A lo largo del camino sufrimos diferentes pruebas, diferentes adversidades y situaciones que pueden volverse un tanto complicadas. Cuántas veces le hemos preguntado a Dios por qué nos pasan a nosotros? Y cuántas veces nos hemos justificado delante de él?
Muchas.
Pero sabes? ¿quienes somos nosotros para decirle al Alfarero por qué me haces asi? Acaso somos nosotros más sabios que Dios? O más perfectos que Él? Acaso podemos nosotros saber que es lo mejor para nosotros mismos? O podemos nosotros enderezar nuestros caminos? No. No podemos. Somos barro en manos de un perfecto alfarero que dispone de nosotros según sea su perfecta y buena voluntad, el barro necesita un proceso para se un vaso de honra.
El barro necesita ser limpiado para empezar a ser moldeado, aveces la vasija se echa a perder en sus manos pero el no la deshecha si no que con su inmenso amor y paciencia vuelve a formarla y luego de moldeado debe ser metido al fuego para tener firmeza. Así Dios con nosotros nos limpia de toda cosa que no le agrada en nosotros y nos empieza a formar lo difícil es entrar al fuego por que la prueba es dura pero necesita que tengamos una fe firme en El, una fe que pueda ser puesta en prueba.
DIOS ES Bueno y tiene planes de bien para sus hijos.