Sonríe

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Es evidente que no tenemos la ventaja, llevamos las de perder, Altos viniendo de todas las direcciones, y una serpiente robótica frente a nosotros, no tenemos escapatoria.

--estamos fritos-- susurro Shiro

--maldición, maldición-- hablaba Nath.

--!Shiro! >crac, crac< -- Dylan crujía los dientes. 

Pero todos estábamos paralizados, todos excepto yo. 

La fuerza de la que siempre me habló Kerub podía sentirla en este preciso momento, no tengo palabras para explicar cómo es, pero puedo sentirla en la piel, y con esa fuerza un deseo de salvar a mis amigos, pero también una descontrolada ira. 

Narración de Agora.

Ella saltó frente a la serpiente, delante de nosotros, todos nos sorprendimos, nos quedamos  mirando fijamente lo que estaba por suceder; comenzó a luchar contra la serpiente con una fuerza muy similar, la una a la otra se atacaban, nosotros sabíamos que no podíamos hacer nada, solo miramos. 

Golpe tras golpe, salto tras salto, la serpiente se enroscaba para atrapar a Ayra pero ella era más rápida, era como si volara y de sus puños saliera fuego, pero solo eran las chispas que salían al contacto con la serpiente, era indudable que Ayra ganaría. 

La batalla pasaba tan rápido frente a nosotros, pero no dejamos de preocuparnos por los Altos que estaban a instantes de llegar al sitio. 

--!Ayra!, !tienes que acabarla de una vez!-- gritó Shiro con desesperación.

--!Maldición los Altos van a atraparnos!-- Nath comenzaba a desesperarse y preparaba sus armas.

--No tenemos las suficientes armas para derrotarlos-- Shiro bajó el arma de Nath y con una mirada le dió calma.

--Shiro... si no hacemos algo...--

--lo sé Nath, pero por ahora, no podemos hacer nada, no somos tan fuertes-- dijo mirando a Ayra.

--!vamos, tienes que destruirla de una vez!-- Nath la animaba sabiendo que era su única salida. 

Pero al parecer ella no nos escuchaba, estaba como ida, concentrada totalmente a destruir la serpiente cuando los Altos estacionaron sus naves y comenzaron a bajar rodeandonos. 

--Estamos perdidos-- Dylan se desanimaba.

Los Altos comenzaron a sacar sus armas y nos apuntaban con ellas, detrás de las rocas donde nos refugiamos escuchamos la orden de "salir con las manos arriba", mientras otros apuntaban a Ayra. 

--nadie saldrá de aquí, ¿entendido?-- shiro sujetaba su arma con fuerza. 

Los Altos dieron la orden de nuevo, y un fuerte sonido golpeó la tierra captando la atención de todos, era Ayra, no supe como pero la serpiente había terminado como un látigo entre sus manos, y ella sonreía, una sonrisa descomunal, fuera de lo normal, daba un poco de miedo.

Tomó entre sus manos la cola de esta y la lanzó en contra de los Altos, de hecho la lanzó en contra de todos, destruyendo a muchos de los Altos se lanzó en contra de los otros destruyendolos de a una, sin dificultad saltando de uno en uno, estaba como enloquecida, nosotros nos cubrimos entre las rocas de a poco nos daba a nosotros también.

--Shiro, !debes de detenerla!-- Nath seguía sosteniendo su arma lista para disparar.

--!Nath! te he dicho que bajes el arma, no somos rivales para ellos-- pero algo le decía que las necesitarían.

Ayra seguía liquidando Altos a diestra y siniestra, era increíble, pero peligrosa, no sabía distinguir entre nosotros y los enemigos, estaba llena de poder que le oscurecía ver lo que realmente pasaba.

--!Ayra!-- trate de llamar su atención, pero era inútil.

--!Ayra! !Ayra!-- Shiro parecía que intentaba lo mismo, el resultado era el  mismo.

!Bum! !Bum! !bum!

Nath lanzó tres granadas en dirección de Ayra, tan cerca de ella que pudieran herirla.

--¿!qué estás haciendo?!-- Shiro de nuevo la reprendió.

--!está fuera de sí! a este paso nosotros seremos los siguientes--

Shiro miró alrededor y se dió cuenta de que Ayra pronto terminaría con los Altos y no se detenía, los destruía de tal manera que no solo le bastaba con apagarlos, algunos los desmembraba a otros incluso los usaba como armas o escudos estando aún vivos; era cierto que se veía con tanta fuerza que a este paso no se detendría. 

--!Nath!, sigue lanzando granadas hacia Ayra-- Shiro pareció volver en sí.

--Más vale que tengas algo en mente, no tengo muchas que digamos-- y le mostró colocando en su mano tan solo cuatro granadas.

--muy bien, lanza dos cerca de sus ojos, Dylan apunta a la misma dirección, cuando salga deberán cegarla hasta que me logre colocar cerca de ella--

--¿qué tan cerca?-- 

--lo suficiente para que ella pueda escucharme--

--!pésima idea!, te acabara en cuanto te vea--

--sigue distraída con los Altos, pero como dice Nath están apunto de terminarse--

--entonces tienes que salir ahora--

--así es Nath, ¿cuento contigo?-- ella asintió.

Shiro salió tan rápido como pudo, los demás lo cubrimos de los últimos Altos que aún quedaban de pie, él corría tan aprisa que en poco tiempo se situó cerca de los escombros que quedaban de la bodega, Ayra aún no lo veía, no tuvimos que lanzar las granadas, no tuvimos que disparar, aún. 

--!Ayra!-- trataba de acercarse pero ella se movía tan rápido --!Ayra! !soy yo, Shiro!-- 

Ella seguía luchando hasta quedar tan solo dos Altos más. 

--!Shiro! debes de salir de ahí, esta fuera de sí, no podemos detenerla-- 

--no voy a dejarte aquí-- 

Shiro tenía una mirada de miedo, de coraje, no lo entendía, no sabía lo que estaba pasando pero muy dentro de sí lo único que deseaba era recuperar a Ayra.

Ella luchaba con el último Alto, era una gran pelea, a pesar de que mandaron Altos de nivel marine, ella los acababa con destreza. 

Por fín, el último Alto cayó. 

Shiro miraba la espalda de Ayra, ella respiraba agitadamente, estaba de pie, no se movía y Shiro pese a los gritos de sus amigos que le indicaban lo contrario, él se aventuró a detener a su amiga, a pesar de que las probabilidades de que ella volviera en sí, eran bastante bajas, él no perdió la confianza en ella. 


--Ayra, debes de detenerte, haz terminado con todos, debemos de ir a casa-- pero ella seguía sin mirarlo.

--Ayra, escúchame, soy yo, soy Shiro-- seguía igual.

Hasta que, levantó la cabeza y se giró para ver a quien le hablaba, con la mirada en el piso lo único que vio le sorprendió tanto que no dijo nada más. Ella susurro algo, nadie escuchó nada, solo Shiro, quien se dio la vuelta y con un rostro ensombrecido y triste volvió a sus amigos. Les dió la orden de retirada, y salieron de ahí a toda prisa, sin mirar atrás, sin mirar a Ayra. 

Nadie habló en todo el camino, todos se miraban pensativos y tristes, al llegar a la Zona, abrí la puerta de nuestro refugio y nos dirigimos sin pensarlo hasta la puerta donde se encontraba el jardín de Kerub.

--¿qué pasó allá afuera?-- Nath no podía dejar de pensar en eso, nadie podía, pero ella necesitaba respuestas. 

-- debemos de esperar hasta hablar con Kerub--

--¿!qué es lo que ha sucedido?!, !déjate de estupideces y dinos de una maldita vez!--

--ella estaba sonriendo--

Nadie dijo nada, y sin tocar la puerta hacia el jardín, se abrió. 



La sonrisa de AyraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora