5.- Sin respuestas claras

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2 días para el juicio
-Emily y yo nunca habíamos hablado del matrimonio. Ella no estaba preparada, y yo no tenía mucho interés en pasar el resto de mi vida con ella. Puede que en ese momento la quisiera, pero era muy exigente y no me imaginaba el resto de mi vida con ella.
Pero si que me habló de otro novio anterior. Le había pedido matrimonio pero ella no lo había aceptado. El individuo se había puesto furioso, y la maltrató. Pero Emily se limitó a alejarse de aquel tipo. No quería denunciarlo -respondió Travis.
-¿Por qué no?
-Supongo que por miedo. ¿Crees que ese tío fue el que mató a todas esas personas?
-No exactamente. Creo que podría haber llamado a un sicario para que lo hiciera por él.

Mi cliente no respondió. Se limitó a mirarme. Parecía estar asombrado. Pero no sabía por qué.
-Es usted un genio- dijo sin más.
-Es solo una teoría. No sé si es la verdad, pero creo que hay bastantes posibilidades.

Con lo que me había contado Travis sobre el otro novio de Emily, algunas pruebas que lo culpaban se esfumarían, pero él problema es que él era el único que sabía que habían maltratado a una de las víctimas. Pero mi teoría sobre otro asesino, uno a sueldo, era estable. Puede que necesitemos más de una sesión en el juzgado, pero creo que podré sacarlo, o al menos, salvarlo de la pena de muerte.

-Travis, ¿recuerda haber derramado su sangre en el piso de Emily?-digo de pronto, y parece que lo he pillado desprevenido.
-Bueno, la verdad es que no... No recuerdo ningún momento.
-Pues debería recordarlo. Había mucha sangre.
-¡Yo no hice nada! ¡Yo no la maté!- gritó en un tono nervioso.
Algo que a mí también me puso más nervioso. Podría significar que tenía a un asesino delante. Y que ese asesino estaba aliado con otro, y ese otro tenía a mi mujer y a mi hijo.
-De acuerdo. En el juicio diremos que en un día de celebración se rompió un vaso y te cortaste con él. ¿De acuerdo?

Travis asintió un poco más calmado pero sus ojos parecían nerviosos, mirando a todos lados, comprobando que no había cámaras. Y sus músculos se relajaron al comprobar que no había nada que pudiera haber captado esa reacción ante mi pregunta.

Niebla en las montañas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora