Samanta (Capitulo 20)

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Había salido de la Biblioteca tan rápido como pude, no quería mirar atrás, sabía que el hombre detrás mío no estaba mirando, habíamos congeniado que saldría luego de que yo me fuera del lugar. No debíamos levantar ningún tipo de sospechas, pero el imaginarme lo que estaba a punto de hacer con mi gran asunto con Tyler era exagerado, incluso para mi. ¿Como podía permitir eso yo? Besar a un hombre, mayor, con lo que eso implica, sumado a que es mi profesor era una locura. Lo había besado en el verano, era una realidad pero estaba ebria y eso podría ser la única excusa buena que tendría por si algún día se lo cuento a alguien... algo que dudo comentar de todas maneras.

Tenía la información necesaria para ir hacia donde me estaba dirigiendo, ya no tenía que asistir a ninguna clase, así que no tenía que preocuparme si me cruzaba a un profesor, la explicación sería la misma "Estoy yendo hacia la salida, ya terminó mi hora" esa pequeña mentira nunca fallaba, y en caso que fallara estaba muerta. Me dirigía hacia el salón mas rosa y colorido de todos, aquel salón donde solo se podría ingresar sin calzado y con un perfume que al menos supere los 100 dolares. El salón "Pink", si, así le habían puesto las lindas de mis compañeras del grupo de Porristas. Tenía que asegurarme bien si la información que yo tenía en mi bolso era cierta, si Tyler había asistido, si de verdad hubo algo con Samanta, quería saber todo, no merecía quedarme con esta incertidumbre, no era bueno y hasta era asfixiante.

Me paro en frente de la puerta con sus carteles coloridos, sus afiches de próximas reuniones entre alumnos y campo de juego, con fotos de las porristas ganando sus medallas en Olimpiadas donde por supuesto también estaba yo, como capitana del equipo. Abro rápido la puerta sin siquiera golpear ni esperar a que alguien de adentro responda y me adentro en el salón, todas las chicas que se encontraban en ronda dialogando giraron rápido hacia mi y en sus rostros se formó una risa totalmente falsa. No se preocupen chicas, ustedes tampoco me caen bien.

-¿Alegra? Sabes las reglas, no deberías...- corto a Sindy con la mano en el aire.

-Lo sé querida, ni entrar con calzado, sin haberme bañado en este mismo día y por supuesto golpear antes. Pero esto solo tardara unos minutos, además sigo siendo capitana del equipo ¿Lo olvidas? -Sindy asiente nerviosa- Necesito saber donde está Samanta -digo seca mientras cierro la puerta a mi espalda.

-¿Me buscabas?- dice la voz que tanto detestaba escuchar pero que este momento deseaba que aparezca. Se encontraba detrás de un armario y apareció tan elegante como siempre, con su cabello negro como el carbón libre en el viento, sus curvas moldearon el costado del armario y se hizo presente en el salón junto con una chica no muy alta, rubia que no tenía ni la menor idea de quién era.

-¿Podemos hablar?- pregunto con velocidad mientras me cruzo de brazos y siento como las miradas se centran en mi.

-Claro querida, empieza cuando quieras- dice mientras sonríe con su sonrisa de pocos amigos, igual de falsa que sus amigas.

-A solas.- digo igual de sonriente abriendo la puerta y dejando todos los murmullos atrás. Luego de unos segundos Samanta ya se encontraba fuera del salón como yo le había pedido. Muy bien querida.

-¿Qué hay de cierto del blog de las porristas?- pregunto directa y veo como sus cejas bien depiladas se juntan lentamente, algo confundida supongo pero también puede ser una táctica de distracción.

-¿El blog del instituto?- dice con media sonrisa sin mostrar sus enormes dientes blancos.

-El blog de las porristas, hablo de "Porristas Being"...- digo golpeando suavemente con el pie el suelo, esto ya empezaba a ser una tortura.

-¿Cómo supiste de él?- sus ojos se agrandaron levemente.

-No importa, quiero saber cuan cierto es lo que se escribe ahí- la miro atenta esperando su respuesta y ella luego de un suspiro contesta.

Diferencia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora