Capítulo 7

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- ¿Por qué narices...?

Comenzó a preguntar algo molesta la rubia, pero Lexa comenzó a negar con la cabeza:

- Cuidado con lo que preguntas, Clarke- ¿por qué se perdía cada vez que pronunciaba su nombre? De sus labios sonaba tan sexy- no vayas a malgastar la oportunidad.

- Estás pidiendo conocer a mis padres.

Lexa se encogió de hombros:

- Soy muy curiosa, me gustaría conocer tus raíces.

Clarke frunció el ceño, encima estaba vetada con las preguntas, al menos hasta que le hiciera la más importante, de ese día. Desconcertaba que en el fondo no le negase muchas cosas, como el hecho de que no era humana:

- Todavía no he aceptado a que conozcas a mis padres.

Era toda una encrucijada, quería que le respondiera alguna pregunta, pero es que, le pedía comer con sus padres ¿Por qué quería tal cosa? Tres besos y ya se creía con ese derecho. Era demasiado personal. Lexa al escuchar aquel comentario se encogió de hombros y se levantó de la cama para Salir de la habitación. Maldita curiosidad, pensó Clarke antes de saltar de la cama e interponerse en el camino de la morena. Ésta dibujó media sonrisa:

- El ser humano es el animal más curioso del mundo- alzó una ceja- lo sabías.

- Y tú te estás aprovechando de eso- dijo con irritación Clarke- eso no es de buenas personas.

Lexa dio unos pasos adelante, dejando a la rubia empotrada contra la puerta de la habitación:

- Yo nunca he dicho que soy buena, Clarke- tenía su expresión seria- cualquiera en su sano juicio huiría de mí, pero mírate, estas a escasos centímetros haciendo preguntas sin parar.

Apoyó sus dos manos en la puerta, cada una a lado de su cabeza, ahora sí que le estaba poniendo nerviosa y no de terror, más bien su cercanía, podía notar el calor que desprendía su cuerpo, acelerándole el corazón, agitando su respiración, todo, porque Lexa seguía teniendo un atractivo inexplicable que le atrapaba y hacía que la anhelara, sobre todo, hacía palpitar fuertemente otras partes de su cuerpo que no eran su corazón:

- ¿Eres un demonio sexual?

Preguntó con un hilo de voz. Lexa se separó un poco, poniendo expresión divertida:

- Si te respondo esa pregunta, sabes lo que toca.

- Responde antes de que me arrepienta.

Lexa sonrió triunfante, conocería a los padres de Clarke, aunque era un poco insultante, por ahora había dicho vampiro, después demonio sexual ¿Qué sería lo siguiente? ¿Hechicera? El folklore del hombre lobo igualaba a la del vampiro:

- Clarke, no soy un demonio- esbozó una sonrisa- y mucho menos sexual si te confesé que soy virgen.

- Eres hermosa- dijo una Clarke ya esclavizada de su mirada verdosa- y cada vez...

La morena dio otros cuantos pasos atrás, dejando que la rubia recuperara el aliento:

- Ya- interrumpió a la rubia con cierto nerviosismo- suele pasar.

Una duda que el profesor Wells tuvo la amabilidad de solventar. Era cierto que las hembras solían desprender feromonas para atraer a los machos, solo que Lexa debía de tener algo más, ya que atraía la atención de ambos sexos. En parte no le gustaba la idea de que Clarke solo se sintiera atraída por sus feromonas y no por su forma de ser:

- ¿quieres que vaya vestida de alguna forma especial mañana?

- Ven cómo te dé la gana- dijo encogiéndose de hombros- tan solo serás la vecina que ha sido invitada.

Marca salvaje: solitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora