Capítulo 5: Coronel Vasily Karpov.

1.6K 126 0
                                    

Intento no sonreír cuando pienso en él pero es inevitable, me gusta mucho, aunque que él es  imposible para .

Diciembre 5, 2007.

***

Un día estaba cenando y no quedé satisfecha. La niña a mi lado tenía aún su plato repleto, así que...

-Robó la comida de la niña.

-No. 

-Entonces?

-Eso es lo divertido. Ella me la dio.

-Ella ya no quería?

-No. Simplemente dije para mi misma que quería su comida mientras la veía.

-Fue la primera vez que hablaste en la cabeza de alguien.

-La primera vez que manipulé la mente de alguien. -Sonreí triunfante.

***

Luego de aprender defensa personal y manejo de armas, de todas las armas que puede imaginar, aprendí a conducir todo tipo de transportes, las clases aéreas fueron mis favoritas. Quinjets, jets, helicópteros, o cualquier tipo de aeronave.

Siempre fui la primera en todo y más después de aprender a manipular las mentes. Todo era más fácil, hasta escapar de ese infierno pero nunca lo intenté, era ambiciosa, quería llegar alto, quería ser alguien en la KGB o en HYDRA. Quería encontrar al asesino de mi madre.

A mis 16 años trataron de esterilizarme, era uno de los requisitos para seguir, había manipulado varias mentes para saber que era exactamente, no quise que lo hicieran, así que, obligué a escribir que ya había pasado por el proceso.

Cuando estaba cerca de cumplir 18, llegó el día de la prueba final, no sabía exactamente para que nos entrenaban pero suponía que era para algo malo, algo simplemente terrible. Eramos armas letales, debíamos ir por un enemigo de HYDRA a cualquier parte del mundo y llevarlo a una base ubicada en Siberia. Allí torturaríamos al rehén hasta sacarle información y luego asesinarlo. Simple, algo que un robot podría hacer, ya que, no tiene corazón, ni sentimientos.

La mutilación de cada uno de los dedos de aquel hombre fue un placer enfermizo, ver la sangre brotar en borbollones, escuchar los gritos desgarrados de dolor y la satisfacción de escuchar el disparo que apuntaba a su cabeza había sido el reflejo de mi esfuerzo por años.

Gracias a eso, llegó a mí la oportunidad de ser una de las 10 personas que se enfrentarían a uno de los mayores retos de HYDRA. Sería más un privilegio, ya que, podríamos entrenar con él por algunas semanas.

A él lo llamaban, el soldado.

Habíamos 10 elegidos, entre inhumanos como yo y personas normales con mucho potencial que habían llegado por sí solas a la KGB. Un hombre maduro de ojos claros y uniforme militar entró al salón. Habló en un ruso fluido y se presentó como el Coronel Vasily Karpov.

Luego de una breve introducción vi al soldado entrar. Su paso era seguro, sentí un vacío en mi estómago al verlo pasar frente a mí. Sentí mi corazón en la garganta. Un par de escoltas lo acompañaban, se ubicó junto al Coronel y levantó su mirada a nosotros.

No pude contener mi interés, no le quité la mirada de encima mientras el Coronel seguía dándonos instrucciones. El soldado era realmente un misterio, tenía un brazo metálico, se veía fuerte y decidido. No imaginaba cómo sería a la hora de luchar.

Luego de unos minutos de instrucciones estábamos listos para luchar. Seríamos 1 contra 10. No podía negar que sentí la adrenalina salir por los poros. Unos a uno nos fuimos contra el soldado, fácilmente fueron cayendo al suelo noqueados. Era realmente rápido y fuerte, muy impresionante. En eso llegó mi turno.

Sabía que me noquearía fácilmente, así que, intenté controlar su mente pero no pude, el miedo me jugó una mala pasada, traté de hacer una llave y me tumbó al suelo con fuerza. Lo vi fijamente a los ojos, pude ver dolor en ellos. Eso me distrajo y luego no supe más.

Era obvio que yo era como papel en sus manos y mi distracción no me ayudó a defenderme en el momento preciso. Desperté minutos después, todos los agentes habían perdido contra el soldado, dos habían muerto. Los demás teníamos la oportunidad de entrenar un par de semanas con él.

Puedo decir que de todo el tiempo que pasé en la base de HYDRA y luego en la KGB nunca había pasado dos semanas más aburridas. El soldado nunca dijo una palabra, siempre era Karpov quien nos daba instrucciones, el soldado era como un saco de arena. A pesar de eso nunca pude evitar el mostrar mi interés por él, algo me llamaba mucho la atención y no por lo bien que peleaba sino como hombre. Su brazo de metal me llenaba de preguntas la cabeza pero nunca tomé el tiempo para manipular su mente y obligarlo a decirme su historia. Cada vez que lo tenía cerca mi corazón palpitaba con fuerza, me sudaban las manos, no podía sostener su mirada aunque él siempre se mostró arrogante, así que, no insistí.

Luego de esas dos semanas de entrenamiento la KGB quedó en mi pasado. Ahora sólo era HYDRA. Me asignaron varias misiones, el soldado había desaparecido, así que, traté de olvidarme de ese tema.

Un día al volver de una pequeña misión divisé a Fred bajar de un quinjet. Caminé hasta él y lo vi de frente.

-Fred? -Le dije a lo que él hizo caso omiso. -Frederick Lander?

Él posó sus ojos en los míos y luego parpadeó varias veces.

-A-le-xa? -El dijo inseguro.

Nuestro encuentro fue fantástico, la verdad no esperé emocionarme tanto. Él estaba en otra sección ya que me llevaba 3 años. Dimos nuestro reporte y caminamos juntos al pabellón de habitaciones.

-Me recuerdas, en serio?

-La verdad, es muy confuso. Sé que te conozco pero sólo recuerdo algunas imágenes.

-Pronto me recordarás, sólo no digas nada o nos harán un lavado de cerebro.

-Un qué?

-Luego te explico, debo tomar un baño y estoy hambrienta, así que...

-Nos vemos en el comedor?

-Claro!

Sabía que era un inhumano como yo pero cuál era su poder? Nunca lo supe en los años que estuvimos en el refugio ni el de Isabela, no supe más nada de ellos después de entrar a la KGB. Tomé mi baño y conversé por horas con Fred. Poco a poco el fue recordando nuestras aventuras de niños.

Pasaron los días y un año más se fue, vi a Frederick en los entrenamientos, su poder era la fuerza sobrehumana. Pensé que una lucha entre él y el soldado sería fabulosa. Quise manipular su mente pero no pasó nada, era inmune a mis poderes.

-Benkara.

Llevé mi vista a la voz del Coronel. Él venía entrando al salón de entrenamiento. Detrás de él venía el soldado, mi corazón se aceleró al verlo. El Coronel me habló de una misión, algo fácil, nada que no hubiese hecho ya. Sólo que...

***

-Debía ir con el soldado?

-Sí. Debía ser uno de sus escoltas secundarios.

-Su primer misión con el soldado.
-Mi primer misión... Sí... -Dije ida en la botella de whisky mientras recordaba.

Inhumans: Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora