Henry asintió con desaliento.
- Una vez me dijiste que "no ensucie con maldición" - continuó - Y tenía razón. No puedo estar cerca de Regina. Ninguno de mis padres. Esta es la mejor manera de protegerlos.
- Pero la madre - dijo Henry - que necesita para romper la maldición con un beso de amor verdadero. Y ¿cómo va a hacer eso si se queda lejos de todo ese amor?
Emma ladeó la cabeza pensativamente.
- Creo que voy a tener que encontrar otra manera. No tenemos otra opción.
- Si se pudiera besarme ... Si me maldije ... - dijo Henry, inconformista. Eso asustó mucho Emma.
- Ni siquiera pensar en la posibilidad - dijo, tomando la barbilla del chico - nunca se repita esto, no es broma.
- Lo siento - dijo Henry - Me gustaría poder hacer las cosas más fáciles.
- Yo también - dijo Emma.
Los dos permanecieron en silencio durante unos minutos hasta que se levantó y se sentó en la cama.
- Pero ... ¿Por qué tengo también para alejarse de ella? - Preguntó Henry, con voz temblorosa.
Emma sintió un gran dolor al ver la mirada de Henry cuando le preguntó eso. No quería alejarse de Regina. También estaba desesperado por tenerla de vuelta. Fue muy difícil tener que estar lejos de su niño de la madre, pero era mejor que hacer.
- Si ustedes dos Wilma ver juntos - Emma explicó, tratando de parecer simpático - ella puede poner dos y dos juntos y averiguar sobre el breve romance que teníamos. Es mejor estar seguro.
Cuando Henry se echó a llorar, el corazón de Emma pesaba como una roca, y se abrazó al chico.
- Lo sé, hijo - dijo - Es difícil para mí también.
Henry no respondió, sólo siguió llorando en brazos de su madre.
Unos minutos más tarde, el niño se quedó dormido en su regazo. Emma lo puso sobre la almohada y la cubrió con una manta, acariciándole el pelo y deseando poder dormir como él. Pero el sueño ahora parecía un regalo hace mucho tiempo robado a ella. Miró el cadáver de gancho en el suelo y decidió llamar a la ambulancia antes de que nadie se dio cuenta de la luz y que parecía extraño.
Pronto, los médicos aparecieron y tomaron gancho después de que David, el sheriff, analizar el cuerpo, sin llegar a ninguna conclusión sobre la muerte súbita.
Una vez que se han ido, Emma se quedó en ese piso, incesantes lágrimas sigue cayendo. Ella sabía que Regina no estaba contento, pero ahora no tenía más remedio que dejarla todavía en su infelicidad. Que mató a Emma en su interior. El no poder hacer nada para devolver el brillo a su mirada.
Ah, los ojos. Esos ojos negros llenos de amargura y heridas, sino también de la bondad y la esperanza. Esa mirada que no había visto realmente mucho tiempo que un niño con sangre decidió poner un medicamento maldición para los que Regina tuvo que pagar un precio sangriento de romper. Emma podría parecer cobardes o débil a veces, pero era muy difícil de ver todo lo que usted ama el ser arrancado de ti todo el tiempo, sin elección. A veces no sabía si tenía vocación para ello.
Emma apagó las luces y se acostó, envolviendo sus brazos alrededor de Henry.
Ella sería encontrar una manera, ¿verdad? Tenía que encontrar otra manera de romper la maldición. No podía entender mucho de la magia, pero su falta de experiencia, siempre parecía ser una alternativa, aunque sea por un precio muy alto. Tenía que haber otra forma de detenerlo.
