Gracias (Capitulo 32)

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El aire fresco rondaba a través de mi cuello y un pequeño escalofrío recorre mi espalda sin previo aviso. Tenía mi vista fija en Caroline, mi amiga, que una vez más se robaba la mirada de todos los estudiantes de Mckenly, era quién había quedado como capitana, al menos temporalmente, hasta que yo volviera al ruedo. Lo había estado pensando desde el día en que supe que las porristas tenían un grupo sin nosotras dos, donde las decisiones pasaban por si solas, donde mi opinión, y la de Caroline ahí dentro, no valían lo suficiente. Y me dolía, claro que dolía. En el poco tiempo que llevaba aquí dentro, los dos campeonatos cortos del equipo, había ganado mi medalla por Mejor Coreo y Mejor Capitana, medallas que Mckenly no recibía hacía unos diez años. Creía que era injusto, ni siquiera llegaba a conocerlas del todo bien, pero de algo estaba muy segura, me odiaban, sin razón. Decidí dar un paso al costado tan solo por un tiempo, quería poner mi mente en los estudios, era lo que al fin y al cabo me mantendrían ocupada por un largo tiempo hasta que terminase el año. Pero ahí estaba el problema, este año era un año importante ya que pasaríamos varios meses estudiando materias que en un futuro nos servirían, era algo así como la preparación a la carrera real, que en mi caso era Literatura, me encantaban las letras y no desaprovecharía mi pasión por los autores solo por un problema del corazón; pero como si eso fuera poco hoy por hoy me había involucrado en lo sentimental con uno de los Profesores del Instituto, y si, ahora lo sabía, sentía algo por Federick y no podía ocultarlo mas.

Una pequeña vibración me sacó de mis pensamientos, haciendo que me de un espasmo repentino. Busque dentro del bolsillo de mi jersey para sacar mi móvil, no tenía idea quién quería comunicarse conmigo durante la mañana, mi familia muy bien sabía que estaba estudiando por ende no debían molestar, pero a lo mejor no era mas que una propaganda de la compañía de mi móvil.

Mensaje de Federick:

¿Crees que podríamos vernos hoy a la salida?

Mi corazón dio un pequeño vuelco y una sonrisa tonta se formó en mi rostro, ni siquiera recordaba el hecho de que le había pasado mi número a Federick, claro que no me arrepentía pero debía tener cuidado con ello, ya que cualquiera podría tener mi móvil en mano y estarían muy acertados en pensar cualquier disparate. Porque "ese" disparate, era real.

Mensaje para Federick:

¡Claro! Te veo a la vuelta del Instituto. Un beso.

No llegaron siquiera a pasar cinco minutos que la respuesta en mi mano ya la tenía, sonreí una vez mas al imaginarme a un Profesor con móvil en mano, esperando expectante la respuesta de una alumna.

Mensaje de Federick:

Prefiero que me lo des en persona...


-¡Oye! Dime que me has visto maldita perra o te haré rodar por las escaleras... -la voz amenazante de Caroline se hizo presente e hizo que llevara mi mano hacia mi pecho de inmediato. Mierda. Me había llevado el susto de mi vida- Bueno, no creí ser tan fea Alegra.

-Tranquila, no es eso. Solo que estaba absorta en mis pensamiento que no te he visto subir. ¿El entrenamiento ya terminó?- pregunté guardando mi móvil sin contestar al último mensaje.

-Pues si, y pasaba para decirte que no podré asistir a la reunión de chicas hoy porque debo ir a la cena familiar de mi madre, lo cuál significa...- la interrumpo siguiendo su diálogo.

-...que debo prepararme mas de la cuenta porque a mi abuela no le gusta que las niñas se le vean las piernas. ¿Cuando le dirás a tu nana que ya no tienes diez años?- pregunto burlona cuando la tomo del brazo para bajar las escaleras del escenario del campus.

-¡Nunca! Supongo que se dará cuenta sola cuando Felix me proponga matrimonio... y ella no asista a la boda- dice triunfante como si su vida dependiera de esa boda.

Diferencia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora