Un drama propio

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Hoy es día de trabajo y Francisca se levanta temprano para su jornada laboral, prepara desayuno y Dung Sung se le une silencioso. Ambos comen en silencio. Francisca evita ver a Dung Sung pero puede percatarse que él la ve y emite una leve sonrisa.

-... ¡Por qué me mira!...-reclama Francisca en su mente.

-...Sé que me ves...-continúa observándola Dung Sung en silencio, sonriente.

-... ¡Deja de mirarme!...-continúa pensando incómoda, mientras come.

-...Te veoooo...-piensa Dung Sung con una sonrisa más notoria.
Cansada, Francisca lo ve con el ceño fruncido.

-... ¡Come tu desayuno!...-regaña en su pensamiento mientras lo ve.

-...Es más divertido mirarte...-piensa indiferente mientras lleva una cucharada de cereal a su boca manteniendo la sonrisa.

-...Aish...-lo mira molesta entrecerrando los ojos.

-...Hasta molesta eres linda...-vuelve nuevamente su mirada hacia ella masticando su comida con una marcada sonrisa en el rostro.

Francisca deja la cuchara algo agresiva sobre la mesa.

-Me voy al trabajo-dice con un suspiro frustrado poniéndose de pie.

-Bien-responde mirándola con una sonrisa traviesa en el rostro.

-Te pido que...

-No me muevo de aquí-interrumpe sonriente.

-Bien-suspira aliviada-La comida...

-Está en el refrigerador y ya sé cómo usar esa cosa-vuelve a interrumpir sonriente.

-Ok-dice más aliviada aún-Entonces me voy-dice más tranquila-Nos vemos a la tarde-se despide tomando su bolso y sus llaves en la entrada.

Dung Sung se pone de pie rápidamente y se pone frente a Francisca ante sus ojos atónitos y aprieta sus labios en la frente de ella.

-Que tengas un buen día-susurra a su oído antes de dejar ver una radiante sonrisa en frente del rostro de ella.

-E...bu...gra... Adiós me voy-dice saliendo rápido del departamento muy nerviosa.

Dung Sung esboza una gran sonrisa al verla salir huyendo.

-¡Francisca!-se dice a si misma mientras baja en el ascensor-Respira, respira-intenta calmarse-¡Ay, por qué es tan tierno!-reclama-Uuuuuust-dice y el ascensor se abre.

Su vecina de departamento se le queda viendo extrañada. Al verla Francisca cambia su rostro a la normalidad y sonríe incómoda.

-Hola- saluda avergonzada.

-Hola-responde su vecina fingiendo una sonrisa algo extrañada.

-Adiós-vuelve a decir Francisca saliendo rápidamente del ascensor y del edificio.

Todo el día Francisca pasa pensando en aquel pequeño beso de Dung Sung la noche anterior y de su beso en la frente por la mañana. Recorre los pasillos de la clínica con la mente en otro mundo totalmente anonadada. De pronto alguien la saca de sus pensamientos.

-Hola señorita Cáceres-saluda amable.

-Doctor Zúñiga-dice sorprendida.

-¿Te asusté?-dice algo avergonzado.

-No, dígame, ¿Se le ofrece algo?-Extrañada.

-En realidad solo quería preguntar por la señorita Sandoval, no la he visto últimamente y creí que algo le ha pasado-dice algo preocupado.

A un kilómetro de CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora