33. El Proyecto

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Isabella POV

Me levanté de la cama lentamente y fui directa al baño, a mirar si de verdad estaba igual que ayer, que estaba igual que antes de ayer, que estaba igual que hace ciento siete años. En fin, otro dia de asquerosa rutina. Miré el calendario. Ya llevaba aquí cinco agotadores meses, pero agotadores de lo aburrido que son, porque basicamente nunca hago nada. Me despierto, me visto, voy al entrenamiento, de vez en cuando doy una vuelta con Lined y Miranda, me voy a la biblioteca, Heidi me trae la comida, vuelvo a la biblioteca -en la que admiro el hermoso piano aunque desde que estoy aqui no lo he tocado-, Heidi me trae la cena,  despues de comer me doy una vuelta por la terraza del edificio, o basicamente me quedo en la cama aprendiendo a controlar los nuevos dones hasta que me quedo dormida. Y hoy iba a ser diferente.

En la guardia habiamos comenzado -yo habia comenzado- un proyecto para poder desarrollar todo lo posible los dones de los guardias. Hacia un par de dias me habia dado cuenta que las unicas personas de aqui que conocia y tenian dones eran Lined y Miranda, aunque estaba mas que segura que Fredrich escondia algo. Antes incluso de conocer a los Voulturis habia pasado mucho tiempo observando a los humanos y aprendiendo como se comportaban, aunque no eran muy diferentes a los vampiros, la verdad. Habia estado observando a Fredrich en aquella reunion a la que fui haces unas semanas. Cada vez que me acerco a su lado puedo notar como una fuerza que emanaba de el. Tenia un don, y era fuerte.

Me vestí con unos simples pantalones negros, botas militares de charol negro, camiseta negra y una sudadera con capucha negra. Me puse la capucha negra y me metí todo el pelo dentro para que no se percibiera tanto mi olor y evitar alguna que otra pelea. Andé por los pasillos y cogí otro camino mas largo para recoger a Lined y Miranda.

Vale, lo admito, me perdí un poquito de nada. Pero porfin vi su puerta con su nombre. Lined Strauss...

Llamé a la puerta y abrió ella rapidamente con su aspecto tan imponente.

- Hola Isabella! Se te huele desde dentro -me rodó los ojos.

- He intentado... -dije en voz bajita acariciandome la capucha.- En fin, necesito tu ayuda, para ya sabes, el proyecto de los dones.

- Ooooh, entiendo... -dijo sonriendo.- Necesitas alguien que se acuerde de todo?

Asentí.

- Querida Isabella, seguramente yo sepa mas que tu -dijo moviendo la mano hacia ella con gesto superior y cerrando la puerta.

- Hummm... Soy yo la que lee mentes -le guiñé un ojo.

Caminamos hacia la habitacion de Miranda que hoy iba vestida con pantalones y estaba adorable, aunque tambien mas imponente. Caminamos hacia la sala de entrenamiento y las dejé alli para yo entrar en mi vestuario.

Me quité la sudadera secandome el sudor que me habia causado, me hice un recogido rapido y me eché unas gotitas del perfume.

Entré a paso seguro en el gimnasio.

Algunos ya estaban peleando de forma bastante profesional por zonas, entonces me aclaré la garganta y todos se giraron a mirarme. Solo un humano puede hacer ese ruido sin quererlo.

- Muy bien, he empezado un nuevo proyecto basado en tener aparte de una gran guardia fisica -se escucharin vitoreos y aplausos-, vamos a tener la ventaja de poseer guardianes con dones, por lo que vamos a poder atacarlos de otro modo por el que probablemente no puedan defenderse.

- Todos los que tengan dones a la pared del fondo de mi derecha, y los que no, a mi izquierda a luchar entre vosotros. Ya sabeis, siempre de frente. Cuando atacamos siempre surge el pánico, asi que nuestras victimas no tienen tiempo areaccionar y mucho menos a pensar como atacar por la espalda.

Eres extraña (Edward y Bella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora