Cena...

72 6 0
                                    


En el comedor todos siguen con su almuerzo.

-Hoy por la tarde vienen los colegas de tu padre en la compañía-informa la señora sin mirar a Seung Do.

-¿Hoy?, ¿Por qué no me lo habían dicho antes?-espantado.

Araceli intenta concentrarse en comer.

-Ya estoy aquí-informa sonriente Francisca.

-¡Oh!, en tu cuarto hallarás un lindo vestido para esta noche-dice la señora amable en dirección a Francisca.

-¿Y mi esposa?-Pregunta Seung Do extrañado.

-Tiene marido que le compre-responde la madre duramente.

Araceli comienza a toser debido a lo incómodo de la situación.

-Ten, bebe un poco más-Seung Do acerca un vaso de agua ya que la de ella se había acabado.

Araceli asiente sin poder agradecer. Seung Do se sorprende un poco de no recibir una mirada asesina o algún otro tipo de maltrato. Puede sentir la incomodidad en el rostro silencioso de ella.

-Ya acabamos, nos vamos a nuestra residencia-informa Seung Do tomando el antebrazo de Araceli y volteándose a verla.

Ella solo se limita a hacer una reverencia en dirección a sus suegros y sigue a Seung Do. Francisca la observa pesarosa y piensa para sus adentros "Fighting". Una vez en su residencia....

-Me odian y lo peor es que nada de esto es mi culpa-se lamenta Araceli sentándose en el sofá y tomándose la cabeza frustrada.

-Perdón, si no fuera por mí esto no estaría pasando-dice Seung Do un poco alejado de la posición de ella algo atemorizado.

-Ya está pasando ¿no?-resignada con un suspiro.

Seung Do no puede creer lo que ve ya que ella está actuando más sumisa de lo normal.

Se acerca lentamente hasta ella, se sienta a su lado y casi temblando pone su mano en la espalda de ella.

-No te aproveches...

-Perdón-saca su mano rápidamente.-Son las una, ¿Te parece si a las tres vamos al centro comercial a buscar algún vestido de tu gusto para la cena de esta noche?-inseguro.

Araceli levanta su rostro algo desganado.

-Ok-responde haciendo un símbolo con sus dedos.

-Bien-suspira Seung Do aliviado.

Mientras tanto Francisca pasea por el jardín de la gran mansión reposando el reciente almuerzo. Manos atrás y expectante observa los detalles de cada rincón cuando de pronto observa que en medio del prado se encuentra Dung Sung con lo que parece ser un bastidor.

-Pintas...-susurra asombrada.

Comienza a acercarse a su posición meciéndose de aquí para allá.

-Hola-dice por encima del hombro de Dung Sung haciendo que este manche el lienzo.

-Oh-queda viéndolo frustrado.

-¡Perdón, perdón, perdón!-Se disculpa Francisca avergonzada.

-Tranquila-sonríe pacífica y resignadamente-Se puede arreglar-aclara para el alivio de ella.

-De todas maneras perdón-se lamenta.

-Tranquila, estudié artes asique no me es difícil lidiar con este tipo de accidentes-vuelve a explicar.

-Oh, estudias artes, entonces es verdad...-pensativa.

-¿Verdad que?-extrañado.

-Que los Gays siempre son pintores o peluqueros o diseñadores porque son muy detallistas-explica.

A un kilómetro de CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora