Un arcoíris

34 4 1
                                    


-¿Pancha?-golpea la puerta Araceli.

Francisca despega su cara de la almohada y responde.

-Aquí toy-desganada con un gran suspiro.

-¿Puedo pasar?-pregunta tímida.
-Ya pero no te riai de mi cara de poto-bromea aún muy triste sentándose en la cama.

Araceli ingresa lentamente y cierra la puerta detrás de sí.

Queda viendo a su amiga desde lejos.

-¿Qué harás?-algo temerosa.

-Ya compré mi pasaje de vuelta a Chile-responde mirando la computadora.

-¿Para qué hora son?-algo entristecida.

-Para la tarde después de almuerzo-explica.

Araceli camina hacia su amiga y se sienta de golpe en la cama viendo hacia el frente con un  suspiro de pesar.

-Si pudiera…

-No te preocupí-la interrumpe Francisca- Yo voy a estar bien-dice dándole un abrazo.

-Pero es que es injusto pu-Araceli comienza a sollozar.

-Naaa si la cosa es como es nomas-intenta una sonrisa-Tu tení que puro cuidar a ese chiquitito que viene por ahí y preocuparte de ser feliz con el menso de Seung Do-sonríe aun con lágrimas en sus ojos.

-Pucha pancha te voy a echar de menos-dice abrazándola fuerte.

-Yo también –suspira con sollozos.

-A penas nazca mi guagua te voy a ver a Chile, ¿Oki?-separándose un poco de su amiga.

-Oki-sonríe Francisca-Ahora tienes que irte a dormir y yo también quiero estar bien descansada para el viaje de mañana.

-Oka, yo creo que ahora voy a ver en que paró la charla entre Seung Do y el suegrito en la oficina de arriba, parece que igual fue el papá de Eun So-explica Araceli preocupada.

-No mejor no vayas, te puede hacer mal el estrés si están discutiendo feo, mejor anda a tu residencia y ahí lo esperas y le preguntas que pasó-intenta razonar Francisca.

-Si tienes razón, ya me voy-se despide con un beso en la mejilla.

-Ohh hace rato que extrañaba ese tipo de despedida-ríe Francisca.

-Sí, casi estamos más acostumbradas a usar la reverencia-sonríe Araceli.

-Ya buenas noches-se despide nuevamente Francisca desde lejos.

-Cualquier cosa me mandai un WhatsApp o algo-advierte antes de cerrar la puerta.

-Oki, chaito.

-Chau-finalmente cierra la puerta.

Una vez en calma Francisca termina de ordenar su maleta, toma un analgésico para el terrible dolor de cabeza que le dejó el mal rato y concluye sus tareas durmiéndose al fin.

Araceli espera nerviosa la llegada de su esposo a la residencia. Sentada en el sofá no puede evitar que sus piernas se muevan sin control nerviosas intentando liberar un poco de energía. Al fin después de transcurridos algunos minutos ve que la puerta de su residencia se abre e ingresa Seung Do con un terrible rostro malhumorado. Ella se pone de pie de manera rápida en busca de alguna explicación o solución a lo antes acontecido pero la actitud de su esposo le indica que nada bueno salió de la charla.

-¿Qué pasará con la fiesta?-pregunta intentando sacar palabras de su esposo.

-Ahora se harán los agradecimientos y pronto ya no quedará nadie en casa-dice en seco quitándose la corbata con brusquedad y tirándola al suelo.

A un kilómetro de CoreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora