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Comimos la pizza con demasiada calma, Óscar veía a Karina demasiado y yo sentí que me observaban, giré mi cabeza para ver a Samuel.

—¿Qué tengo?

—Muchas cosas

—¿Feas?

—Todo lo opuesto

—Románticos

—Karina no me provoques

—Sabes que te amo

—Bueno, nosotros nos vamos

—¿A dónde?

—Por ahí

Salí con Samuel del local, el camino no iba a ser tan largo ya que mi casa estaba cerca por lo que le dije que nos fuéramos caminando. El trayecto era silencioso y me molestaba eso.

—Cuidado Samantha

Samuel me jaló a su lado porque me iba a pegar con un poste de luz. Le di las gracias y continuamos con nuestro camino, faltaba poco para llegar a mi casa.

—Samantha

—¿Qué pasa?

—Ven

—¿A dónde?

—Aquí

Me dio un beso, le correspondí algo lento y de manera torpe, abrí algo lento la puerta sin terminar nuestro beso, caminamos así hasta la sala.

—¡Samantha! — Era la voz de mi madre, me gritó por la forma en que había entrado.

—Madre

—¡¿Eso es lo que haces cuando no estoy?!

—¿Qué? Claro que no

—¿Quién es ese chico?

—Mi novio, vino a ver películas

—¿Novio?

—Sí

—Samantha no quiero incomodar, te veo mañana en la escuela

—Ni se te ocurra Samuel

—Samantha, deja que se vaya tu novio

—¿Por qué?

—Porque lo ordeno yo

—Si se va él, me voy también

—Ni se te ocurra Samantha

—Sabes que lo haré

—¡Deja de convertir las cosas en guerra!

—No lo estoy haciendo, además, ¿qué haces aquí?

—Vine para que comamos juntas

—Ya comí

—¿Por qué llegas a esta hora?

—Hubo una recaudación de fondos en la escuela y salí a las tres, pasamos a comer la pizza y apenas llego

—Bien, ¿qué espera?

—No se va a ir

—Samantha, te veo mañana en la escuela

—No

—¡Hazme caso Samantha!

Ignoré a mi madre y subí corriendo a mi habitación, hice una maleta con algo de ropa y mis útiles, le pediría a Karina que me dejara quedar en su casa un día y después buscaría con quién quedarme porque mi madre está demasiado insoportable.

LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora