Capítulo 17

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    – No hace falta que te quedes.

Dijo Clarke, pero Lexa era una cabezota cuando se lo proponía. Estaba tumbada sobre su cama, mirando con cierto recelo a la puerta. Octavia se quedaba a dormir en el piso y no se fiaba que la Varacolaci no hiciera nada a Clarke ni a Raven. Ambas humanas intentaron averiguar la razón de porqué tenían que llevarse a Octavia, bueno a la vampiresa también le interesaba ese dato ¿por qué tenía que ir con ellos? Tanto Wells como Lexa vieron conveniente guardar ese dato hasta que estuviera presente ante los doce Clanes:

– Protejo a los de mi manada– musitó– Clarke soy así, tendrás que acostumbrarte.

Clarke se tumbó a su lado y se cruzó de brazos:

– Para lo que te quedas– dijo con ironía– no me dará tiempo a acostumbrarme.

– Si ya– respondió nerviosa, miró a la rubia y comenzó a retorcerse las manos– verás, mi instinto siempre será protegerte– se miró las manos– pensar en que voy a estar lejos de ti me crea ansiedad y más si acabo de descubrir que otros seres sobrenaturales existen– miró ansiosa a Clarke– si te pasara algo, yo...

Puso expresión afligida, le dolía de solo pensarlo. No había mentido cuando dijo que le consideraba de su manada, quería a esa mujer, por lo tanto entraba en el grupo de familia, era su humana Alfa. Clarke le agarró del mentón y le levantó de la cabeza:

– No me va a pasar nada– dibujó una sonrisa– creo que no necesité tu ayuda para protegerme de dos licántropos.

– He traído este mundo peligroso a tu vida.

"oh, por favor intento dormir, poneros a contar ovejitas"

Lexa giró la cabeza y miró fijamente a la puerta, como si quisiera ver a través de ella:

– Octavia, es de mala educación interrumpir a dos personas que están hablando– dijo entre dientes– es muy sencillo, deja de escuchar conversaciones ajenas, concéntrate en las gotas que caen del grifo del cuarto de baño.

– Guay– susurró Clarke acomodándose en su cama– ahora se ponen a hablar entre ellas, Octavia ni se te ocurra contar trapos sucios ahora que no puedo oírte.

"interesante, te cuento intimidades de Clarke si cerráis el pico"

Clarke se giró dando la espalda a Lexa, se había puesto un camisón de color salmón que se le ajustaba al cuerpo, le realzaba los pechos y el borde de la faldita quedaba por encima de sus rodillas. Lexa frunció el ceño, ¿Cómo era posible que un cuerpo humano le hiciera sentir esas cosas? Dibujó una sonrisa pícara, se tumbó detrás de la rubia y le rodeó con un brazo, solo aquello puso nerviosa a la rubia, la respiración, los latidos de su corazón comenzaban a acelerarse. Claramente, era una mierda que tanto Lexa como Octavia supieran que se excitaba con esa facilidad, solo con el aliento de Lexa acariciando su espalda. Dudó si girarse, tan solo quería averiguar que se encontraría, color verde o color ambarino, se decantaba por lo segundo, puesto que la lobita comenzó a recorrer su espalda beso a beso, a acariciar y estimular uno de sus senos, que rápidamente respondió poniéndose el pezón erecto, esbozó un pequeño jadeo cuando le pellizcó un poco por encima de la suave tela.

"oh no, ahora se ponen a follar"

Clarke con respiración acelerada giró un poco la cabeza para encontrarse con los labios sexys de Lexa y como no, ese color ambarino que conseguía humedecerse de una forma muy preocupante ¿sería adicta al peligro? Por decirlo de alguna forma eso para la rubia era como practicar sexo extremo, corriendo el riesgo de ser destripada por esa morena que hasta el momento, conseguía controlarse y ponerle la piel de gallina:

Marca salvaje: solitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora