Miedos

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《Acaso ésta tonta mocosa está insinuando que soy...》fue lo que cruzó la mente de Sesshomaru...

Él la vio, ella estaba espantada, y le pareció gracioso que una escolar ingenua fuera capaz de insinuar semejante estupidez, le hubiera gustado besarla y hacerle un par de cosas más para demostrarle lo equivocada y lo tonta que era.

Una sonrisa que heló los huesos de Kagome se dibujó en los labios de Sesshomaru. Él se acercó a ella quien temblaba como un cervatillo asustado, tenia su boca a centímetros del oído de la chica.

-En mi vida había escuchado algo más estúpido NI-ÑE-RA- le susurro al oído, luego soplo suavemente en él haciéndola estremecerse. Kagome estaba paralizada, un mar de emociones nuevas la invadía. Cerró los ojos y llevó sus manos a su pecho que parecía que dejaría salir su corazón en cualquier segundo.

Sesshomaru se alejó de ella sonriente, ella estaba sonrojada y era un manojo de nervios.

La había hecho perder el control y la dejó indefensa, ya no tenía ése aire de altanería que le irritaba.

Varios suspiros se le escaparon a la azabache antes de poder abrir los ojos.

《Éste hombre logró con tan sólo hablarme y soplar en mi oído desarmarme》Kagome Higurashi estaba asustada, aterrada, tenía miedo. Miedo a aquel hombre que tenía enfrente, miedo a los sentimientos que comenzaban a arremolinarse dentro de ella, miedo a cometer alguna locura, miedo de perder la cabeza y la cordura. ¡Estaba en peligro! Sesshomaru Taisho era la tentación encarnada. ¡Mierda! ¿Por qué ese hombre tenia que ser tan perfecto?

-Niñera- soltó -Ya deberías bajarte...

-S-si- fue lo único que pudo articular

-Entonces ¿Qué esperas?, ¿Acaso quieres que te lo susurre al oído? - sonrió de forma burlona y altanera

《Pero cómo es de arrogante》-No, no es necesario, y-y en el futuro le-le agradecería que guardara su distancia señor, le recuerdo que tengo NOVIO- la chica de ojos café tenía las mejillas infladas.

Salió del auto lo más rápido que pudo,  no sin antes disculparse por haber sacado conclusiones tontas y hablar de más.

Por su parte Sesshomaru rió muy divertido para sus adentros, aquella niñera se le hacía atolondrada y temperamental. 《El inútil de Inuyasha, tiene que soportar su mal humor》se burló el señor Sesshomaru una vez llegó a su casa.
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Naraku era un hombre de negocios, originario de Japón pero que se había mudado hacía ya varios años a Europa donde tuvo a sus dos hijos menores Kana y Hakudoshi, la mayor Kagura había nacido en Japón. Cuando sus esposa murió en circunstancias extrañas, él se hizo cargo de los negocios de la familia de su difunta esposa. Un día mientras Hakudoshi, el menor de sus hijos salió a caminar por el bosque que colinda con la casa, encontró entre la nieve unos mechones de cabello negro, la curiosidad lo hizo acercarse y excavar para ver lo que era, se sorprendió al notar que era una mujer, estaba azul y muy helada, corrió a avisarle a todos. Naraku rescató a la joven, la ayudó y cuando ésta se recuperó se dieron cuenta que ella no recordaba nada, ni siquiera su propio nombre. Al ver la belleza de la joven un sentimiento lujurioso entró en Naraku, esa mujer sería suya. La joven fue mejorando día a día, con el tiempo recuperó retazos de su memoria, como su nombre. Ella se llamaba Kikyo.

Kikyo pasó dos largos y angustiosos años con aquel hombre a quien ella llamaba tío. Era más para marcar una línea entre ése hombre y ella que por sentirse agradecida o tener algún aprecio por él. La joven no era tonta, notaba las miradas que el hombre le dedicaba. Él la deseaba, pero en todo ése tiempo ella se las arregló para no estar a solas con él más de unos segundos, evitar en lo posible darle alguna esperanza y sobre todo guardar la mayor distancia posible. Hace tres meses Kikyo recordó que vivía en Japón. No dijo nada acerca de éste dato a Naraku, desconfiaba de él, sólo le insinuó un par de veces al hombre que sería buena idea que él regresara a su país natal y tratara de alejarse de los recuerdos de su difunta esposa, "Eso le hará bien a usted y mis primos" decía la chica. Después de mucho insistir, logró que Naraku accediera a ir a Japón.

Ella podría buscar a su familia. Kikyo quería alejarse de aquel hombre que se le hacía fastidioso lo más pronto posible, quién sabe cuánto más él soportaría la indiferencia, los desaires y la distancia que ella le ponía.

Japón, casa de Naraku

-Kagura ayuda a tus hermanos y tu prima a instalarse - ordenó el patriarca mientras él se dirigía a su despacho.

-Qué molesto, ya lo escucharon mocosos, a desempacar, les mostraré sus habitaciones - espetó Kagura.

-Deberías cuidar tu lengua querida hermana- sonrió Hakudoshi con obvias ganas de molestar.

-¿Qué dijiste...?- rabeo Kagura.

Antes que ella pudiera hacer algo su hermano menor ya estaba escaleras arriba.

-Mocoso...- bufo.

Al día siguiente Kikyo bajó a desayunar con todos.

-Tío Naraku -dijo mientras todos comían en la mesa -Quisiera asistir al colegio, en Europa no podía por la distancia que existía entre tu casa y el instituto más cercano pero... aqui si podría

Para Naraku la noticia no era placentera, el había permitido que la tutora de sus hijos educara a Kikyo cuando ella se sintió lista para renovar los estudios. Pero dejarla salir 《¿Y si sucede algo y no regresa?》 Sólo de pensarlo se enfadaba más. No podría decir que no, aunque la mantendría vigilada muy de cerca. Él sabía que ella se traía algo entre manos. La dejaría ser para averiguar lo que tramaba, fuera lo que fuera, ella no se iría jamás de su lado. 《Kikyo, serás mía o no serás de nadie. No te dejaré ir de mi lado》

Continuará...

Capítulo 5 n.n

Voy a agradecerles a todas por leer y votar.

Son muy cute :D

Comentarios, sugerencias, tomatasos. Todo es bienvenido. Les aseguro no muerdo.

Bueno bye y hasta el próximo capítulo.

Señor Sesshomaru (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora