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Al inicio... Llévame de vuelta al inicio. Conversaciones interminables e incluso, a veces, inimaginables. Ese inicio donde la perfección se sentía cerquita, donde todo era risas y ansias por vernos. Poco a poco se ha ido disipando el inicio, es normal ¿no? Todo inicio tiene un fin. Lo extraño es que con él se ha llevado una llama, esa llama que le daba vida a todo este enredo de sentimientos y a pesar de la confusión que causan los enredos me hacía sentir calmada. Quizás fui yo la culpable de que se extinguiera, lo sé. Llego un momento en el cual me aterré, me vi cayendo en un abismo de nuevo, ese donde los sentimientos toman control de mí y nada soy capaz de hacer. Me aterré e intenté detenerlo pero no pude... no quise. Quizás me di cuenta tarde, no lo sé. Solo sé que regresé y quise retomar el camino que construíamos juntas pero algo falta ahora. No sé si es mi mente jugándome sucio como otras veces. No sé si son temores, nuevamente, intentando ocultar bajo una niebla oscura y densa todo lo lindo que hay. No sé qué puede ser. Solo siento que las conversaciones interminables se han vuelto fugaces. [Conversaciones fugaces]. La llama es tenue, no brilla igual y la decepción por estos motivos intenta nublarme la vista y hundirme en incertidumbre que siento jamás acabará... y me asusta porque la realidad es que no quiero que te vayas (quizás jamás).

Desnudándome en letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora