22 A escondidas

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Haymitch Pov.

“¡No puedo creer que hiciera eso!” Grito Effie enojada por décima vez.

Acabábamos de entrar a su habitación, después de tranquilizar a Peeta y mandarlo a descansar para mañana.

“No esperaba menos.” Le dije tranquilo, sacándome el saco.

“¡Haymitch! ¡Lo atacó!” Volvió a gritar sacándose la peluca.

“Princesa, eso es lo que tiene que hacer mañana. Atacar a cualquiera que se le cruce en su camino.” Le recordé y seguí cambiandome.

“Si, pero en la Arena.” Ya se estaba sacando esas toneladas de maquillaje de la cara. “No en el estudio.” No pude evitar poner los ojos en blanco.

“Ya, Eff. Tranquila.” Fui hasta ella y puse mis manos en sus hombros. “A partir de mañana eso no va a importar.” Suspiro y siguió con lo que estaba haciendo.

“Eso no quiere decir que no me preocupe por ella.” Me miró a través del espejo. “No quiero que se convierta en asesina, y mucho menos que lo odie.” Suspiro cansada. “Él esta haciendo todo por mantenerla con vida.” Se levantó de su asiento y se sacó los zapatos, quedando varios centímetros más abajo.

“Lo sé.” Entro al baño y di por terminada la conversación.
Salió mucho tiempo después. Envuelta en una toalla y con otra en la cabeza, fue al placar y se puso uno de sus camisones para venir a acostarse al lado mío. Abrí los brazos y se acomodo tranquilamente en mi pecho. No dijimos nada, no hacia falta.

“¿Vas por unas frutillas?” Pregunto después de un buen rato. Le sonreí antes de pararme y salir de la habitación.

“¿Vos tampoco?” Me quedé congelado a la mitad de las escaleras. Era Katniss, pero no me lo decía a mi. Seguí bajando las  escaleras y me encontré con algo que no esperaba, bajo ningún punto de vista. Katniss estaba a apenas unos pasos de mí, pero no se había dado cuenta de mi presencia. Y le hablaba a Peeta, quien estaba en la ventana.

“Obvio que no” Le contestó el rubio, ella se acercó y yo me acomodé para poder espiarlos sin que me vieran, ignorando la voz de Effie en mi cabeza diciéndome que “es de malos modales estar espiando”.

“Escuchalos” Dijo Katniss mientras se sentaba a su lado en la ventana.

“Si.” Ambos miraron por la ventana. “No quiero que me cambien.” Dijo Peeta después de un rato en silencio.

“¿Cómo podrían hacerlo?” Le Pregunto Katniss abrazando sus rodillas.

“No quiero convertirme en una pieza más en su tablero. Quiero morir siendo yo todavía.” Estaba realmente afectado por la situación y lo entendía.

“¿No vas a matar a nadie? ¿O qué?” Realmente esta chica tiene menos encanto que una babosa muerta.

“Podría, sé que podría. Como los otros, como todos.” Se encogió hombros. “Pero no quiero dejar de ser yo.”

“Yo no puedo hacer eso.” Le contesto Katniss después de un rato. “Tengo a mi hermana. Tengo a Prim.”

“Lo sé.” Peeta le sonrió y se levantó. Así que rápidamente volví a subir las escaleras para que no me viera.

“¿Y las frutillas?” Pregunto extrañada Effie desde la cama cuando me vio entrar.

“Bueno, creo que vamos a tener que olvidarnos de las frutillas por hoy.” Le conteste acostándome a su lado.

“¿De qué hablas?” Estaba realmente confundida.

“Abajo estaban Peeta y Katniss, hablando.” Le explique, mientras me acomodaba a su lado en la cama. “Creo que hicieron las paces, o algo así.”

“¿¡Enserio!?” Pregunto con una gran sonrisa en su cara.

“Si.” Siguió sonriendo, hasta que cayó en la cuenta de algo.

“¡Los espiaste!” Me acusó.

“No sé de que estas hablando Effie.” Me hice el desentendido.

“¡Haymitch Abernathy! ¡Es de malos modales espiar una conversación privada.” Me reto, pero pude ver que intentaba esconder una sonrisa.

“¡Ey! ¡Solo quería asegurarme de que no se mataran!” Me defendí.

“Si, si, seguro.” Puso los ojos en blanco.

“Si.” Le dije serio. “¡Es muy feo que no me creas Effie!” Le dije haciéndome el ofendido.

“¿Qué voy a hacer con vos Abernathy?” Suspiro.

“Mmm… tengo varias ideas.” Le dije insinuante, levantando las cejas.

“Todo un seductor.” Dice y suelta una carcajada y se acerca para besarme, pero se separa rápidamente. “Me alegra que hayan hecho las paces. No quería que entren a la Arena estando peliados, o bueno, mejor dicho, que Katniss entre odiando a Peeta.”

“Si, aunque eso puede jugarles en contra.” Le recordé.

“Si, es cierto.” Se separó de mi y se sentó en la cama. “Él realmente la ama.” Se miró la manos. “No van a ser aliados, pero por lo menos Peeta no va a morir, sabiendo que Katniss lo odia.” Me dijo sería y tenía razón.

“Si, creo que eso lo va a aliviar bastante.” Le sonreí y me acerqué a ella para después darle un beso en la frente. “Espero que tengas razón, y no se hagan aliados.”

“Si, eso les complicaría bastante las cosas.” Suspiro. “Aunque, sinceramente no sé si es posible.” Se le notaba en los ojos la tristeza.

“Eff… Lo estas haciendo de vuelta.”

“¿El qué?”

“Otra vez te encariñaste con los tributos.” Se miró las manos.

“No puedo evitarlo Haymitch. Ellos… no puedo simplemente hacer como si no sintiera nada. Cada vez que los miró, me acuerdo de esa tarde, cuando Katniss casi se muere de hambre, y como le pegaban a Peeta...” Se quedó un tiempo mirando a la nada, pérdida en sus recuerdos. “Vos también miras de forma especial a Katniss.” No había cambiado su expresión en ningún momento, hasta el final, que me miró fijo.

“Si, lo sé.” Suspire frutado. “Lo entiendo princesa. Es que odio verte sufrir tanto sus muertes. Sé que no es fácil, pero…”

“Pero nada.” Me corto. “Haymitch, sé que te va a parecer una locura, pero…” Hizo una pausa, para asegurarse de que le estaba prestando atención. “Sé que si hacemos bien las cosas, uno de ellos saldrá con vida. Sólo tenemos que saber usar bien a los patrocinadores, y ofrecerle un buen show a Séneca.” Meditó un segundo. “Hasta ahora lo estamos haciendo bien, y tanto Peeta como Katniss tienen posibilidades de ganar. Hay que ser cuidadosos con lo que vendemos al público, pero ya está bastante encaminado. Y…”

“Ya, ya entendí tu punto Eff.” Me pase la mano por el pelo. “Es cierto que a la gente les gustó la idea del romance y las llamas, pero hay que ver cómo se comportan en la Arena.” Me volví a acostar y le hice un gesto a ella para que hiciera lo mismo. “Vamos a dormir que es tarde, y necesitamos estar lúcidos mañana.” Apague la luz y a los pocos minutos sentí como la respiración de Effie se pausaba, demostrando que se había quedado dormida, y minutos más tarde me quedé dormido yo también.

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Buenas!

Sé que no tengo perdón, prometo subir hace mucho, pero le juro que no pude. Sigo con muchos quilombos familiares y a eso sumenle que se termina el año y la Facultad no me da un respiro.

Espero que disfruten del capítulo, espero subir el próximo rápido (ya lo empecé), pero no se los puedo prometer.

Lo que si les prometo, Es que en cuanto me liberé de la facu, les hago un maratón de las tres historias😃

Saludos!

Euge😄

Detrás de cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora