Eres extraña (Edward y Bella)

Cap 8. Despedida

Cap 8.

Edward POV

- Bella, no te escondas - Le dije a Bella que parecia una niña pequeñita.

No debí dejarla sola, le cuesta controlarse. Y las chicas... me las pagaran. La suerte fue que ella supo parar a tiempo, supongo que ella no queria matarlas. Queria que ella supiera que yo estaba ahí, con ella, que no había pasado nada. Pero mi mente estaba llena de preguntas.

- Edward... Lo siento, no debí..- Empezó a disculparse, pero no la dejé terminar.

- No. No fue tu culpa, esas chicas son unas víboras. Te prometo que no te volveré a dejar sola. - Le dije, pero ella se puso tensa.

- Esque no lo ves?! Nunca es culpa mia!! No se controlarme!!! Soy un monstruo, Edward, - Al decir mi nombre se tranquilizó.  - no soy buena para los demas.

- No digas tonterias, Bella. Eres perfecta apara ellos, lo que pasa esque no te quieren conocer.

- Y ahora menos... - dijo en un susurro. - Como se lo ha tomado Carlisle? Se lo ha contado Alice? - Eso es lo que le preocupa ahora? Ay mi Bella... Mi pequeña y tonta Bella...

- No, ella me prometió no decir nada. - ella puso cara de alivio.

- Gracias. - Cuando lo dijo tenia los ojos cerrados, que bonita estaba. Se notaba que le costaba decir los sentimientos en voz alta. Poco a poco empezó a salir de su posición hasta quedar mirandome.

- Venga, vamos. Mientras antes volvamos mejor. - Ahora era el momento, podria sacar a la luz todas mis preguntas.

Corrimos hacia el aparcamiento del instituto, que aun seguia lleno porque acababan de terminar las clases. Me dirigí hacia mi coche con Bella a mi lado, con la mirada en el suelo. Esta chica no cambiará nunca. Escuché los pensamientos de las chicas que fueron atacadas por Bells, estaban asustadas pero planeaban otra emboscada a mi pequeña, aunque yo estuviera delante. Le abrí la puerta a Bella para que entrara, y se sentó.  Ya estabamos los dos dentro, ahora tranquilamente podriamos hablar.

Metí en el estéreo mi disco favorito de piano, entonces Bella comenzó a mover los dedos como si la estuviera tocando.

- Bella. - Ella me miró. - Desde cuando sabes tocar el piano?

- Bueno, antes de venir a Forks viví en Londres. - hizo una pausa, al parecer me mostró su pasado, como si fuera una visión. Se repitió esa ola de calor que sentí en su habitación.  Fue una suerte que no empezara a conducir aun.

Imagenes de su antiguo Londres se veian en mi cabeza, como si estuviera yo ahí mismo. Pude ver una habitación con un piano mientras ella lo iba narrando.

- Empecé a dar clases de piano, unos treinta años despues de mi transformación. Las dí unos siete años, hasta que mi profesor murió,  era muy mayor. Por aquel entonces vivia en un pisito en el centro de Londres, pero me cansé de esconderme, a si que me vine a vivir a Forks. Estuve mirando pianos en Seattle por si me compraba una casa. Yo no sabía que este territorio estaba ocupado, a si que despues de ir a clases pretendía buscar un hotel o una casa bonita. Enronces conocí a Alice. - Ella sonrió por el recuerdo de mi enana hermana dando saltitos hacia ella. Se acabaron los recuerdos y empecé a conducir.

- Como... como haces eso? - Le pregunté, aun sorprendido por su extraña capacidad.

- Buena pregunta, - se giró hacia mi - pero ni yo misma lo se. Tengo que aprender a controlar mis poderes.

La verdad es que si... Pensé. Ya lleva una semana con nosotros y han ocurrido mas desastres que todo el tiempo que llevamos aquí.

Arranqué el coche cuando vi que el de Rosalie se ponia en marcha con mis hermanos dentro. Conducí a toda velcidad por las carreteras del bosque, al parecer a Bella no le incomodaba demasiado mi forma de conducir. Llegamos al garaje y todos apagamos los coches. La primera en salir fue ella que corrio a paso humano - nuestra madre nos tiene prohibido correr en casa - hacia donde se encontraba Esme leyendo una revista de decoración.