Capítulo 5

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Lexa intentó hablar con Wells, pero éste estaba desaparecido en combate. La morena se sentía aturdida, sobre pasaba el centenar de años y era toda una ignorante, refiriéndose a los sentimientos humanos. Durante días y semanas evitó a Clarke, hasta ese mismo día. Durante las noches de luna llena estuvo merodeando entre Moose River Plains y West Canada Lake. Pasado esos días, en su regreso, tuvo el primer encontronazo con su vecina en los pasillos. Estaba apoyada contra la pared mientras un chico, alto, moreno y musculoso le acariciaba la mejilla. Le entraron ganas de romperle la mano. Aun así se mantuvo y paso de largo, notando la mirada curiosa de Clarke. No eran nada, era una humana y tenía todo el derecho de formar pareja con un macho humano. ¿Pero dónde estaba Wells?

Solo se le paso por la cabeza una cosa, que en la vida pensó que haría. Bajó al supermercado y paseó por la sección de libros, para ser exactos, las de autoayuda. Amar o depender ¿de verdad esos libros servían para algo? Libro a la cesta, como ganar amigos, otro para la cesta, 101 maneras para ligar, a ese paso se llevaba toda la sección. Libros sobre encontrar la felicidad, esos no le interesaban, hasta que encontró uno que se ganó su curiosidad. Kama Sutra lésbico, bueno explicaba un poco de todo ¿Por qué estaba mirando eso? Si ni si quiera podía besar a Clarke sin sobreexcitarse, un beso, si llega haber más contacto como en una de esas posturas, todo era posible que le crecieran las garras. De imaginarse haciendo eso, le entraba unos calores:

– Hola, Lexa.

La morena giró con efusividad y el libro se le acabó cayendo de las manos. Eran Octavia y Raven, que había ido de compras para pasar el día viendo películas. Clarke había comenzado las prácticas, así pues decidieron comprar patatas fritas y chucherías, cuando Raven vio de lejos a Lexa.

Clarke ya les había contado la última batallita, el beso que acabó en portazo en las narices. Últimamente las chicas no se aburrían con esas dos, así pues, todas chulas ellas se acercaron a la morena, que parecía ojear muy interesada un libro.

Octavia se agachó a coger el libro, en cuanto vio el titulo alzó una ceja y aguantándose la risa se lo entregó a la torpe de Lexa. Raven tenía el puño sobre sus labios para ocultar la sonrisa divertida:

– Hola...– comenzó a decir la ojiverde nerviosa– chicas.

– ¿Experimentando con nuevas posturas?

Dijo Octavia con expresión picara y señalando el libro. Lexa carraspeó y lo volvió a dejar en su sitio:

– Lo cierto es que estaba interesada en otro– y sin mirar agarró justo el que estaba al lado– este.

Y se lo enseñó a las chicas, éstas rompieron a reír nada más leer el título. Octavia lo cogió y enseñó la portada a Lexa:

– Como afrontar la menopausia prematura.

Lexa comenzó a palidecer y a balbucear ¿Cómo salía de esa? Frunció el ceño, se rascó la cabeza nerviosamente y negó con la cabeza. Devolvió el libro en su sitio e intentó hacer lo que mejor se le daba, escabullirse:

– Ha sido un placer veros– se miró el reloj de pulsera– pero tengo prisa, adiós.

Intentó pasar al lado de Octavia y Raven, pero la compañera de Clarke le agarró la muñeca, le detuvo antes de que echara a correr y huyera. Lo que no sabía es que, las amigas de la rubia eran mucho más descaradas:

– Vamos a ver– dijo Raven mirando en su cesta– uy pero que verde está.

Lexa quedó empotrada en una de las estanterías:

– Sois muy invasivas– dijo Lexa quitando la cesta a Raven– ¿lo sabíais?

– Ni te lo imaginas corazón de melón.

Marca salvaje: solitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora