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Narra Samantha 

Santiago decidió que primero fuéramos al centro de Puebla, era una parte que ya conocía y a parte de eso me perdía algunas veces por lo que casi no venía aquí. 

—Vamos a desayunar y después te llevo a conocer 

—Estamos en pijama y la mayoría de locales abren como a las diez 

—No importa, a donde te voy a llevar abren temprano, así que tranquila 

Ya no pude protestar más, quien conocía era él y yo estaba sujeta a lo que decidiera. Tomó mi mano, y me recordó a la escena de Alice con Jasper, en la película de "Crepúsculo", cuando llevan a Bella a un hotel. Mis emociones andaban algo disparadas, mis hormonas también querían tener su propia fiesta.

Llegamos a lo que es el zócalo de Puebla, es la parte que todos conocen, estacionó el auto y caminamos hacia Portales, ahí habían varios negocios de comida, librerías y uno que otro módulo de telefonía. Entramos a un local, poco llamativo, nos sentamos en una mesa del fondo y esperamos a que la mesera nos trajera la carta.

—Santiago

—¿Qué pasa?

—¿Por qué haces esto?

—¿Hacer qué?

—Comportarte bien conmigo, ser atento, ayudarme a conocer nuestra colonia...

—Samantha, tú sabes que lo tuyo con Samuel inició como una apuesta, sé que no dije nada, me arrepiento porque pude tener la oportunidad contigo, pero me comporté como un imbécil contigo porque pensé que eso te había atraído de él, si yo me hubiera comportado así, quien sería tu novio sería yo y no él que te seguirá lastimando...

—¿A qué te refieres con que me seguirá lastimando?

—La chica que te ha molestado y dicho todas esas cosas sale con Samuel...

—¿Siguen saliendo?

—No sé, de eso no tengo conocimiento, pero ella te hará la vida imposible hasta conseguir que Samuel esté a sus pies... Lo de la cooperativa, es nada, ella buscará hundirte y todo por él...

Las palabras de Santiago habían dolido, me causaron una lluvia de dudas, miedo, y sobretodo inseguridad en lo que tengo con Samuel. La mesera llegó, entregó las cartas y coqueteó con Santiago

—¿Qué vas a ordenar Samantha?

—¿Qué me recomiendas?

—Las enchiladas

—Está bien, ordena por mí, necesito usar el sanitario

—Bueno, es al fondo a tu izquierda

Le di las gracias y caminé para buscar el baño, en esos momentos recordé que debía avisarle a mi padre el sitio donde me encontraba, busqué mi celular, pero recordé que desde que me mudé no lo encontraba. A parte no recuerdo tener su número, pero conociendo sus tendencias acosadoras es más que obvio que sabe donde estoy. 

Salí del sanitario y caminé hacia nuestra mesa, Santiago se portó cortés con la mesera, porque la rechazó sutilmente. Me senté tranquila y con una sonrisa victoriosa, era extraño eso, yo debía decirle a Santiago que coqueteara con ella porque nosotros no teníamos nada, más que una simple amistad. 

—Tierra llamando a Samantha 

—¿Qué?

—Debo decirte algo, sonará extraño, pero mis amigos necesitaban que fuera hoy a la escuela porque había una especie de emergencia 

LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora