Capítulo 1

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Flashback

La aldea estaba siendo arrasada. Hombres y mujeres corrían de un lado para el otro histéricos. Debra Woods corría con la pequeña Lexa en brazos, que no entendía lo que estaba pasando, solo veía fuego, veía gente en el suelo y aullidos de lobos cerca, muy cerca. Raymond había salido para combatir contra las bestias que osaron usurpar su poblado.

La mujer alcanzó a llegar a su casa, echó a un lado la alfombra del suelo y abrió una trampilla, era un hueco pequeño, suficiente para meter a la pequeña Lexa ahí:

– No mamá.

Dijo Lexa, ¿Qué tendría siete años? Alzó los brazos para que Debra la volviera a coger, la mujer pareció mirar de repente hacia la puerta, actuando más rápido comenzó a embadurnar con algo a la pequeña, no sabía que podía ser, pero apestaba y mucho:

– Cariño, necesito que te escondas y no hagas ningún ruido...

– Pero mamá.

– Escúchame– le acarició su mejilla pringada– eres una Woods cariño, llevas la marca salvaje, necesito que te escondas, mantén a nuestro poblado vivo– le señalo con el dedo índice en el pecho – justo aquí. Recuerda que tú padre y yo te queremos– susurró– ahora escóndete y no salgas hasta que salga el sol.

Lexa entre lágrimas asintió y se agazapó en su escondite. Debra, cerró la trampilla y volvió a ocultarlo con la alfombra. Lexa podía ver como se infiltraba algo de luz por una pequeña rejilla, curiosa se acercó para mirar. Fuertes golpes contra la puerta de la entrada le hicieron sobresaltar. Gruñidos, salvajes llenaron toda la estancia. Entonces lo vio, era alto peludo y aterrador, la bestia salvaje alzó sus garras y desgarró el cuello de Debra, que no opuso resistencia alguna. Lexa se tapó la boca para ahogar un pequeño grito. La bestia apoyó las extremidades delanteras, solo para alzarse de nuevo sacando pecho y aullando fuertemente.

Fin del Flashback"

Clarke vivía en un piso compartido con su amiga de la infancia Raven, que estaba cerca central Park, Manhattan, ya os podéis imaginar la de pasta que debían de tener. Era el último verano que tenían antes de comenzar su primer año como internas en un hospital. Así pues, cada dos por tres Raven se montaba las fiestas del siglo.

Una mañana, habían hecho sus compras para la noche, era sábado así que tocaba jolgorio. Clarke muchas veces podía parecer pija, pero lo cierto es que era igual de cachonda que Raven. Obvio que a los ojitos de sus padres, ambas eran hijas ejemplares, aun sin estrenar, es decir virginales al más no poder:

– ¿Va a venir Bellamy esta noche?

Preguntó Clarke a la que entraban al edificio, torpemente porque iban súper cargadas. Bellamy era el hermano mayor de Octavia, otra compañera de universidad. No había nada formalizado, pero Clarke ya se había liado y acostado con el chico en más de una ocasión, unos cuantos fines de semana. Clarke y Raven más o menos eran de la misma estatura, aunque Raven era mucho más atlética que Clarke.

Clarke era rubia, ojos azules buenas curvas inteligente y aunque Bellamy le atraía, desde que era una adolescente se declaró abiertamente bisexual. Raven, tonteaba con Clarke muchas veces en plan coña, pero salía con Finn dese que estaban en el instituto, vamos, la típica pareja que iba para matrimonio después de acabar la carrera o eso parecía, hasta la rubia pensaba que se irían a vivir juntos en nada:

– No lo sé, ya sabes cómo está con su proyecto.

Respondió encogiendo los hombros, iba a pulsar torpemente el botón del ascensor para llamarlo, cuando una chica que permaneció silenciosa detrás y que no habían visto nunca, procedió a apretar el botón. Tanto Clarke como Raven se le quedaron mirando descaradamente. Era alta, si no llegaba al 1,70 estaba ahí, ahí... digo alta, porque ya más quisiera tener esa altura, tristemente vuestro narrador es un tapón, bueno que me voy por los laureles... cómo iba contando, tenía una melena larga morena, labios carnosos y sexys, color de ojos, no pudieron verlo ya que llevaba gafas de sol, vestía con un conjunto de cuero, en su mano llevaba un casco, permanecía seria e iba a pasar de formalidades con el típico saludo de vecinas:

Marca salvaje: solitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora