Toda buena guerrera conoce sus armas sabe cómo usarlas y no tiene miedo de sacarlas al combate cuando la situación lo requiere.
Aqui está su armadura:
Ciñe sus lomos con la verdad, y se viste con la coraza de justicia, se calza los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, toma el escudo de la fe, con el que puede apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y toma el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
Mantente firme en tu lucha cree en ti y en especial en Dios. Y preparate para cuando venga el dia malo.