Capítulo 16

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Flashback

Craig perdió el conocimiento y pensó que su destino era la muerte. Sin embargo, entre altas fiebres logró despertar a los dos días. Ya no se hallaba en el barco, si no en una casa que le resultaba desconocida, una anciana le estaba pasando un paño con agua tibia y unas extrañas hierbas que olía muy bien. De repente, entró otra joven a la habitación, era muy guapa. Las dos presentes comenzaron a hablar en un idioma que no entendía muy bien:

- ¿Dónde estoy?

Preguntó con voz pastosa Craig, la anciana le ignoró mientras la joven, comenzó a quemar una especie de incienso y a purificar la habitación:

- Por favor- suplicó el hombre- agua, ¿pueden darme un poco de agua?

- El señor te ha bendecido.

Dijo por fin la anciana con el acento del lugar. La joven, salió de la habitación. Craig se humedeció los labios, no entendía nada:

- Disculpe, señora- el cuello, le dolía como todas sus articulaciones- pero no comprendo.

- Nadie sobrevive a la ira del varacolaci.

- ¿Vara... qué?

La anciana señaló por la ventana, ya había anochecido:

- Demonio de la noche- le volvió a pasar el paño por la noche- pero todo tiene un precio noble soldado.

- ¿Soldado?

Era tan solo un humilde explorador, que iba en busca de aventuras. Pues bien, halló una, de la cual si llegaba a contarla, le encerrarían por loco:

- Todos tus descendientes deben ser bautizados, si no quiere que su destino sea el vagar por la noche en busca de sangre inocente- le giró la cabeza para ver el estado de su cuello- la ponzoña está dentro de usted, ahora en su sangre lleva la marca del mal.

Fin del Flashback

Octavia no entendía nada. Se sentía extraña por una parte quería Salir corriendo, no entendía como era posible escuchar lo que decía Lexa y Clarke. Ni como había sido capaz de hacer esa atrocidad a Amelia, pero su sangre, el olor de su sangre se le hizo tan tentador y resulto tan sabrosa. Raven la miró ceñida, ante la confusión de la ojiverde. Todo su ser era contradictorio:

- ¿Te encuentras bien?

O. Se llevó las manos a la cabeza. Pero que había pensado hacerle a Raven, había mirado su cuello como si fuese comida, no, no podía hacerle eso, ella quería a Raven, si le hacía algo se moriría. Las lágrimas se le acumulaban en los ojos:

- No lo sé, Raven- la expresión asustadiza hizo que Raven sintiera opresión en el pecho- ¿qué me está ocurriendo?

- Ven aquí.

Dijo la castaña mientras le abrazaba para consolar a su amiga, el accidente le había dejado confusa y después de contemplar como su acompañante moría en el acto, debía de ser duro. Claro que le abrazaría, todo lo que fuera necesario, porque como le había confesado a Lexa, ya no podía negar que le quería. Sintió su corazón bombear fuerte cuando Octavia comenzó a besar su cuello. ¿Qué estaba haciendo? Pero si tenía novio, que por cierto, ya le valía, estaba tardando, en ir al hospital. Bueno, tampoco se iba a quejar, sobre todo cuando los labios de Octavia fueron ascendiendo hasta rozar sus labios. Dios que piel más fría y pálida. Lo que le detuvo y le dejó sin aliento, es que los ojos verdes de Octavia se volvieron grises claros ¿Cómo narices era posible?:

- ¿qué?

Octavia entre llantos:

- No quiero hacerte daño, Raven- la castaña abrió la boca para decir algo, pero Octavia rápidamente se la tapó y con una fuerza sobre humana le empotró contra la pared- Pero tengo hambre.

Marca salvaje: solitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora