El movimiento brusco de la superficie donde estaba me hizo despertar de la pesadilla, agradecía ese movimiento, de ser así seguiría viendo a mi hermano correr sobre un túnel hacia una luz. Los parpados me pesaban.
—estaba a punto de despertarte, ¿tenías una pesadilla?— Caleb se giró en su asiento y miró hacia atrás, hacia donde yo estaba: acostada sobre los asientos.
No le respondí.
—oh, vamos Amira, ¿vas a dejar de hablarme solo por haber matado a tu hermano?— replicó con tono suficiente.
¿Sólo por haber matado a mí hermano? ¿Qué se creía el grandísimo idiota?
—sé que suena cruel, pero era necesario—. Siguió diciendo.
—¿era necesario matar a un niño? ¿Para qué Caleb?, dime, ¿para qué?— mi voz salió demasiado tranquila, mi propio sistema se contenía de matarlo, mutilarlo y sacar cada centímetro cubico de sangre de su cuerpo de la manera más dolorosa. Lenta y dolorosamente.
—sí, lo era—. Afirmó—. Era necesario, sino no conseguiría lo que quiero.
—¿y qué mierda es lo que quieres?
—a ti.
—ya lo habías conseguido, ¿no te das cuenta? ¿No te das cuenta de que me quedé?
—trataste de escapar.
—cualquiera lo haría—. Repliqué.
—¿aun sabiendo que el precio era la muerte de su hermano? Amira, tú mataste a Ian.
—no—. Él no iba a conseguir que yo me sintiera culpable, no iba a lograrlo.
—sí, claro que sí—. Adujo—. Tú y tus ganas de no estar conmigo lograron esto, tú eres culpable de todo esto.
No respondí. Él tenía razón. Si la idea de Caleb era romper mis barreras lo logró.
Retuve las lágrimas hasta que frenamos en un lugar completamente ajeno al mundo. Si la casa anterior me parecía alejada de la civilización, esto era de otro mundo. Era hermoso, debía admitirlo, una cabaña en el medio de un bosque habitado por árboles y nosotros dos.
Solos.
—¿vas a bajar o te quedaras ahí todo el día?— abrió la puerta trasera del coche y me miró desde su altura.
—¿qué diferencia hay entre salir o no? Ambas cosas implican estar contigo.
—Amor, nunca vas a liberarte de mi— replicó y agarró mis manos tirándome hacia él mientras me sacaba del coche.
—puedo caminar sola— estallé en gritos— tú y tus impotentes ganas de ser más idiota que una persona promedio pueden dejarme en paz. Sé caminar sin ser arrastrada como siempre lo haces, grandísimo idiota.
Él rió.
—estás enojada— afirmó.
Mi puño cerrado conectó con su mandíbula. Y fue la cosa más liberadora que había hecho en mi vida. Me sentía, en cierta forma,... relajada. Con menos peso en mis hombros.
Empecé a caminar a sabiendas de que él me detendría, pero grande fue mi sorpresa al poder avanzar varios metros sin ser detenida. Llegué a una especie de lago, un solitario y oscuro lago. Observé todo a mí alrededor: árboles, flores, pasto, algunos pájaros y cientos de insectos. La oscura agua del estanque me devolvió mi reflejo.
Abracé mis propias piernas liberando todo los sentimientos de mi interior. Frustración, resentimiento, odio, miedo.
Miedo.
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Obsesión TERMINADA.
ChickLitPortada hecha por @Tamiyuki -para, por favor, para-. Supliqué. -no quiero parar, muchos meses tuve que esperar para esto-. Dijo apoyando sus rodillas alrededor de mi cintura para que no escapara y sacando su remera dejando ver su bien formado cu...