Maldita Arpía (Capitulo 17)

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Tyler no dejaba de verme a los ojos, y yo no podía apartar mi mirada de la suya, sentía que le debía unas disculpas por algo. ¿Pero ese algo que era? Si debía pedirle perdón por algo, significaba entonces asumir algo, y aún yo no disponía de esa culpa, era demasiado pronto para pedir perdón, ni creo que Tyler quiera hablar sobre su asunto... ¿Que debíamos hacer entonces? ¿Tyler merecía que sus regalos terminen en el cesto de la basura? ¿Yo merecía que mi novio siempre esté a la defensiva y me discuta absolutamente por todo? No, eso no estaba bien. Definitivamente, el amor no era eso, ni siquiera pasaba cerca.

-Tyler... ¿Viniste a buscarme?- pregunto rápido mientras lentamente me safo del agarre de Federick, lo menos que quería es que Tyler me viera de la mano con el Profesor, si es que ya no lo había notado claro, que de ser así estaba en problemas.

-Si, por supuesto. Ten, esto es para ti... -me extiende el ramo de rosas y aunque no me gustan las rosas para nada, las acepto sonriendo por respeto- Espero que te gusten.

-Si, son muy lindas. Gracias...-y antes que pueda decir otra cosa Tyler me toma de las mejillas y me da un beso corto pero fuerte, de suerte que no me he lastimado los labios con mis propios dientes- Bueno, será mejor que nos vayamos- digo mientras me seco la boca disimuladamente con mis dedos.

-¿Como le va profesor?- pregunta Tyler sonriente y mis cinco sentidos se ponen en alerta como una pantera frente a una liebre.

-Muy bien Catosky. ¿A ti?- pregunta Federick sonriendo sin mostrar los dientes mientras recoge sus cosas y las guarda dentro de su maletín.

-Pues bien, por suerte todo estupendo, mas ahora que he vuelto a ver a mi pequeña abejita- dice mientras me toma por la cintura.

¿Abejita? ¿Te acaba de llamar así?

Veo que Federick hace un gesto raro, no logro descubrir si es asombro o asco, pero lo que sé es que ahora aprieta sus labios intentando contener una sonrisa. Iba a matar a Tyler luego de esto, no saldría vivo después de haberme llamado así en publico.

-Será mejor que nos vayamos al almuerzo, adiós Profesor- digo saludando con la mano mientras acomodo mi mochila en mi espalda.

-Nos vemos luego Alegra- me sonríe abiertamente y me sorprendo ante sus palabras. Cualquiera diría que eso fue mas una promesa que un saludo normal, yo ya no tenía mas clases con él por el resto del día sin embargo casi diría que me invitaba a verlo mas tarde. ¿De verdad esto acaba de pasar o era pura imaginación mía? No lo sé, y probablemente nunca lo sepa.

Me dirijo hacia el comedor principal para poder almorzar con mis amigos, como la mayoría de las veces lo hacía. Si bien mi novio siempre me invitaba a sentarme con el, mis amigos no le agradaban las amistades de Tyler, por ende siempre terminaba almorzando con mis amigos, que en definitiva son los que siempre están, pero esta vez Tyler me estaba dirigiendo fuera del gran comedor. Caroline me hizo una seña con la mano gesticulando"¿Donde van?"  y la realidad es que yo tampoco sabía hacia donde íbamos, así que pregunté esperando cualquier respuesta menos la que estaba a punto de escuchar.

-¿Tyler hacia donde vamos?- pregunto mientras siento la presión de la mano de Tyler en mi cintura para que no deje de caminar.

-Ya lo verás, no seas tan ansiosa bebé...- dice sonriendo y estaba detestando seriamente los adjetivos que utilizaba para llamarme, seguramente era porque odiaba mi nombre, sino no se explica.


Salimos prácticamente del Instituto para dirigirnos al campo de juego, el día era cálido a pesar de la fecha de invierno lo cual agradecía porque odiaba pasar frío. Seguimos caminando unos pasos mas, hasta que en mi vista aparece una mesa de almuerzo, puedo ver dos sillas de madera en cada esquina de la mesa, estas eran de madera pero llevaba un mantel blanco y arriba de este uno rojo, por encima de ellos se encuentran dos platos, los utensilios y una gaseosa en un balde lleno de hielo, como si fuera champan. Miro a Tyler y el simplemente levanta sus hombros, como si fuera lo mas normal de mundo lo que había planeado, un florero se encontraba en el medio de la mesa, con una rosa también... ¿De donde sacaba tantas rosas? Pobres plantas.

Diferencia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora