Capitulo Tres

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Dos semanas más tarde, Louis había cargado todas sus pertenencias en la parte de atrás de la camioneta que había traído desde la granja. El funeral de su padre había ido bien, con muchas lágrimas y aún más recuerdos y gracias a Dios no había llovido. Louis había dado el discurso fúnebre y descubrió que había hecho llorar a la mayoría de la gente en la iglesia. Afortunadamente, él consiguió aguantar hasta que acabó de hablar. Después se había sentado en su sitio junto a Len y había llorado en su hombro.

Unos días más tarde volvió a Chicago para dimitir de su trabajo y vaciar el apartamento. Don Vanidoso parecía sorprendido e incluso dio alguna indicación de querer volver con Louis, pero Louis le dejó de lado bruscamente y se dedicó la mayor parte del tiempo a entregar su trabajo a otros.

Raine estaba un poco decepcionado porque se marchaba, pero se lo había tomado bien. —Siempre podrías venirte conmigo —dijo Louis.

—¿Y qué hago yo en una graja? —se había burlado Raine. Y ambos se habían reído, y habían quedado para tomarse una última copa antes de que Louis se fuera de la ciudad. Tenían una gran amistad y Louis consiguió que Raine prometiera ir a verle.

El camino de vuelta a la granja fue tranquilo, y Louis condujo contento, con las ventanas abiertas y música en la radio. Llegó justo antes de mediodía y aparcó en el camino frente a la casa. El interior estaba silencioso con Len trabajando fuera, así que Louis sacó del coche lo que pudo, imaginándose que sacarían el resto después. Cuando Len llegó, Louis ya tenía preparado el almuerzo.

—¿Qué vas a hacer el resto del día? —preguntó Len mientras se sentaba.

—Descargar la furgoneta y trabajar con los caballos. Quiero tener una caballeriza preparada para Princesa; debe estar a punto de ponerse de parto, si no lo ha hecho mientras estaba fuera.

—No, parece que todavía le quedan un par de días. Los chicos y yo hemos estado en el prado oeste arreglando el vallado. Me gustaría llevar cien cabezas allí. —Se sentaron y empezaron a comer—. ¿Qué tal te fue con trabajo? ¿Y con ese tal Raine?

—Dejar el trabajo fue fácil, pero Raine es otro cantar. Es el mejor amigo que he tenido en mucho tiempo. —Louis seguía comiendo rápidamente; tenía un montón de cosas que hacer y quería terminar cuanto antes—. Creo que esta noche les echaré un vistazo a los libros de cuentas, para familiarizarme con ellos. —Antes de marcharse había aprendido que la granja tenía a tres hombres contratados a tiempo completo y a unos cuantos más en jornada parcial que ayudaban con el trabajo en general, como limpiar los establos y traer el heno.

—¿No puedes hacerlo mañana? Tengo algo que hablar contigo esta noche —pidió Len.

—Claro. —Louis tomó los platos de la mesa y los llevó al fregadero—. Ya limpiaré esto después.

Louis volvió a salir para terminar de descargar la furgoneta. Una vez lo tuvo todo dentro, se fue al establo y empezó a cargar heno para preparar una caballeriza para el inmediato nacimiento. Cuando terminó, limpió algunos cajones más, les puso agua a los caballos y llenó sus comederos con heno y algunos copos de avena. Zayn llegó cuando estaba acabando, y trajo más heno del altillo. Después se puso a barrer el suelo.

—¿Quieres cenar con nosotros, Zayn?

—No puedo esta noche. Mi madre ha planeado una cena especial por mi cumpleaños. —Parecía entusiasmado.

—Entonces vete a casa y celébralo. —Louis le obligó a marcharse del establo y observó cómo se montaba en su bicicleta y se marchaba a su casa. Len y el resto de los hombres se acercaban ya a la casa, y Louis se preguntó por qué hasta que recordó que era viernes, la noche de cartas de Len.

AMAR SIGNIFICA... NO AVERGONZARSE.|Larry Stylinson|Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora