Lies

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—El trato será que yo te permita salir con tu novio y quedarte en ese instituto...

—¿Bajo qué condiciones?

—Respetarás el horario que diga, serás una señorita de sociedad y sobretodo no serás ninguna chica rebelde, te vestirás adecuadamente y no utilizarás tanto pantalón como acostumbras...

—Está bien...—Eran pocas condiciones y me costaría trabajo llevarlas a cabo, pero debía esforzarme.

Técnicamente lo que pide es que me vista como las plásticas de mi escuela, debía soportarlo por Samuel, y espero que mi mamá solucione pronto los problemas de la patria potestad. Llegamos a casa y fui a lo que era mi habitación, era color rosa pálido y todo estaba arreglado para una niña fresa, le agradecí y me acosté en la cama, estaba pensando en varias cosas hasta que me quedé profundamente dormida.

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Ha pasado un mes desde que vivo con mi padre, mi vestimenta cambió por completo y no me siento como lo que realmente soy.

—Samantha, ¿en qué piensas?

—Que mi padre me ha convertido en algo que no soy

—Lo sé, pero tu corazón y forma de ser es la misma, así que para mí no cambiaste...

Samuel me dio un beso pequeño y casto, pero la intensidad subió, no nos importó estar en la escuela para que ese beso despertara algo entre las piernas de Samuel.

—Nena, hay un pequeño inconveniente

—Lo sé, lo he sentido—dije naturalmente, pero mi rostro se puso color carmesí.

—Lo siento...

Me reí y ambos nos quedamos un poco separados hasta que a Samuel se le quitaron las ganas. Nos levantamos y caminamos al salón, Karina había optado por darle su lugar a Samuel, a pesar de que estábamos un poco separadas ambas seguíamos siendo demasiado unidas.

Ella me había contado de como le había ido con Óscar en su primera vez, y yo estaba feliz con Samuel por lo que estaba segura que sí se daba el momento no tendría nada de control y dejaría que pasara algo más que un beso.

—Vamos a mi casa nena, mi papá quiere que vayas a comer con nosotros...

—¿Por? ¿Algo importante para celebrar?

—No, sólo que es una comida familiar, mi papá quiere que todos conozcan a la chica que me hace sentar cabeza

—Oh, está bien Samuel—me sentí nerviosa por ir con toda su familia, había tratado muy poco a su papá y ahora viene el paquete completo.

Prestamos atención a la clase de matemáticas, estábamos tomados de las manos mientras hacíamos la actividad, Karina salió corriendo y me preocupé por lo que salí atrás de ella. La alcancé en los baños, escuché como estaba vomitando y por debajo de la puerta le pasé papel.

—¿Estás bien?

—Sí...—La duda en su voz era más allá de obvia.

Karina salió del baño y se echó un poco de agua en la cara, sin querer herir sus sentimientos hice la pregunta.

—¿Estás embarazada?

—No, debe ser otra cosa

—¿Cuántas veces tuviste relaciones con Óscar?

—Varias, pero nos cuidamos

—¿Se rompió o algo?

—No—dijo con bastante seguridad.