Estamentos de Honor (Larry Stylinson)

Capítulo VIII

— ¿Depende de qué?

Louis traga duro.

—De que no pase al nivel de imprudencia —trona.

De nuevo el silencio, Louis piensa en colgarle, pero le intriga saber que tiene para responder.

—No lo hará, no haré nada que tú no quieras Louis —susurra el ojiverde.

Louis no puede contenerse la carcajada, a la par siente pena que alguien más lo escuche reír de aquella forma tan inapropiada.

— ¿A qué se debe eso?— inquiere divertido el rizado.

—Se debe a que te oyes tonto cuando susurras cosas muy cursis.

Ahora el ruloso desternilla.

—Según mis amigos, todo el tiempo me escucho tonto —comenta.

—Probablemente ellos tengan razón. —tienta el ojiazul.

— ¿Está usted ofendiéndome Or Tomlinson?

Y son aquellas dos simples palabras las que hacen inducción en su sistema. Él probablemente no debería estar haciendo esto.

—Creo que sí lo estoy haciendo ¿Por qué? ¿No puede soportar unos cuantos chistes? —tiene que ser picante, pero se está divirtiendo. Eso sí no lo puede negar.

—La verdad es que los soportaría todos, mientras sigas hablando conmigo.

De nuevo vuelve a arruinar el momento con una de sus cursilerías ¿Es que no se da cuenta? Louis no está interesado en él.

— ¿Qué tanto estarías dispuesto a soportar?—el castaño decide a arriesgarse.

—Lo que sea necesario —su voz es aún más segura, más profunda.

Louis sale rápidamente de aquel estado.

— ¿Tan buenos son mis chistes para que yo pague éste precio? —cambia de tema.

—Tienes un buen sentido del humor, debo reconocerlo.

Se escuchan sonidos distendidos desde el lado del ruloso. Quien habla de forma inmediata.

—Louis, debo de colgar. Me están necesitando.

—Oh, está bien —de hecho no lo está, pero primero muerto antes de admitir tal cosa, es que ya le agrada el Or.

—Hasta pronto, descansa Louis —se despide.

—Adiós, Harry.

Termina la comunicación, tumbándose boca arriba en su cama. Se permite suspirar, aquello fue una completa locura ¿En qué juego se está permitiendo enredar? Desde los preparativos hasta su inesperada llamada, pero según él, no ha tenido más opción que aceptar, como cada suceso que acontece. Suceden igual que la nieve que azota los largos inviernos de la Mort, vienen imprevistos con demasiada potencia, pintando los innumerables edificios de blanco en no menos de una hora.

Y al igual que la escarcha en las ventanas de su habitación, le gusta todo lo que le ha pasado hoy. Y por sobre todo su charla con Harry, éste le ha dicho que le gusta el Louis espontáneo y gracioso. Todo lo que su familia le enseñó a esconder ante los demás, porque un Or debe de guardar la compostura todo el debido momento.

Durante esos cortos minutos disfrutó soltar un poco la correa que amarra su personalidad y en realidad, le gusta. Sin embargo tiene mucho ¿Miedo? la verdad no sabe que es, pero sí lo siente. Y está allí, ha permanecido allí desde que el Or Styles apareció en sus vidas.