Haymitch Pov.
¿Cómo es que termine vestido de gala, preparando un almuerzo romántico y con un anillo en mi bolsillo? A veces me sorprende lo que Effie puede lograr en mí. En pocos minutos, ella va a llegar para encontrarse con el mejor almuerzo que le puedo preparar, y el momento más romántico que soy capaz de lograr.
El ascensor llegó y las puertas se abrieron para dejar entrar a una Effie bastante enojada.
“¿Podes creer que todavía se están riendo de la muerte de los tributos del año pasado?” Grito enojada, ni siquiera me miró una vez. “¡Estoy harta! ¡No voy a poder soportar que se rían así de Anna o Mathew! Ellos… ellos no…” Subió las escaleras y la seguí por instinto. Suspiro fuertemente, cuando nombró a los chicos. “¡Realmente son insoportables!” Empezó a sacarse el maquillaje y la ropa, la peluca. “¡Los odio! ¡Son unos estúpidos!” Se puso uno de sus vestidos más simples, azul con lunares blancos, parecía que flotaba a su alrededor.
Por primera vez puso sus ojos sobre mi, y su boca se abrió en una perfecta O.
“Creí que era de mala educación quedarse mirando a alguien tanto tiempo.” Le dije divertido.
“Estas muy hermoso.” Dijo completamente roja, cuando pudo volver a hablar. “Y no me quejo pero… ¿Por qué?” Pregunto extrañada.
“Yo, tengo una sorpresa.” Le sonreí dulcemente y la hice bajar las escaleras.
“Haymitch… vos… ¿vos hiciste esto?” Me miró asombrada, pero le brillaban los ojos como hace un tiempo no lo veía. A medida que se acercaban los juegos, la preocupación de Effie crecía y su dolor también. Nos habíamos encariñado demasiado con los chicos, e iba a ser muy doloroso.
“Por que sí.” Le di un suave beso en los labios y la guie hasta una de las sillas. Comimos entre anécdotas y chistes. Estábamos en nuestra burbuja personal, y no importaba nada más. Fui a buscar el postre, obvio eran frutillas con chocolate, y repase una vez más lo que iba a decirle a Effie ahora.
“¡¿Qué es lo que pasó?!” En cuanto la escuché gritar, deje las frutillas y me fui corriendo hasta donde estaba.
“¿Cómo te hiciste eso?” pregunté alarmado cuando vi a Mathew, con un gran vendaje en la mano derecha.
“Estaba practicando con una espada.” Dijo sin darle importancia, pero sólo logro preocupar más a Effie.
“Los médicos dijeron que va a estar bien.” Agregó rápido Anna. “Sólo tiene que comer e irse a dormir hasta mañana.
Effie giro sobre si misma y entro en la cocina para buscarle comida. Mientras acompañaba Mathew a su habitación. Lo ayude a sacarse la ropa y ponerse el pijama, mientras Anna iba a bañarse y cambiarse a su habitación.
Cuando ya estaba acostado tocaron la puerta, era Effie. Se sentó en el otro lado de la cama y empezó a preguntarle cómo se sentía, y si le dolía mucho. Llegó Anna y ella también se puso a comer. Nos quedamos un rato, para asegurarnos que iban a estar bien. Hasta que Mathew se quedó dormido y Anna básicamente nos hecho.
Nos fuimos a la habitación y nos acostamos. Dimos vueltas durante una hora, sin poder dormir, seguíamos preocupados por Mathew y Anna. Ellos estaban bien, si. Pero se suponía que estaban a salvo hasta llegar a la arena, y ni siquiera les habíamos podido dar esa tranquilidad.
Me acordé de que nunca habíamos comido el postre, y las frutillas con chocolate jamás fallaban en subirle el ánimo a Effie. Me levanté y salí rápido de la habitación, con la mirada extraña de la rubia en mi espalda. Volví, no sin antes mirar que los chicos estuvieran bien, con un gran pote de frutillas.
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Detrás de cámaras
RandomEffie Trinket y Haymitch Abernathy se odian, eso lo sabe todo el mundo. Lo que no saben es lo que pasa cuando las cámaras se apagan y se quedan a solas