07 Cumpliendo fantasías

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Effie Pov.

Era la hora de la cena, y Haymitch como de costumbre, todavía no había llegado. Estaba a punto de ir a buscarlo, pero justo en ese momento apareció en la puerta, me limite a mirarlo con reproche al tiempo que le presentaba a los niños.

Empecé a hablarles a los chicos sobre lo que harían al llegar al Capitolio, les hablé de la importancia de sus buenos modales enfrente de la cámara.

Cuando terminó la cena los acompañe a sus habitaciones. Ambos me sonrieron antes de cerrar sus puertas, y el nudo en mi estómago se hizo presente. Ellos eran amables conmigo y yo los estaba llevando a la muerte segura.

En eso pensaba, cuando de golpe unas manos me agarraron del brazo y tiraron de mi a una habitación.

Haymitch.

Me pego a la pared y comenzó a besarme, no tarde más de dos segundos en responderle. Lo había extrañado. Enseguida sus manos sostuvieron las mías contra la pared por encima de mi cabeza y supe cuál era el juego. No podía tocarlo. Sonríe contra su boca al tiempo que el me volvía a besar.

Bajo con besos por mi cuello y todo lo que le permitió el escote del estúpido vestido, que agradecí sea tan pronunciado. Una de sus piernas estaba entre las mías dejando que me frotara contra él.

“¡Haymitch!” – Chille desesperada. No me había dado cuenta de cuánto lo necesitaba hasta ese momento.

Sus manos bajaron por mi cuerpo y se aferraron a mi cola, levantándome. Enseguida envolví mis piernas es su cintura y gemí de placer al sentir el bulto de sus pantalones haciendo contacto a través de la ropa.

Mis manos volaron a su pantalón, y sin muchas más preliminares los abrí y deje caer, junto con su ropa interior. Él no se molestó en sacarme la mia, la hizo a un lado y después de confirmar que estaba lo suficientemente mojada como para no lastimarme, entro en mi de una sola estocada.

Su boca se encargó de acallar el grito que di, al volver a sentirlo. No me dio tiempo para acostumbrarme a él, ni disfrutar de tenerlo en mi interior. Empezó a moverse frenéticamente, haciéndome imposible reprimir mis gemidos.

Estaba a punto de correrme. Era demasiado rápido, tenía que pararlo.

“Vamos princesa, dejame ver cuánto me extrañaste.” – susurro en mi oído, al tiempo que una de sus manos bajaba hacia la unión de nuestros sexos y frotaba con fuerza mi clítoris.

Busqué su boca, cuando sentí que el orgasmo me invadía. Todo mi cuerpo se estremeció y mis manos se aferraron tanto a sus hombros que creo le deje marcadas las uñas, aún con la camisa de por medio.

Haymitch todavía no se había corrido y sigo moviéndose cada vez más rápido. Logro que me vuelva a excitar y mientras el llegaba a su orgasmo, yo lo acompañaba.

Me costaba respirar y él no estaba en mejores condiciones que yo. Nos apoyamos en la pared intentando calmarnos y en ese momento mire a mi alrededor. ¡Estábamos en el cuarto de la lavandería! Lo mire buscando una explicación.

“Lo siento princesa, ni siquiera lo pensé.” Sonrió nervioso, esperaba que le gritara por eso.

“Siempre fantasee que tener sexo sobre el lavarropas” Dije en el tono más sensual que fui capaz de hacer, mientras me sacaba la bombacha y me sentaba encima del aparato. El se acercó a mí, empezó a besarme.

“Tenes que controlar tus gritos Trinket” Dijo apretando el botón de encendido.

-.-.-

Me desperté con un agradable dolor en todo el cuerpo. Haymich dormía al lado mío. Me levante teniendo cuidado de no despertarlo y me fui a bañar.

Los tributos se levantarían en cualquier momento y no podía dejarlos solos. Primero, no sería educado de mi parte. Segundo, todavía había mucho que explicarles.

Para cuando termine de arreglarme, lo desperté a Haymitch. Él también tenía que desayunar y ayudarme con los chicos. En contra de su voluntad al fin se levantó y fue a ducharse.

Fui hasta el vagón del comedor y me senté en la mesa mientras los Avox servían el desayuno. Rayan apareció minutos más tarde por la puerta.

“Buenos días, señorita Trinket” Me dio una sonrisa avergonzada.

“Solo Effie, cielo” Se sentó enfrente mío y no pude evitar odiarme por milésima vez, el que esté adorable nene este en este tren.

“Effie, no sos tan desagradable como creía” Supongo que no pude ocultar tan bien mi cara de shock como hubiese querido. “No quise ofenderla, es sólo que, no lo sé. Se ve tan contenta todos los años que creí que no nos prestaría atención en lo más mínimo y que sólo nos llevaría al Capitolio y ya.” Le sonreí para tranquilizarlo.

“Esta bien Rayan, sé lo que piensan de mi en el Distrito.” Me devolvió la sonrisa y empezó a desayunar. Yo solo me limite a tomar mi café. Ya no tenía hambre.

Haymitch Pov.

Mientras dejaba que el agua recorra mi cuerpo no pude pensar en otra cosa más que en la noche anterior.

Cuando vi que Effie iba a acompañar a los chicos a sus habitaciones la seguí. Intente esperar a que llegara a su habitación para hacerla mia, pero no pude. Así que opté por meterme en la habitación más cercana y respetarla ahí.

Pero lo que más impregnaba mis recuerdos, no era el sexo desenfrenado que habíamos tenido en la lavandería. Si no el momento en el que resignadamente habíamos vuelto a acomodar nuestra ropa y caminar a el cuarto de Effie.

Al llegar volví a besarla, no era un beso como los otros, no estaba guiado por la pasión, era calmó, como si intentáramos decirnos algo que las palabras no podían explicar. Muy lentamente nos fuimos desnudando el uno al otro, sin prisas. Nos recostamos en la cama y  nos dábamos pequeñas caricias. Y así muy suavemente nos fundimos en uno. Por primera vez, no fue sólo sexo.

Cuando caímos agotados en la cama, volvimos a besarnos y mientras se quedaba dormida en mi pecho no pude evitar que susurrarle un “te quiero”. No contesto, ya estaba dormida. Y suspirando de alivio por no tener que pasar por eso ahora me quedé dormido.

Volví a la realidad cuando salí de la ducha y me vestía. Effie había dejado ropa limpia sobre una de las silla. Una vez listo salí.

Estaba a punto de entrar al comedor, cuando escuché algo que hizo quedarme totalmente inmóvil.

“Effie, no sos tan desagradable como creía” Era el chico. Quise entrar y arrancarle la cabeza en ese instante. Pero escuché como se disculpaba patéticamente con ella, y me recordé que sólo tenía 12 años y estaba en camino a la arena. Me quedé ahí hasta escuchar como Effie le restaba importancia, pero yo sabía que le afectaba, se notaba en su voz.
Queriendo terminar esa conversación entre, dije un educado buenos días y me senté a su lado.

“Esto es algo nuevo señor Abernathy” La mire levantando una ceja pidiéndole una explicación. “¡Llegaste a desayunar! ¡incluso unos minutos antes!” Puse los ojos en blanco y estaba por  responderle cuando la chica cruzo la puerta.

Nos pusimos a hablar de la arena, el entrenamiento y todo lo que necesitaban saber. Así pasamos el resto del viaje.

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Buenas!
Feliz domingo!
Es más corto que los que subí anteriormente, pero me pareció que agregarle más era innecesario.
También es el primero con lemmon, cuentame porfa que les pareció 👉👈
Prometo subir rápido el próximo.
Saludos!

Euge😄

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