Capítulo 3

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-Narra ___

Pase gran parte de mis días con Seok Jin en Seúl intentando de volverme a familiarizar con las calles y comprando cosas para el apartamento. Una noche llegué cansada, por fin había conseguido trabajo en un hospital y esta vez Jin no me acompañó, porque tenía muchas cosas que hacer. Me fui a duchar y me vestí con un camisón de seda rosada con el manto acompañante, tome mi celular y salí al balcón que conectaba con mi habitación y me senté en una de los asientos de patio que había comprado. Busque el número  de mis padres y lo marque. Mamá contestó de primera.

-¿Buenas, quien llama?

-Hola mamá, soy yo, ___.

-Hola querida, que bueno que llamas. Aunque es un poco tarde pero me alegro que lo hayas hecho, ya te echaba de menos.- Sonreí levemente, me sentía tranquila al escuchar la dulce voz de mi madre.

-Solo llame para decirte que regrese a Corea, estoy viviendo en Seúl ¿Te acuerdas los apartamentos que habíamos visto antes de irme a los Estados Unidos? Pues estoy viviendo aquí.- Mi madre se rió con alegría, en ese momento sabia que había tomado la decisión correcta en regresar.

-¡Que buenas noticias cariño! Me alegro que por fin hayas regresado a casa. Nada es lo mismo sin ti, aunque adoro a tu hermano Taehyung y a Woo Bin  pero a Tae no le gusta hacer nada y tu hermano mayor está ocupado. Tae se la pasa encerrado en su habitación y no quiere salir a buscar trabajo.

-Bueno mamá, sabes que lo mimaste demasiado cuando éramos pequeños. Ahora están pagando las consecuencias papá y tu.- Eramos tres hermanos, Kim Woo Bin que era el mayor y era actor, yo la del medio y la doctora y Tae que se supone que también fuera actor  pero no estaba haciendo nada al momento. Yo era mayor que Tae por 9 meses.

-¿No sabes nada de U-bin? Hace tiempo que no se nada de él.

-Ya sabes cariño, está ocupado con sus novelas y sus películas. Hable con él varios días atrás, me dijo que nos vendría a visitar y pasaría una semana con nosotros de vacaciones.

-Ah bueno suena bien. Me gustaría que vengas con papá y Tae a visitarme mañana, los extraño mucho. 

-De acuerdo, cariño. Hablaré con tu padre cuando llegue de la oficina y le daré un jalón de orejas a tu hermanito.- Me reí y de repente sentí que el olor a arroz quemado entraba por mi nariz. Venia del balcón del apartamento que concordaba con el mio en el edificio del lado.

-Bueno, te dejare descansar mamá. En la mañana te enviare por mensaje el código del elevador y de la puerta principal para que no tengan problema subiendo. Te quiero mamá, besitos a Tae y a papá. Que descanses.

-Igual tu cariño, yo también te quiero.- 

Mamá colgó el teléfono y coloque mi celular en el bolsillo de mi camisón. Seguí el olor a arroz y me tope con la ventana abierta de la persona que vivía en el apartamento de al lado. Habia un hombre dormido sobre la mesa del comedor, estaba sin camisa así que podía ver sus músculos  y su espalda tonificada. Su cabello estaba parado por doquiera y hecho un desastre.

-¡Oye! Se quema tu arroz.- Ninguna respuesta.

-¡Hey se quema tu arroz, despierta!- Nada. Entre a mi habitación y busqué una de mis pantuflas y salí nuevamente al balcón. Como no era mucha diferencia de altura entre nuestros apartamentos, y la ventana estaba abierta completa, decidi tirar mi pantufla con toda mi fuerza por la ventana y luego escuche el impacto que dio cuando la pantufla conecto con la parte atras de su cabeza. El chico se levanto asustado y comenzó a maldecir. 

-¡Que carajos! ¿De donde mierda salio esta pantufla?- Este miro por la ventana y pude ver su cuerpo entero y su cara. Tenía una cara hermosa, se me hacia alguien conocido y casi inocente si no fuera por las palabras que habían salido de su boca. Su estómago era plano y era definido por abdominales, que si me daba permiso felizmente lavaba mi ropa sobre ellos. El pantalón que llevaba puesto colgaba bajo en sus caderas, mostrando la V profunda de su pelvis. Sacudí mi cabeza un poco y me crucé de brazos.

-¿Fuiste tu la que me tiró con la pantufla?

-Si, fui yo. Tu arroz se está quemando. No deberías de dormir sin camisa y con la ventana abierta así, luego sin estar pendiente a lo que estas haciendo. No tenias muchas opciones para vivir, o coges un resfriado o mueres quemado.

-¡Maldición mi arroz! (Fue corriendo a apagar la arrocera, luego regreso a la venta) Eh...Gracias. ¿Cuando te mudaste? Ese apartamento siempre ha estado vacío porque es muy caro. ¿Quien eres?

-Quien soy no importa, me mude hace unas semanas, vengo de los Estados Unidos.- El chico sonrió de forma coqueta y perversa, una sonrisa que me hacía acordar de alguien que había visto en mi vida. ¿Pero quien?

-Ah... Con que eres gringa ¿no? Bienvenida seas a Corea, bella. ¿Ja wal yu?

-Nací aquí, idiota. Mis padres son de Busan. Solo vengo de regreso a casa, Nueva York me canso.

-Ah, una yanqui no mas. De todos modos, bienvenida. Soy Park Ji Min.- Mis ojos se abrieron como bombillas. El mundo verdaderamente era pequeño, si me hubiesen dicho en la preparatoria que algún día en mi vida seria vecina de Jimin, me le echaría a reír de carcajadas en la cara de la persona. De todas las personas que vivían en Seul, tenia que vivir al lado del odioso de Jimin. Hizo mi vida imposible durante mis años de escuela y ahora de adultos y que estaba mas rico que antes, iba a ser peor. 

Le sonreí de forma falsa y fui a mirar la hora en mi celular.

-¿Me puedes regresar mi pantufla? Es tarde y tengo que acostarme ya.- Jimin tomo la pantufla y sonrió.

-Mm mm...no, creo que me quedare con ella. Que descanses, hermosa.- Me dio una guiñada y fue a cerrar la ventana.

-¡Oye, devuélveme mi pantufla idiota!- Jimin se volteo de espalda y comenzó a retirarse de la ventana. Sus cortinas comenzaron a descender y lo último que vi fue su mano que la levanto de despedida.



Mi Dulce Tormento (Jimin y ___) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora