casi se ahoga con sus palabras, pero no lo hace— Quiero que se acabe, todo. Todo esto, y por favor deja de mirarme como si fuese la abominación más grande de toda la existencia, Demi.

Ha pasado un rato desde que el joven Or se ha estado desahogando. Ahora los jóvenes están sosteniéndose miradas.

—No sé qué decir exactamente. Louis, esto no es un juego —concluye Demetria.