Capitulo Quince

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Louis se despertó en el paraíso, porque aquello no podía ser otra cosa. La luz temprana de la mañana se colaba por la ventana y hacía brillar un pelo rizado que descansaba sobre su pecho, mientras unas manos le recorrían la piel y unos labios jugueteaban con uno de sus pezones. Louis gimió suavemente, besando a Harry en la cabeza, enredando los dedos en su pelo sedoso. La cabeza de Harry se elevó y sus ojos se clavaron en los de Louis. Sus labios se encontraron, y Harry se movió para sentarse en la cadera de Louis.

-Te deseo, Louis. Te deseo con tanta fuerza...

Los labios de Harry le estaban volviendo loco, y Louis le apretó con fuerza, sus besos urgentes, más necesitados.

-¿Qué es lo que quieres, Tigre? -Louis dejó que una de sus manos deslizara por la espalda del joven hasta que acariciaron una de sus increíbles nalgas.

-Eso. ¡Quiero eso! -La espalda de Harry se arqueó y Louis escurrió un dedo entre sus cachetes-. Sí... eso es lo que quiero. ¡Tú! -Los labios de Harry cayeron con fuerza sobre los de Louis, su lengua penetrándole, su Tigre tomando lo que quería.

-¿Estás seguro? -preguntó Louis cuando sus labios se separaron. Esta sería la primera vez de Harry y Louis necesitaba asegurarse de que esto era lo que realmente quería. Lo último que deseaba en el mundo era herir a Harry, o empujarle a hacer algo que realmente no quisiese, o no estuviera preparado para ello. Pero su respuesta no fue más que Harry vibrando contra su piel cada vez que le tocaba.

-Oh, sí. Quiero que me ames.

Louis le abrazó con fuerza, juntando sus cuerpos todo lo que pudo para que no hubiera hueco entre sus pieles.

-Y lo hago. Te amo. -Despacio, con mucha calma, Louis invirtió sus posiciones en la cama, con las piernas de Harry aun rodeándole la cintura, sin dejar ningún atisbo de duda de qué era lo que quería. Louis alzó la mano hacia la mesilla, humedeciéndose los dedos con lubricante, y usándolos para juguetear con la entrada al cuerpo de Harry.

Harry gimió suavemente mientras Louis acariciaba la piel arrugada de su ano, realizando pequeños círculos antes de introducir un dedo.

-Louis...

Adoraba que Harry gimiera su nombre; en realidad adoraba todos los sonidos que Harry emitía gracias a él. Louis empujó su dedo profundamente.

-¿Bien? -Giró su dedo hacia arriba, acariciando con cuidado.

-¡Sí! -gritó Harry, y empujó sus caderas contra la mano de Louis, introduciendo su dedo aún más profundamente. Su cuerpo estaba tenso y caliente, y Louis sacó su dedo para añadir un segundo, abriéndolos con cuidado en el interior del cuerpo de Harry, girándolos despacio. Harry comenzó a gemir con más fuerza, gimoteando cada vez que los sacaba y emitiendo un suave maullido cuando los volvía a introducir.

El cuerpo de Harry era un volcán endurecido, y Louis no sabía si él mismo duraría lo suficiente. El calor que emitía era increíble.

-Me estás volviendo loco de deseo. -Con cuidado, sacó los dedos y miró hacia a Harry, aquellos ojos increíbles abiertos y brillando de deseo, su cuerpo temblando ligeramente, y las piernas abiertas en clara invitación.

-Louis, date prisa, por favor. -Los ojos de Harry se llenaron por completo de pasión, y eran lo más bonito que Louis había visto en toda su vida. Se inclinó y besó a su amante con fuerza mientras con increíble ternura y lentitud le penetró, observando su rostro para notar cualquier incomodidad.

Los ojos de Harry se abrieron aún más cuando el músculo guardián se estrechó por primera vez. Louis paró de moverse.

-¿Estás bien? -Harry no se movió, y Louis comenzó a abandonar su cuerpo.

AMAR SIGNIFICA... NO AVERGONZARSE.|Larry Stylinson|Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora