Superar (Capitulo 30)

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-Todo empezó unos meses antes que tu te fueras a Italia, mi mente estaba aturdida por el estudio y mis problemas familiares, sentía que mi vida poco a poco se hundía como el Titanic. Sabía que te tenía a ti, y aunque suene egoísta, eso no me era suficiente, sentía un gran vacío aun con tu presencia. Así que me deje llevar por esa situación, los días corrieron y nosotros empezamos a crecer, eso nos llevó también a cambiar y no pude manejar mis sentimientos, es por eso que tu vuelta de Italia me sorprendió muchísimo, nunca creí que seguiríamos juntos...- dice levantando ambos hombros mientras chasquea con sus labios.

-Quieres decir que encontraste el refugio que yo no te daba en Samanta ¿verdad? Ni siquiera se que es lo qué te sorprendió de mi vuelta, no estábamos separados así que obviamente la vuelta a clases iba a ser contigo- digo obvia mientras acomodo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

-No Alegra, Samanta no ha logrado darme algo que tu no me hayas dado...- lo interrumpo antes que siga.

-Entonces te ha dado el sexo que tanto tu necesitabas -digo sonriendo sabiendo que esa era la mas clara realidad- vamos Tyler, dilo, no tienes que sentir vergüenza con tus necesidades.

-Alegra espera. Eso no tiene nada que ver con ella, no es algo por lo que yo moría hacer contigo, ni siquiera te rogaba, así que no metas al sexo en todo esto porque esa no fue la causa de nuestra separación.- dice cerrando uno de sus puños por arriba de su rodilla.

-Fueron tus mentiras, tu constante falta de confianza...- me interrumpe elevando su tono de voz.

-¡¿Falta de confianza?! Por dios Alegra, tu eres la que todo este tiempo me ha estado llenando de preguntas sobre mi pasado o futuro, ninguna de mis respuestas te han servido para calmar tu loca mente- dice exasperado.

-¿Disculpa? Mi falta de desconfianza se debe a que tú has mintiendo demasiado, y eso en una pareja no sirve en absoluto. Cuando hablo de desconfianza me refiero a tus estudios, no has buscado ayuda conmigo, te hubiera dado una gran mano con eso, pero no, el señor orgullo ha esperado que yo me fuera de vacaciones para poder entrar a la Escuela de verano junto a la gran y sexy porrista Samanta. ¿No es así? -digo cruzándome de brazos esperando respuesta, pero él solo callaba- anda dilo Tyler, no me hagas perder el tiempo con tu silencio de cementerio.

-Si...-cierra su boca y la vuelve a abrir- admito que me equivoqué en pedirle ayuda a ella y no a ti, a la que era mi novia para aquel entonces, ni siquiera le he hablado con mi familia. Alegra de verdad siento mucho por todo lo que estás pasando, en serio me apena que tengas que ver toda esta basura. ¿Quién te lo ha dado?- pregunta intrigado a decir verdad.

-¿Quién mas? Obvio que Samanta, ella quiso todo este tiempo que yo sepa la verdad- digo poniéndome de pie del sillón donde me encontraba.

-No, ella no pudo haber sido. Esta no es su letra -señala el cartel que la caja traía y lo miro confundida- pues no coincide con la letra que se halla en el sobre.

-Tyler, no has abierto el sobre. Solo has echado una hojeada a la caja y nada mas. ¿Me puedes confirmar que tu has sido quién arrugó ese sobre?- digo apretando mis dientes, no aguantaba mas esta situación.

-Si, he sido yo. Se lo devolví el día que tu volviste, le dije que se olvidara de mi, que estaba confundida y que lo nuestro no era posible... pero no sé si entendió eso- dice rascando su cabeza.

-Por lo que veo ni siquiera te ha superado. Y si según tu, la que dejó esta caja en la puerta de mi casa no ha sido ella, entonces tendré que averiguar quién ha sido. -Tyler intenta hablar pero no lo dejo- Una última cosa, espero que me lo hayas dicho todo sobre el tiempo que no estuve en el país, porque si de verdad descubro otra mentira tuya, mi odio hacia tí no se comparará jamas, pero jamas, con el amor que sentí por ti- digo mirando hacia la puerta, nada quería menos que viera mis ojos cristalinos, debía ser fuerte, aunque por dentro mi alma estuviera destrozada. Sin mas por decir abrí la puerta de la casa de Tyler y me fui, con la caja en mano, con una gran pesadez sobre mi cabeza, demasiada información que procesar y solo quería llegar cuanto antes a mi casa.

(...)

Diferencia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora