Edificio de justicia.
-Hace dos horas se recibió un informe que confirma la ubicación de los Discapacitados en las zonas lejanas al radar, al parecer se verifico gracias a un reporte realizado por uno de los Altos militares que escapaba de un ataque, aún no se verifica quien lo atacó pero estamos casi seguros que fue un grupo de los "Niños Discapacitados" fue destruido a las afueras de Berhim, en las orillas de la montaña Palomah, creemos que protegía a la hija de los Doctores Motobashi.- Un hombre alto y bastante delgado leía el reporte al Primer Ministro.
- Dígame Comandante Kurosan, ¿que pasó con el Alto?- con una cara tan seria y a la vez deformada por la cirugía, el Primer ministro hace su primera pregunta después de haber pasado largas horas en la reunión.
-Fue destruido Primer Ministro- levantó un poco la vista alejándola del documento en sus manos.
- ¿Quien era el Alto a cargo de la misión?- después de un suspiro que presionaba a los comandantes, coloco los brazos sobre la mesa de juntas.
- Era el Alto militar A005 Señoría- una pausa larga antes de contestar, entre ronquidos que aclararon su garganta, breves indicios de inseguridad por temor a la reacción del alto mando de seguridad, Su Señoría como llamaban.
El Primer Ministro tendía a ser un hombre colérico, calmado antes las multitudes, amable con los hombres, un caballero ante las mujeres, un santo ante los jóvenes y necesitados, pero en cuanto a las misiones perdidas frente a los Discapacitados, se tornaba colérico y desataba una furia en contra de quien fuera que generalmente terminaba en el asesinato sangriento bajo sus propias manos. Una fuerza indescriptible lo hacia ser temido por todos quienes estaban a su alrededor, haciéndoles creer que tal vez no se trataba de un ser humano.
-Así que perdimos a uno de los mejores Altos con los que contábamos- serio, sin gestos que anunciaran irá o descontento se levanto de la mesa.
- Correcto Su Señoría, fue una lamentable pérdida- un sudor frío se deslizo por la frente del comandante, un rostro que reflejaba temor era muy visible aunque trataba de ocultarlo.
- ¿De cuantos niños Discapacitados estamos hablando?- con manos en la espalda el Primer Ministro daba vueltas daba vueltas por la sala.
- Al parecer era un grupo pequeño Su Señoría- las manos le comenzaron a temblar
- Un Alto militar fue derrotado por un grupo pequeño de niños Discapacitados, ya no hay niños en este mundo, ya no hay uno solo... oh! espere un momento, tal vez si hay niños, esos que fueron dejados esos que no podemos controlar- ironía en su voz, burla en sus gestos, ojos rojos que reflejaban irá, el Primer Ministro empezaba a perder el control.
- De hecho, el archivo muestra que el A005 y A006 fueron los encargados de llevar a un lugar seguro a la señorita Motobashi, el Alto A006 regresó a la base con daños irreparables, será reemplazado ...- la voz de uno de los hombres presentes en la sala se alzó.
Todos lo miraron temblando, el Primer Ministro giró para ver de frente a la persona que levanto su voz para traerle peores noticias, con pasos gigantes caminó hacia él y con su brazo izquierdo lo tomó por el cuello para levantarlo unos 30 cm del piso, un grito airado salió para darle un poder que le permitió partir el cuello y provocar la muerte del secretario. Todos temblaron, nadie decía nada, el Primer Ministro gritaba por toda la sala maldiciendo a los cobardes que habían permitido el escape de los niños.
Una llamada hizo que lograra regresar a sus cabales, era la Operadora de Seguridad, la señorita Akada, desalmada defensora del nuevo orden mundial.
Ring, ring, ring
-Dii..ii..ga..aa..- la voz de la secretaria temblaba después de lo sucedido
-Habla el Teniente General Haruto Eita, solicito hablar con el Primer Ministro.- una voz potente y firme salia del otro lado de la bocina.
Uno de los mas respetados hombres de los últimos tiempos era el Teniente General Haruto, su padre Haruto Daichi se distinguió por la nobleza, sacrificio y honor de su trabajo durante la tercera guerra mundial , pero Haruto Eita pensaba que su padre era un hombre demasiado sensible a la humanidad y que su peor error había sido perdonar la vida de muchos de los refugiados de guerra en su país, si los hubiera detenido y presentado ante jueces para esclarecer que de verdad eran refugiados, su padre no habría sido asesinado por uno de ellos, uno que se hizo pasar por refugiado siendo un espía de los Iraquíes en ese tiempo.
Haruto Eita era un hombre sangriento, sin humanidad en su corazón y que se había ganado el respeto de todos gracias a su compromiso de liquidar a cada transgresor de la ley y del gobierno. Sanguinario y diestro con las armas de fuego, defensor del muro y del nuevo gobierno, despreciaba a cada uno de los Discapacitados y había logrado encerrar a miles que se opusieron al nuevo régimen. Un hombre alto, demasiado delgado para su tamaño, ojos grandes y ojerosos, rostro pálido, y lúgubre, al parecer sin alma.
Pasan los minutos entre la conversación del Primer ministro y el Teniente General, sonidos y afirmaciones es lo único que se deja escuchar entre unas cortas preguntas, es el Teniente quien toma las riendas de la conversación. Tras varios minutos se termina la conversación.
— Muy bien señores... al parecer el Teniente Haruto se hará cargo de nuestro problema con los discapacitados— el Primer ministro no puede evitar esa sonrisa malévola.
— ¡¡No puede dejar esto en manos del Teniente, terminará en masacre!!— uno de los secretarios se levanta de su lugar, sus manos golpean con fuerza el escritorio.
— No será que le importan esos desdichados, ¿verdad Secretario?— una mirada amenazadora pone de vuelta a su lugar al secretario quien se mantiene en silencio.
— Muy bien, dado a que todos estamos de acuerdo, se dará inicio a la persecución y detención de todos los Discapacitados que se encuentren en la ciudad o sus alrededores. Dejaremos todo en manos del Teniente, así que no tendremos de que preocuparnos.— un silencio pesado lleno la sala de juntas.
Después de lo sucedido nadie se disponía a hablar en contra el Teniente o decir palabra alguna a favor de la zona. Una sola cosa quedaba por esperar, destrucción y nuevas perdidas de vida humana, una guerra que se desataría dentro y fuera de la zona de Discapacitados.
***** Programa de noticieros*****
— Estamos frente a la reja que divide a la civilización de los Discapacitados, donde vemos que hace unos momentos el Ejercito abrió una de las puertas permitiendo el acceso a comboyes, con la misión de someter y encontrar a los responsables de las destrucciones, de los actos vandálicos y muertes en nuestra ciudad. Frente a esta reja también se encuentran manifestantes con pancartas que apoyan el extermino de todos y cada uno de ellos. No sabemos cuando o como dará inició, pero estaremos informándoles paso a paso de lo sucedido. Hasta aquí nuestro reporte—
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La sonrisa de Ayra
Fiksi IlmiahEl mundo a cambiado, es el año 2065 y después de la desaparición global de millones de personas sin explicación alguna, los gobiernos mundiales se reunieron para evitar que esto suceda de nuevo, constituyendo un nuevo orden para todos, una moneda y...