NUEVA TEMÁTICA: por cada capítulo voy a dejar una pregunta y si quieren pueden responderla en los comentarios... Es para interactuar más y conocernos :)
¿Canción preferida?
Si este capitulo llega a treinta votos, hago un especial de dos capítulos narrados por Caleb <3
En multimedia, "Danubio azul" (ES MUY BONITO Y ESTARÍA BUENO ESCUCHARLO MIENTRAS LEEN EL CAPITULO)
Ian estaba en su habitación cuando entramos. Él corrió hacia mí y me abrazó, pero al ver a Caleb se tensó.
—hola— mi hermano achinó los ojos en su dirección— ¿Le has hecho algo a mi hermana?
—no, Ian— le respondí, anticipándome— sólo me quedé dormida en el auto, por eso mi cara de...
—de estúpida— completó él.
—si— respondí sin pensar— Espera, ¿Qué?— mi hermano se rio— ¡Ian!
—pero es cierto— murmuró.
Me hice— dramáticamente— la ofendida mientras tiraba mi bolso sobre la mesa dispuesta al lado del sofá que teníamos en el salón.
—iré a cocinar mientras ustedes...— dejé la frase incompleta, sin saber bien qué quería decir realmente.
—te ayudo— Caleb rápidamente me siguió a la cocina.
—puedo sola— intenté.
—yo estaré en mi habitación— Ian nos dejó solos, mientras corría al pequeño pasillo donde estaban las habitaciones.
Me vi en la obligación de ir a la cocina con Caleb pisándome los talones. Sólo esperaba que se limitara a sentarse y mirar, con la boca cerrada porque iba a joderme mucho que se pusiera a hablar. Había estado todo el puto día con gente gritándome en el oído y necesitaba calma, algo que— claramente— Caleb no podía proporcionarme.
—Pondré un poco de música— Caleb se acercó al pequeño equipo musical que estaba entre el salón y la cocina y lo encendió— ¿Qué quieres escuchar?
—no me importa, pon lo que quieras— mi voz no era de mal humor, era cansada, como lo estaba mi cabeza y mi cuerpo.
Caleb encendió la emisora local y las canciones más viejas jamás reproducidas empezaron a sonar. Debieron de ser un éxito en la adolescencia de mi bisabuela.
No le di mucha importancia a la música mientras abría la heladera. De hecho, intenté ignorar a Caleb mientras decidía que iríamos a comer. Saqué unos huevos y algunas verduras, decidida a hacer unas tortillas.
—¿Cómo te ayudo?— Caleb apoyó su mano en mi espalda y casi dejo caer los huevos por el nerviosismo. Todavía me afectaba que me tocara.
—no poniéndote en el medio ni tocándome— forcé mi voz para que saliera de mi garganta de una manera firme.
—baila conmigo— Caleb rodeó con sus brazos mi cuerpo al escuchar la canción que sonaba en la radio. Era el conocido vals, el Danubio azul, que ponían usualmente en las bodas— por favor, Amira. Baila conmigo.
Me resigné. De nada servía discutir o negarme. Terminaría bailando a la fuerza y — en esto— era mejor cooperar.
Caleb me guio con su mano izquierda apoyada en la parte baja de mi espalda, mientras movía nuestros cuerpos, sin seguir del todo el ritmo de la música.
—no sé bailar.
—no necesitas hacerlo—Caleb tenía su barbilla sobre mi cabeza— al menos, no ahora.
Me separé un poco de su cuerpo, para poder mirarlo.
—¿A qué te refieres?
—a que tenemos tiempo antes de que nos casemos— nos sostuvimos la mirada antes de que Caleb me hiciera girar. Torpemente lo hice— para cuando te cases conmigo...
—falta mucho tiempo para siquiera considerar la idea del matrimonio, ¿No crees?— me quise alejar, repentinamente incómoda.
—Amira, no te alejes.
—es que... de repente te sales con la idea de casarte y un futuro juntos cuando...— otro giro. A Caleb el baile no parecía afectarle su capacidad para mantener una charla— cuando recién ahora estamos intentando iniciar algo, Caleb.
Finalmente se detuvo. La canción había terminado. Ahora sonaba otra melodía, también suave pero desconocida para mí.
—no me imagino un futuro sin ti, Amira— Caleb seguía sosteniéndome— no puedo imaginar una vida sin ti. Siento que desde que te encontré todo tiene sentido y...— él tragó saliva fuertemente— antes estaba ciego y tú... tú me sacaste la ceguera.
<<perderte sería como volver a ese abismo de oscuridad y eso... eso me aterra, Amira.<<
No me alejé, no me moví, no hice nada cuando él acercó su cara a la mía. Me quedé quieta, esperando. Intentando cumplir mi promesa de darle una oportunidad e intentando confiar en la suya de no hacerme daño.
—no puede seguir sin ti luego de haberte encontrado.
Sus labios tocaron los míos y me sentí extraña. No estaba forzándome, no estaba violándome. Estaba siendo delicado y eso me confundía. Me había habituado al Caleb agresivo que en cada beso intentaba invadir mi boca con su lengua, pero en ese momento, solo movía sus labios sobre los míos. Seguía teniendo su porte dominante de marcar el ritmo, pero no estaba siendo rudo en lo absoluto.
—Caleb..— unos segundos después, me separé. No por falta de aire, si no por estar sumamente confundida.
—no puedo evitarlo— me sonrió inocentemente.
Me escabullí entre sus brazos mientras decía:
—Tengo que terminar con esto— para empezar a batir los huevos. La cocina siempre me había despejado.
Caleb no dijo nada. No volvió a tocarme ni a hablarme. De hecho, unos minutos después se fue al pasillo con Ian. De fondo— junto con el ruido de la comida cociéndose— escuchaba la risa de mi hermano junto con él.
Cuando terminé las tartas, llevé unos platos a la mesa en el salón y encendí la tele, tal vez podíamos ver una película mientras cenábamos. Me reí de mi misma al ver que estaba haciendo todo lo que me había negado a hacer al poner un pie en mi casa luego del trabajo.
Caminé hasta la habitación de mi hermano y tanto él como Caleb estaban jugando con no sé qué juego en la computadora.
—vamos a comer..
Ian no tardó en apagar el aparato para correr a la mesa y sentarse en el sillón frente a la tele, que usualmente usábamos para comer.
—¿Podemos ver una de terror?— Ian se adueñó del control de la tele para cambiar la programación y poner lo que él quisiera.
—pero luego tienes pesadillas...— intenté razonar pero era tarde. Ya ambos estaban centrados en el inicio de una película sobre espíritus y no sé qué otras cosas que me harían tener que cuidar a Ian de los 'monstruos bajo su cama'.
Me senté. Caleb estaba entre mi hermano y yo. Ian miraba como un poseído la película mientras devoraba la comida. Caleb hacía lo mismo sólo que comiendo más despacio—con una mano— mientras que— con la otra mano— acariciaba mi rodilla.
Cuando terminé de comer, me acomodé con las piernas sobre el sofá y recosté mi cabeza contra el respaldo. La película me aburría, así que cerré los ojos para descansar la vista pero me quedé dormida porque cuando abrí los ojos, estaba en mi cama, sin los zapatos y con una remera que nada tenía que ver con mi uniforme. Caleb me debía haber llevado ahí.
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Obsesión TERMINADA.
ChickLitPortada hecha por @Tamiyuki -para, por favor, para-. Supliqué. -no quiero parar, muchos meses tuve que esperar para esto-. Dijo apoyando sus rodillas alrededor de mi cintura para que no escapara y sacando su remera dejando ver su bien formado cu...