Verdades a la luz (Capitulo 6)

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Era Viernes. Por fin iba a terminar esta pésima semana. Deseaba mucho el poder descansar el fin de semana y únicamente poner mi cabeza en el estudio, es algo que disfruto y me gusta pero últimamente tenia mis ideas fijas en otras cosas.

Como Tyler por ejemplo.

Exacto. Tyler. Me fue imposible no quedarme pensando en lo que me había dicho el profesor aquel día luego de la pelea que hubo en el Instituto. Aun no creía como Tyler no me había contado de sus comportamientos en el pasado, yo, que nunca tuve una vida con sus problemas como suelen tener las porristas con su prototipo de "yo mas el mundo" nunca hubiera tenido problema en contarle de mis cosas, de hecho lo había hablado muchas veces con él. Pero cuando yo le preguntaba, el solo esquivaba el asunto.


-Hija, recuerda que hoy no estaremos en casa por el cumpleaños de tu tía Elizabeth- dice mi padre mientras tomamos el desayuno. Toma una tostada y le pone abundante queso, casi dejándome sin nada ¿Cómo se atreve? 

-No entiendo porqué tu también vas, ambos sabemos que odias a la tía Elizabeth y el hecho que sea hermana de mamá, no quiere decir que la tenemos que querer con sus asquerosos pastelitos- hago una mueca de asco mientras tomo el ultimo sorbo de café.

-Alegra por dios, no hables así de tu tía. Ya sabes que tu madre tiene oídos por todos lados- ambos empezamos a reír porque sabemos como era mi madre.

Gracias al cielo la relación con mis padres siempre fue muy buena, aunque mi padre viajaba mucho por su trabajo como Vendedor de Propiedades, siempre estaba presente y era excelente cumpliendo ese rol. Mi madre era escritora así que la mayor parte del tiempo la pasaba con ella, realmente me daba gusto tener la familia que tenía. Al único que no veía mucho era mi hermano mayor, el estudiaba a unas 10hs de aquí, solo tengo entendido que le estaba yendo bien y eso es todo, nunca hemos tenido una gran relación pero de todas formas es familia y todos decían que teníamos un carácter bastante parecido. Habrá que descubrirlo si es que en algún momento, pasamos tiempo juntos. 


Había llegado al Instituto 15 minutos antes, así que saque mis auriculares y empecé a escuchar unas de mis canciones favoritas en el reproductor de música, Back To Black. Amy, estés donde estés, gracias por tanto.

El aire era cálido, pese al viento un poco frío de anoche hoy había amanecido un algo caluroso. Por suerte no me había abrigado lo suficiente como para no soportar el calor que me iba envolviendo con una visita inesperada en el estacionamiento.

Federick Wilson vas a matarme si te sigues apareciendo así.

Automáticamente y por instinto puro, me saqué los auriculares y lo primero que vino a mis oídos es el sonido del motor de un auto. Un hermoso Chevrolet Camaro SS del 69', y si, sabía que auto era porque soy una loca de los autos. Y mas precisamente de ese. Pero no sólo amé el sonido de de ese motor ardiendo, sino que Federick venia escuchando la misma canción que yo. Creo que me voy a hiperventilar si sigo mirándolo como lo vengo haciendo. Soplo el poco aire que el clima alrededor me regalaba y siento un pequeño incendio corporal con lo que tengo frete a mis ojos.

El hombre apaga su motor y fija su mirada hacia donde estoy, obviamente y con total disimulo, fijo mi mirada en las demás porristas que iban llegando al lugar, pero de reojo logro ver como se saca sus lentes negros y sonreía al público.

Estás de broma hombre.

Bajó de su auto y lo primero que vi, fue que llevaba puestos unos jean ajustados, una remera negra y su bendita chaqueta negra de cuero como siempre lo hacia. Amaba que haya venido con el auto en modo descapotable, el viento estaba a su favor y le daba un buen aire de despeinado. No me molestaba para nada, si yo fuera en ese auto con el techo totalmente abierto, una vez que descienda de este, mi melena seria como un león enjaulado que hace 10 años no peinan.

Diferencia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora